Por: Diomedes Acosta

Álvaro Rodríguez.  Actor de teatro, cine y televisión.Nacido en Sevilla-Valle, de una numerosa familia,  ha participado en varias producciones audiovisuales colombianas y eso le ha permitido conocer la realidad del país. “Tribilín”, el recordado personaje de la serie de televisión ochentera “Amar y Vivir”, marcó tanto al público que una habitante del corregimiento de San Bernardo lo recordó y le agradeció por crear ese tipo de personajes que, según  ella, marcaron la historia de la televisión colombiana. Sin embargo, su trabajo en el cine lo ha consolidado como uno de los actores con más influencia en esta industria con películas como La gente de la universal, Perro come perro y Todos tus muertos.

Álvaro Rodríguez fue el invitado principal de la primera versión de El Festival de Cine de San Bernardo, realizado entre el 18 y el 20 de marzo en ese corregimiento de Ibagué. Como actor y artista Álvaro tiene una posición sobre lo que sucede en el país, sobre la incursión de las multinacionales  explotadoras del  oro en el territorio y  la opción que ve en el arte como salida al conflicto colombiano.  

Como actor usted ha participado en películas que abordan la realidad colombiana y el conflicto armado ¿porqué  decide  hacerlas, cuál es la motivación?

Porque el conflicto y sus muertes lo padece el pueblo, el campesino que siempre ha dado la comida, el indígena; las muertes tienen que ver con el desplazamiento  por el poder de acumular tierras para explotar oro, biocombustible para alimentar las máquinas así la humanidad se muera de hambre. Todas estas temáticas que se muestran en las películas  empiezan a jugar un papel importante porque las muertes que ha habido en el país, muertes de paramilitares, las han hecho los acumuladores y diversos actores y al campesino lo destierran, eso se debe mostrar en el cine.

¿Qué le aporta este tipo de eventos como un Festival de Cine  a un corregimiento como San Bernardo que  estuvo cercado por los grupos armados y en medio del conflicto armado?

Hay como 98 festivales y muestras de cine en Colombia.He estado en lugares críticos  comoItuango, Amalfi y en el Uraba antioqueño y lo que hemos visto con estos Festivalesy los talleres que se dan, es que hay diferencia entre los jóvenes que antes disparaban armas y ahora disparan cámaras de video, de cine, y eso despierta el poeta que ellos llevan dentro, porque el arte es inherente al ser humano. Este tipo de eventos sensibilizan, humanizan, cualifican la individualidad para poder chocarcontra el egoísmo, respetar la diferencia y combatir la mentalidad traqueta, los gustos falsos e inhumanos que hoy tiene la gente.

¿Cómo deben involucrarse las instituciones públicas y privadas en el desarrollo de este tipo de eventos, de Festivales?

Invertir en  los espacios de la cultura, es invertir en la humanización del país, invertir en el arte es despertar lo que la gente tiene guardado que no sabe que tiene. En los talleres que se brindan en el marco de los Festivales,  la gente que no sabía escribir resulta escribiendo, cantando, actuando, quienes  apartir de su tradición oral empiezan a hablar de sus historias, comienzan ahacer audiovisuales u obras de teatro. Ellos mismos se ven sorprendidos con lo que han inventado, que no sabían que podían hacer. Estos espacios llevan a que la gente hable de sus historias, de sus sueños, de sus sentimientos. Si los jóvenes  en vez de una metralleta, encuentran una guitarra, seguro que todo sería muy distinto.

Usted ha participado en varias campañas y manifestaciones a favor de la protección de los recursos naturales y del medio ambiente. ¿Qué piensa del tema de la minería en el país y las políticas del gobierno frente a eso?

En Colombia tenemos muchas riquezas naturales y por la ambición del dinero, de acumular,   pretenden por ejemplo, hacer una represa para residuos tóxicos, abrir espacios a partir de cianuro y químicos letales para el ser humano por la explotación del oro. Yo convoco a que protejamos el medio ambiente que somos nosotros, que somos agua, oxigeno, árbol, montaña. Apoyemos la no explotación del oro en Cajamarca y en todo el país.

Y, ¿cómo se vincula el arte a la postura ambientalista  que usted expresa?

El arte sensibiliza, hoy que se habla de paz se deben abrir espacios de arte, para recuperar nuestros principios humanos, respetar la diferencia, a nosotros mismos, a la naturaleza. El arte habla del ser humano, sobre nuestra esencia, nuestros sueños. Toca hablar de lo que comemos, del agua, de lo que respiramos. El arte cada vez da cuenta de eso,  lo muestran películas como las de Ciro Guerra,  las  de Antonio Dorado y la impresión que está causando nuestra geografía y la multiplicidad de verdes tan vitales, tan preciosos que con unos contratos de explotación del oro a cielo abierto quieren ponerle dinamita para que por un pedazo de oro se acabe con la capa vegetal nuestra,  eso no lo entiendo. El arte debe llegar a hablar por todo lo que pasa a nivel mundial.