“La falta de acceso a programas de educación integral para la sexualidad, los matrimonios infantiles y las uniones tempranas, los riesgos asociados a las violencias basadas en el género y al interior de la familia y la comunidad, los imaginarios de género relacionados con la maternidad como proyecto de vida y la situación de pobreza”, son parte de los factores de riesgo que viven en el día a día nuestros jóvenes, indica el informe presentado por el DANE a finales de esta semana en materia de derechos sexuales y reproductivos.

El informe con corte al cuarto trimestre del 2022 informan 955 nacimientos de madres entre los 10 y 14 años, y 22.527 nacimientos de madres entre los 15 y 19 años, aunque se registra una pequeña disminución respecto al cuarto trimestre del 2021, cuando entre los 10 y los 14 años se dieron 1.220 nacimientos, una variación de -21,7%. Entre los 15 y 19 años hubo 26.701 nacidos, una caída de 15,6%.

En otro de sus aparte dice el estudio que, “los embarazos tempranos y en adolescentes se han identificado como un fenómeno multicausal, que responde a situaciones relacionadas con aspectos como bajo nivel de escolaridad, deserción escolar, desconocimiento de servicios de salud sexual y reproductiva y métodos de anticoncepción”.

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De acuerdo con la legislación colombiana se deberían registrar en el sistema judicial 955 casos nuevos por violación, pero la realidad es otra. Y nuestras infantes sufren consecuencias como: 

•    Riesgos para la salud de la madre: El cuerpo de una niña aún no está completamente desarrollado para soportar el peso del feto y el trauma del parto. Además, las complicaciones durante el embarazo y el parto son más comunes en mujeres jóvenes, lo que aumenta el riesgo de complicaciones médicas y de mortalidad.
•    Riesgos para la salud del bebé: Los bebés nacidos de madres adolescentes tienen más probabilidades de nacer prematuramente o con bajo peso al nacer, lo que aumenta el riesgo de problemas de salud a largo plazo. Además, los bebés de madres adolescentes también tienen más probabilidades de experimentar problemas de desarrollo y emocionales a lo largo de su vida.
•    Falta de preparación y apoyo: Las niñas menores de 14 años generalmente no están preparadas física, emocional y financieramente para convertirse en madres. Pueden tener dificultades para acceder a atención médica adecuada y apoyo social y financiero, lo que puede dificultar el cuidado adecuado del bebé.
•    Perpetuación del ciclo de la pobreza: Las niñas menores de 14 años que se convierten en madres tienen menos probabilidades de completar su educación y de encontrar trabajos bien remunerados en el futuro, lo que perpetúa el ciclo de la pobreza y puede afectar negativamente su calidad de vida y la de su familia.