De los 4 corregimientos que posee el Líbano, Convenio es el que tiene y ha tenido mayores oportunidades de desarrollo. Esta fortaleza la da su ubicación privilegiada. La mejor.

Además, por la fama adquirida de sus exquisitos chorizos, posee un clima envidiable que lo hace atractivo no solo para su principal cultivo que es el café, sino para otras alternativas agropecuarias.

Y como de emprender se trata, de no quedarse quietos, Lisandro Castro, Martha Robayo Santamaría y Luz Dary Robayo Santamaría, después de recibir un curso en el SENA, se dieron a la tarea de iniciar un cultivo al que le han puesto toda la fe. Un cultivo extraño en la región, acostumbrada a ver café, plátano y yuca, preferentemente.

Ahora estos emprendedores se dieron a la tarea de producir pimenton. Lo están haciendo con ganas, con entusiasmo, aunque no dejan de aparecer los temores normales en este tipo de emprendimientos, en especial cuando están relacionados con el campo.

"Estamos ilusionados con esta iniciativa. Esperamos poder salir adelante, aunque siempre hay ciertos temores a la hora de comercializar el producto", cuenta Martha Robayo.

No es menor la preocupación que expresa Martha, cuando tienen unos gastos que suplir, como son el pago del arriendo de la tierra, los insumos y el tiempo de dedicación. 

Ayudas que no llegan

Todos los días salen anuncios de fomento y apoyo a iniciativas de emprendimiento, pero muchas de esas ideas fenecen porque las ayudas anunciadas con bombos y platillos no llegan o cuando llegan, ya es tarde.

Lo cierto es que Lisandro, Martha y Luz Dary, están con la decisión plena de dar la batalla, porque quieren aportar, quieren demostrar, a pesar de los obstáculos, que se puede  

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 Producción avícola 

A este emprendimiento se suma otro, también en el corregimiento de Convenio. Este corre por cuenta de la familia Castro Guzmán. 

Marco Ariel Castro, un economista de regreso a su tierra, después de ejercer su profesión y haber pasado mucho tiempo de su vida en Bogotá, decide crear una granja agrícola, donde la producción avícola es la columna vertebral.

Y con el fin de brindar apoyo a familias de escasos recursos, donde la situación económica ha empeorado en esta época de pandemia, con su esposa Consuelo e hijos, emprendió el trabajo de organizar un mercado popular con un precio de 35 mil pesos.

Ese mercado lleva una cubeta de huevos, 15 plátanos hartón, 5 aguacates, una docena de naranjas, media docena de bananos, tres libras de yuca.

En la primera semana vendieron 100 mercados y el propósito es ampliar la oferta, para llegar a más familias.

"Con esta iniciativa buscamos brindar beneficios tanto a los campesinos como a las familias", dice Marco Castro.

Se trata de emprendimientos hechos con sueños de largo aliento, de llegar lejos, de ayudar a la región y a la gente.