Sin duda, uno de los principales defensores que tuvo el proceso de paz,  en el pasado congreso de la República, fue el exrepresentante a la Cámara, por el partido de la U, Carlos Edward Osorio, quien también era considerado como uno de los fieles escuderos del gobierno Santos.

La actitud política que asumió el excongresista tolimense en aquella época, lo dejan en un lugar vulnerable frente a las posiciones que toma hoy como aspirante a la gobernación del Tolima por el Centro Democrático, partido totalmente opuesto, antes y ahora, a los anhelos de paz de los colombianos. No sabemos si la llamada “dinámica política” (cambiar de posiciones o voltearse de la noche a la mañana), lleven a Osorio a sostener todo lo contrario de lo que hacía ayer.

En este sentido, recordamos que Osorio, fue uno de los principales defensores de la reforma constitucional y de los proyectos que se convirtieron en ley para darle solidez jurídica a la llama Justicia Especial para la Paz (JEP), instrumento fundamental de los acuerdos de La Habana y el teatro Colón, para conocer la verdad y los responsables de los actos de violencia que sacudieron y que hoy, con menos intensidad, siente el país desde hace más de 55 años.

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Ahora con la arremetida total que hace el uribismo para "volver trizas" los acuerdos de paz, a través de las famosas seis objeciones a la JEP, y luego con la reforma constitucional que anuncia,  no sabemos qué actitud tomará Carlos Edward Osorio, en la encrucijada que se encuentra de ser ayer un exponente eximio y aguerrido paladín de la política de paz de Santos, a pasar a fiero detractor de los mismos acuerdos que defendió hasta hace unos meses atrás  con ardentía. Es pues, una difícil decisión que debe tomar pronto. No podrá ser un equilibrista de circo, sosteniendo en una mano la paz y en la otra la guerra.

Son las repetitivas paradojas de la política, donde de la noche a la mañana los dirigentes pasan casi de social-demócratas a reaccionarios y ultraderechistas, sin ningún pudor, sin ningún sonrojo. No sabemos si esta sea la situación de Osorio. Esperemos que él mismo la clarifique.

Lo que si entendemos es que el C.D. y todos sus candidatos ya comenzaron la campaña política de octubre basada en los ataques para destrozar los acuerdos de paz. Eso está clarito.

Entonces, en medio de estas contradicciones que afronta el candidato Osorio, promovido por Ricardo Ferro, en el seno del uribismo en el Tolima, tendrá que sostener en sus discursos todo lo contrario a lo que expuso en sus campañas y el Congreso a favor de la paz. Y una de esas tareas será el desmonte de la JEP, para que no se sepa la verdad de lo que realmente aconteció en el conflicto armado, no tanto entre combatientes sino la participación de terceros que es lo que aterra al uribismo. Que los militares digan la verdad, ya el general Rito Alejo del Río, dijo algunas cositas en un video que circuló profusamente en la redes.

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Los terrenos por donde tendrá que moverse el protagonista de este análisis, también abarcan otros aspectos como la responsabilidad política, y desconocemos si judicial, que tiene frente al desastre de los Juegos Nacionales de Ibagué 2015, y otras cositas que a su debido tiempo y al fragor de la campaña, sus contradictores políticos le irán recordando.

Por el momento, y como tema de actualidad, además porque nos preocupa, solo queremos conocer qué resolución tomará el candidato a la gobernación del Tolima Carlos Edward Osorio, frente a la JEP.

Al menos en el caso de las empanadas, fijó su posición y dijo que se estaba interpretando mal el código de Policía, como en realidad sucedió, pues como ponente de ese proyecto de ley, el gobierno también le dio la razón.