El presidente de la veeduría VAPI, ingeniero Luis Fernando Díaz le solicitó en las últimas horas a la gerente de la Contraloría Departamental, Lina María Laguna Bermeo para que realice a finales de enero de 2025, “otro recorrido de obra a las piscinas de la calle 42, porque en la inspección realizada el mes anterior se detectaron demasiadas irregularidades en la totalidad de las actividades ejecutadas, no habiendo encontrado una sola de tantas que pudiese ser recibida a entera satisfacción”.

Asegura el veedor Díaz que “Sin temor a equivocarme, se observó la ausencia total de interventoría de obra y/o supervisores de obra, falta de planeación y lo más grave aún, haber hallado aditivos cuya fecha de vencimiento se encontraba caducada”.

En ese sentido, advierte el reconocido veedor que “se hace necesario y de vital importancia prevenir al máximo la entrega y el recibo de una obra con tantas falencias injustificadas, las cuales denotan que no existe el más mínimo control y supervisión en las labores que vienen desarrollando”.

Sobrecostos del 300%

En la invitación a hacer dicha inspección, el ingeniero Luis Fernando Díaz hace énfasis en que esta obra ha tenido un sobre costo del 330%. “No se entiende la premura para dar al servicio esta obra, la cual ha tenido muchísimas prórrogas en su plazo de ejecución y cuyos costos están bordeando un 300% por encima del contrato inicial firmado por la anterior administración”.

De igual manera, reitera que resulta determinante verificar que la piscina olímpica cumpla con las medidas reglamentarias y que el vaso de la misma no presente fugas/filtraciones de agua.

En igual medida, VAPI exige que la piscina de clavados tenga los chorros de agua, vitales para romper la tensión superficial del agua y suavizar la entrada de los saltadores. “La tensión superficial es un fenómeno que se produce en la superficie de los líquidos, en la interfase líquido – gas. En el caso del agua, las partículas están afectadas por las fuerzas atractivas del agua y del aire, lo que genera un campo tensional en la superficie del agua. Este campo tensional hace que la superficie del agua se comporte como una membrana tensa y presenta una curvatura imperceptible”, explica la veeduría. Agrega que “Para romper la tensión superficial, se pueden orientar surtidores de agua a la superficie de la piscina en la zona de caídas”.