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Alberto Bonnet Arciniegas, el urólogo que no es profeta en su tierra
Alberto Bonnet no es profeta en su tierra, mientras en diferentes escenarios nacionales e internacionales su trabajo como urólogo es reconocido y aplicado, en Ibagué sus colegas prefieren seguir con los métodos tradicionales, procesos seguros, hasta económicos para las EPS, pero más complejos para los pacientes que reclaman mejorar la calidad de vida después de ser operados.
Bonnet Arciniegas nació en Bogotá por accidente, su papá, uno de los urólogos con mayor prestigio y reconocimiento en Ibagué a finales del siglo anterior, Roberto Bonnet, se encontraba terminando la especialidad de urología en la universidad Javeriana, pero cuatro meses después ya estaba dando lora en la capital musical de Colombia, ciudad donde hizo su primaria y bachillerato.
Es el menor de cuatro hermanos, Martha la odontóloga es la mayor, le sigue la diseñadora industrial Ana Lucía, luego Mario, quien también es médico y además urólogo como él y su papá. Con ellos dos tuvo la satisfacción que pocos en el mundo puedan tener, operar algunos pacientes liderando la intervención don Roberto. Sin embargo, el sin sabor de esa hermosa historia está en que su mamá murió antes de ver esa proeza familiar que la habría llenado de orgullo.
Dentro de su proyecto de vida estaba ayudar a los demás a través de una carrera humanística y pertenecer a las fuerzas militares de Colombia, dos retos que cumplió siendo muy joven ya que al terminar medicina ingresa a la Armada Nacional donde trabaja en diferentes lugares de Colombia.
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Decide entonces especializarse y la opción se generó en el Hospital Militar de Bogotá donde se inclina por la urología por varias razones, entre ellas porque tiene mucha clínica, cirugías mayores, menores y un componente tecnológico que lo mantendrían actualizándose siempre, como lo hace hasta el día de hoy.
Era el año 2000 cuando Alberto Bonnet Arciniegas le preguntó a su papá el porqué dejaron de hacer la adenectomía subcapsular, pareciéndole una buena alternativa para los pacientes. Una charla con el maestro donde se habló de historia de la medicina y análisis de cada uno de los elementos y procedimientos que hacian. Don Roberto lo seguía provocando en lo científico y el alumno aplicado investigaba cada vez más anotando los pro y contras en cada paso de esa cirugía.
Dentro de las dificultades del procedimiento estaban: los electros para coagulación, la deficiente iluminación en las salas de cirugía; los materiales para las suturas, la mayoría de ellas de sedas y algodón que infectaban a los pacientes, la estreches en la cicatización, la reacción a un cuerpo extraño, entre otros factores fueron estudiados por Alberto que presenta sin timidez a uno de sus maestros en la subespecialización en urología reconstructiva que realiza en la fundación Puigvert de Barcelona, el doctor Humberto Villavicencio Marvich, quien era además el director de la especialización, revisa los textos de Bonnet Arciniegas con posibles soluciones y una semana después le dice “le va a funcionar”.
Continúa entonces su camino académico y al terminar en Barcelona realiza un entrenamiento en urología con el doctor Valencians en la Sorbona de París, experiencias que se sumaban a todo ese camino recorrido donde se hacia más diestro en su profesión y paralelo a ello más inquieto por la investigación.
Regresó a Colombia donde pidió la baja de la Armada Nacional, pero se queda en Bogotá donde empieza a trabajar en el Centro de Rehabilitación del Ejercito en Puente Aranda, luego como coordinador de urología para Coomeva EPS Bogotá hasta que se regresa a Ibagué donde fue coordinador de urología del hospital Federico Lleras Acosta de Ibagué E.S.E. y de la Clínica Manuel Elkin Patarroyo manejada por Caprecom.
Ya en su unidad de urología Urocentro S.A.S retoma su estudio, y al releerlo vuelve a realizar pequeñas modificaciones. Busca un paciente con contextura delgada, pelvis amplia y prostata grande, 3 caracteristicas necesarias para realizar la intervención. Le explica sobre el procedimiento clásico y riesgos y la variable que quiere realizar. Al terminar la cirugía el anestesiólogo que lo acompañaba se sorprendió no solo por el tiempo empleado, 35 minutos, sino porque casi no habia sangre.
Una vez más realiza esta intervención y cuando superó ya los 180 pacientes envía el estudio soportado desde lo científico y bio estadístico a la Confederación Americana de Urología, haciendo una exposición de lo ejecutado en Santiago de Chile donde recibe la noticia que pocos en el mundo tienen la oportunidad, era el reconocimiento en la técnica adenectomía subcapsular modificada de Bonnet.
La modificación Bonnet la realizan en diferentes hospitales y clínicas de este continente, en México, Santiago de Chile, Argentina, República Dominicana; en Colombia en Bogotá, Cali, Medellín y por su puesto en Ibagué donde el único que la aplica es Alberto Bonnet, el urólogo que viaja por Colombia compartiendo su conocimiento con sus pares. En la capital musical no quieren saber de eso, prefieren el método clásico que si bien es seguro es más complejo en la recuperación del paciente.
La entrevista que realice no empezaba por este lado de la historia, sino por el logro de Bonnet Arciniegas en la realización el pasado miércoles de la primera cirugía en Ibagué de #Colpopexia vaginal con colocación de Malla Uphol Lite de Boston Scientific en la clínica Shalom. Una intervención con innovación que mejora la calidad de vida de las mujeres y de qué manera.
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Lo que se corrige es una alteración anatómica sobre el piso pélvico de las mujeres que debido a la edad empiezan a tener flacidez en el piso pélvico, soporte de todos los órganos intraabdominales como son el útero, la vejiga, la vagina o el recto. Las mujeres pueden observar como les puede salir alguna de estas partes por la vagina, causando no solo un impacto muy fuerte sino un deterioro en su calidad de vida indescriptible.
Esta intervención se realizó gracias al fallo de una tutela. La han ejecutado en Bogotá, Cali, Medellín, Barranquilla y ahora en Ibagué. Una cirugía que dura aproximadamente 30 minutos, mínimamente invasiva, con una instancia hospitalaria de 1 día y una recuperación promedio de 15 a 20 días. Mientras que en la cirugía tradicional esta misma intervención dura aproximadamente 90 minutos, estancia hospitalaria de 3 a 4 días y recuperación relativa de 30 días.
No somos un medio de comunicación científico, por eso le pedimos al doctor Bonnet Arciniegas que nos explicara con plastilina lo realizado. - se hace a través de la vagina con un mínimo corte, se ancla el dispositivo, se tensa y eleva el piso pélvico, mejorando la calidad de vida de la mujer. Pareciera sencillo pero la pasión del especialista cuando nos relata la operación nos demuestra que la complejidad depende solo de nosotros.
Al finalizar la intervención el grupo de profesionales de la salud que lo acompañó y que venían liderados por un médico Proctor de la multinacional quedó satisfecha con el trabajo de Bonnet, su destreza y conocimiento le permitirá mostrar esa Ibagué que no reconocemos. Los pacientes ya no tienen que ir a otra parte, todo lo tenemos en nuestra ciudad.
Bonnet Arciniegas también es pionero en el Tolima grande en la colocación de los dispositivos atoms para la incontinencia urinaria masculina, pero dejaré esa parte de la entrevista para otra ocasión, su wasap resuena, urólogos del mundo es el grupo de pares con quienes se conecta para revisar o socializar un caso suyo.
Empieza la lluvia de ideas entre todos, la forma de proceder de acuerdo al caso a estudiar. Médicos de Chile, México, Argentina, España y Colombia por nombrar algunos hablan con respeto sobre el cómo procederían y Bonnet Arciniegas, recuerda como le enseñó su papá que escuchar es de sabios y respetar las decisiones de los demás permite llegar al punto de partida, donde siempre estará primero la calidad de vida de los pacientes
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