Independientemente de cualquier actitud político-administrativa que tomen el gobernador Óscar Barreto o el alcalde Guillermo Alfonso Jaramillo,  está la consulta popular por la defensa del agua.

En este sentido, no importa qué posición tome o camino coja cualquiera de de ellos, la consulta es un mecanismo de participación popular ciudadana que nos otorga la Constitución Nacional  a todos los colombianos para expresar nuestras opiniones frente a una decisión de importancia como en el caso del agua, que debe de estar por encima de los credos o intereses políticos de cualquier persona, partido o movimiento porque nos atañe a todos.

Por lo tanto, utilizar el enfrentamiento que ha existido desde un comienzo entre el gobernador del Tolima y el alcalde de Ibagué, por parte de supuestos dirigentes comunales para invitar a no participar en la consulta popular contra la megamineria y contaminación del agua, porque los dos funcionarios no se ponen de acuerdo para pavimentar unas calles, es algo que nos sabe a chantaje y confusión, que en el fondo termina favoreciendo los intereses de la multinacional Anglo Gold Ashanti (AGA) que es la que patrocina la abstención.

El hecho que el alcalde Jaramillo, en su programa de gobierno se haya sumado a la consulta popular que venían impulsando los movimientos ambientalistas desde tiempo atrás y, que, su gobierno esté cumpliendo con ese programa es parte de la coherencia de su administración para cumplir las promesas de campaña, pero en ningún caso se puede afirmar que su administración es la abanderada de esta iniciativa que se había planteado años atrás de haber llegado a la alcaldía y que otros alcaldes, como el nefasto Luis H. Rodríguez, se habían comprometido a desarrollar la consulta y no lo cumplió.

La consulta popular por el derecho a consumir agua potable libre de cualquier contaminación, y de dejarle un legado ecológico a las futuras generaciones de ibaguereños es de todos y nadie se puede apropiar de ella. Esta es una divisa multicolor, pluripartidista donde todos caben sin distingos de credos, y sin ataduras ideológicas de ningún tipo participar. Es de todos y nos pertenece de todos. (Puede leer: Enérgica respuesta de Jaramillo a Anglo Gold Asahnti)

Es bueno recordar que en el concejo municipal la consulta la salvó el voto de la concejal del Centro Democrático y, que se sepa, ellos no votaron por Jaramillo, pero en su inmensa mayoría están de acuerdo en proteger los recursos naturales en este caso el hídrico. Aquí, confluyen la izquierda, la derecha, liberales, conservadores, de la U, del Polo en todas su vertientes, Cambio Radical, Mira, sindicatos, universidades y todas las fuerzas sociales que luchan por un mejor ambiente. (Puede leer: El agua une a los ibaguereños)

Nos asalta el temor que él, o los noticieros, que están impulsando esta campaña de enfrentamiento entre las comunidades, calculadamente están haciendo su mandado. Se nota que siempre entrevistan a las mismas  dos-tres personas que amenazan con no votar en la consulta. Dicen que votaron por Jaramillo, cuando todo mundo sabe que son activistas barretistas de barrio y que nunca han sufragado por el actual alcalde, una forma de manipulación de la opinión.

Este tipo de noticieros de gallera de vereda, dejan al descubierto lo que se sabe, que la administración departamental siempre ha estado plegada a AGA, y que con el cuento de los coliseos y pavimentaciones de calles autónomamente  por parte del mandatario seccional, simplemente se le quiere hacer campaña a Miguel Barreto, sobrino del gobernador y de paso a AGA.

Con esa fabula de la inversión autónoma, se busca favorecer y conquista votos para esta campaña que constituye el cimiento de la obra de gobierno de Barreto: sacar a su familiar senador, no importa que haya que sacrificar la planeación de las obras, que estas no se realicen donde más se necesitan, sino donde el 'dirigente' politiquero de junta de acción comunal al servicio de la causa barretista lo decida.

¿Por qué ese dinero que va a invertir la administración departamental no lo hace pavimentando rutas de buses, construyendo y mejorando aulas escolares, aportando al acueducto complementario o construyendo escenarios deportivos donde verdaderamente se beneficie un significativo número de habitantes y no solo los activistas políticos de la campaña de Miguel Barreto? ¿Por qué ese dinero no se invierte beneficiando al conjunto de la comunidad ibaguereña sino a determinados sectores?

Estos interrogantes obviamente los cayán aquel, o aquellos medios oficiales que trabajan para la administración Barreto y la candidatura de su sobrino Miguel.

Lo que están haciendo es un burdo chantaje y confundiendo a la opinión con esos bodrios de encuetas a boca de micrófonos contaminados que ya la opinión conoce.