Reportajes
Acoso sexual en la U
Este reportaje recoge los testimonios de cinco estudiantes, y testigos, que denuncian diferentes niveles de acoso sexual, por parte de algunos profesores de la Universidad del Tolima. Entidades consultadas por El Cronista.co, advierten que esto sería tan solo la punta del iceberg, en lo que representaría una problemática profunda en el alma mater.
Días atrás en el perfil de facebook del Comité de Estudiantes de Bienestar Universitario (CEBU UT), se publicaron los testimonios anónimos de varias estudiantes de la universidad pública del departamento, quienes aseguraban haber sido acosadas sexualmente por sus profesores.
Las denuncias de este tipo siempre han existido al interior de la institución, pero solo en los últimos meses las estudiantes las han hecho públicas, y han sido reconocidas por las directivas. De hecho, en el pasado mes de marzo, la puerta de entrada al campus universitario fue intervenida artísticamente con un lema que decía: “LA UT PROTEGE A LOS ACOSADORES”.
Las agresiones que señalan las jóvenes comprometen a varios profesores, pero con nombre propio se refieren al profesor Héctor Eduardo Esquivel, adscrito a la Facultad de Ciencias, con más de 30 años de experiencia. Tres de las cinco denunciantes dieron autorización para hacer públicos sus nombres. Ellas son, Susan Paola Gallego, Karen Perilla y Lina Méndez. Las otras dos, por temor a represalias, optaron por mantener anónima su identidad. Aquí serán llamadas ‘Marcela’ y ‘Juliana’.
Los niveles de acoso incluyen llamadas a horas indebidas para hacer peticiones o propuestas obscenas; invitaciones a su apartamento; intentos de besarlas; uso excesivo del lenguaje sexualizado; hasta uso de la fuerza para intentar forzarlas a hacer algo en contra de su voluntad.
El Cronista.co accedió a material probatorio que las estudiantes, incluso, han puesto en conocimiento de las directivas de la UT, sin obtener ningún tipo de resultados. Ellas se muestran bastante inconformes con el trabajo de la Oficina de Control Interno.
Cabe aclarar que, todas las jóvenes no vieron juntas las materias de Sistemática Vegetal, o Botánica Taxonómica, impartidas por el profesor Esquivel. Lina Méndez fue su estudiante en 2010, Susan Gallego y Karen Perilla en 2016, Marcela en 2018 y Juliana en el presente 2020. Empero, de acuerdo a sus testimonios, el docente tuvo patrones de comportamiento similares en todos sus casos. Además, esta redacción conoció otro caso de presunto acoso sexual, reseñado más adelante, que aconteció en 1999 y también compromete al mismo profesor de la UT.
Testimonio de Lina Méndez
Cuando empecé a ver mis materias de Ingeniería Agronómica en el semestre A- 2010, opté por adelantar la asignatura de Botánica Taxonómica, que la daba el profesor Héctor Esquivel. Desde que empezó semestre noté las conductas irregulares de él: miradas morbosas, en las prácticas en el Jardín Botánico o en parques, cualquier planta las refería a la parte sexual. Hacía comentarios machistas o sexualizados, por ejemplo “esa chica está como esa flor, como para abrirla”. O en salidas de campo se ofrecía a pagarme o comprarme cosas delante de los compañeros, lo cual me daba rabia y le decía que No. Desde la primera semana ya ratifiqué lo que se decía de él, que es un acosador de historia en la UT. Además, que dice esas cosas para todos, pero pareciera que se obsesiona con una estudiante en cada semestre y desafortunadamente me tocó a mí.
Empecé a notar que ganaba los parciales con buenas notas, pero él me bajaba algunos puntos. Cuando llegaron las prácticas a otras ciudades, por estancamiento de códigos dividió la clase en dos grupos, casi que uno de solo chicas y el otro de meros chicos. En esa ida a Manizales fue que todo se descontroló, porque el tipo ya venía con sus acosos y groserías constantes. Lo veía a uno y se hacía el tonto para acercarse y tocarme la cola. Fue un calvario.
Lina asegura que siempre se negó a darle su número telefónico al profesor Esquivel, empero, de alguna manera lo obtuvo, por lo cual en la primera noche en Manizales la llamó. Me decía “quédate conmigo, te invito a la comodidad de mi habitación”. Al otro día en la misma tónica, de querer comprarme el desayuno, a lo que comencé a ponerme grosera, ya me daba rabia. La última noche salimos con un grupo de compañeros a bailar, sin el profesor, pero el tipo llegó allá. Le compró trago a todo el mundo, él es una persona muy manipuladora, que se vale de artimañas para persuadir la gente. Así se unió al grupo. Se me sentó al lado y empezó a ofrecerme becas y decirme que me podía pagar la universidad, que solo me debía acostar con él esa noche; que así mejoraría mi vida.
Yo lo rechacé y me quise ir, a lo que el tipo se me fue detrás a arrinconarme en el baño; trató de besarme y manosearme a las malas. Fue asqueroso y me puse a llorar. Menos mal dos compañeros me ayudaron y se fueron conmigo.
De acuerdo al relato de Lina, al regresar de la práctica, solo les faltaba presentar un parcial que, con obtener al menos 1.0 en la calificación, aprobaría la materia del profesor Esquivel. Yo lo hice y sentí que me fue bien, ya por fin se acabaría ese tormento. En la tarde me llamó al celular, a lo que contesté con mucho miedo. Me decía que fuera a un laboratorio que estaría dando unas bonificaciones. Le respondí que no podía y se puso molesto, “entonces el lunes pase por su nota”, agregó. Después de tanto acoso de ese tipo, jamás esperé lo que me pasó el lunes.
En el herbario, que era una de las actividades, me bajó la nota, y el parcial me dijo que lo había anulado porque yo había copiado, algo que jamás pasó. Entonces saqué cero y me quedaba la nota en 2.9. Ni siquiera me devolvió el parcial, a lo que yo me indigné y le dije que me hacía eso porque no accedí a acostarme con él y salí muy ofuscada.
Fui a la decanatura, puse la denuncia, empecé el proceso. Fueron muchos consejos en el programa y en la facultad, sin nunca devolver el parcial. Se abrieron investigaciones jurídicas por la nota y el acoso sexual. Al profesor Esquivel lo sacaron del programa de Agronomía, no pudo volver a dar clases por eso. El proceso duró tres años, hasta 2013, fue muy desgastante, me tocó ir a la psicóloga de la Universidad. Ahí empezó una campaña de desprestigio, tal como lo vi hace poco en El Nuevo Día, diciendo que me iba a demandar por injuria, que era una brincona, para que me quedara callada, pero a esas alturas no me daba miedo. Yo hubiera podido repetir la materia sin ningún problema, pero estaba de por medio mi dignidad de mujer. Al final ahí quedó el proceso, al tipo lo cubre mucho la universidad, ya tenía procesos disciplinarios abiertos y nunca pasó nada. Hay una cantidad importante de denuncias y la universidad nunca hace nada.
Finalmente, Lina antes de graduarse en 2014 se vio obligada a interponer una acción de tutela que le respaldara su derecho a aprobar la materia que en realidad no había perdido en 2010 con el profesor Esquivel. El fallo fue a su favor y le dio 48 horas al docente para subir a plataforma la nota de la estudiante. Más allá de eso, a la fecha ella no conoce resultados por las investigaciones de acoso sexual.
Testimonio de Susan Gallego
Susan Paola es estudiante de Biología, quien vio Sistemática Vegetal por primera vez en el semestre B – 2016. Ella narra que el profesor Héctor Esquivel la acosó sexualmente de diversas maneras y en distintos lugares, cuando ella todavía era menor de edad.
En las clases de teoría recibí miradas inapropiadas, no solo notadas por mí, sino por otros compañeros. Todo empezó con un saludo desde que fui elegida representante del curso, y poco a poco quiso querer entrar en confianza con saludo de beso en la mejilla y apretón en la cintura. Recibí alrededor del curso comentarios como “pero cómo está de linda, mamita”, o, “tan bonita que se ve”. En la primera práctica, que fue al sector del Silencio, llevé una blusa de flores y él, esperando a que yo me subiera al bus, delante de mis compañeros me dice “qué linda esa blusa que tiene, toda colorida, y de flores, estás como para clasificarte en la familia de las buenaceas”; durante todo el día seguía recibiendo miradas y comentarios acerca de la ropa que llevaba puesta que, al ser ajustada, comentaba que algunas partes se me veían voluptuosas.
Susan señala que vía WhatsApp, la única plataforma por la cual se comunicaban, recibió comentarios indebidos, que no se deberían dar entre un profesor y su estudiante. A continuación uno de los pantallazos que ella adjuntó en la denuncia oficial que interpuso ante las directivas de la Universidad, y que, después de tres años, solo hace dos semanas obtuvo algún tipo de respuesta.
En la segunda práctica, que fue en Manizales, en el transcurso del viaje, cuando llegamos al Alto de la Yuca, un grillo se me subió en la pierna, y él dijo que “tan de buenas ese grillo que se puede montar encima suyo sin pedir permiso y uno no”. Al llegar al municipio de Fresno me encontraba delicada de salud, había dos opciones de hospedaje y el docente decidió quedarse allí también. Durante la noche recibí mensajes diciendo que me invitaba a cenar a solas, pero siempre ignoré esos mensajes; casualmente llegó donde me encontraba con otras personas, y entre otras cosas, me susurró que si necesitaba algo podía ir a buscarlo. Al día siguiente delante de mis compañeros se ofreció a pagarme el desayuno, a lo que le respondí que No, que yo me lo podía costear sola.
En Manizales, me invitó a cenar para luego irnos a bailar; propuestas que rechacé. Al rato salí del cuarto y de nuevo me comentó que “camine que yo pido en la discoteca un paso doble para que bailemos los dos”, a lo que dije No ya en tono molesto.
La estudiante agrega una serie de sucesos durante el resto del viaje a Manizales, que acentuarían la persecución del profesor. Todavía más grave que lo narrado hasta ahora, Susan recuerda que: una ocasión, mientras desarrollaba una actividad en el herbario de la UT, él llegó y no había nadie más. Al verlo sentí miedo y decidí salir de inmediato. Él se paró en la puerta, para no dejarme salir y forcejeó para darme un beso en la mejilla y me abrazó diciéndome cosas al oído. Otro día me pidió el favor de ayudarle a sumar unas notas, a lo cual le dije que sí, que cuando y donde; “voy a estar todo el día solo en mi apartamento para que me ayudes”, contestó. Por supuesto le dije que no.
La joven explica que perdió la materia con el profesor con un 2.8. Busqué alternativas como recuperatorio, un parcial o trabajo social en el herbario. A lo que el profesor Esquivel respondió que “tú ya cumpliste 18 años, ya debes olvidarte del miedo, es que eres muy penosa. Ya debes dejar el tema de la castidad, dejar la virginidad a un lado y tomar otro tipo de riesgos”.
Además de los hechos relatados aquí por Susan, ella agrega otros que hicieron parte de una primera denuncia que elevó ante la dirección del programa de Biología. Durante los tres años que han pasado desde que interpuso esta acción, perdió el teléfono celular que contenía la mayoría de las pruebas que adjuntó. Solo conserva algunas, anexadas en este reportaje. Llama también la atención, que de acuerdo a su testimonio, nunca obtuvo información del avance o resultados de la investigación por parte de la Oficina de Control Interno; hasta hace dos semanas, cuando el escándalo público estalló en redes sociales, la entidad ahora sí se comunicó con Susan.
“El docente me ha difamado y perseguido con la complicidad de la universidad”.
Quisiera aprovechar la oportunidad para aclarar que esto no se trata de un complot mío en contra del profesor, como él lo dijo en El Nuevo Día. Tampoco busco convertir esto en un espectáculo o un chisme, pero el profesor mencionó mi nombre, violando mi derecho al debido proceso. Por eso me pronuncio. Todo este proceso ha sido muy difícil, desgastante. El docente me ha difamado y perseguido con la complicidad de la universidad.
Testimonio de Karen Perilla
Vi la asignatura de Sistemática Vegetal en el semestre B – 2016 junto a Susan. En todas las clases el profesor Esquivel hacía comentarios o chistes sexuales, morbosos; casi siempre dirigidos a sus estudiantes. En las prácticas académicas ere igual o hasta peor. También me acosó en la práctica de Manizales.
Pienso que él manipulaba las notas para al final tratar de obtener algo a cambio de nosotras. En la entrega de la nota final me dijo que yo estaba sentada en encima de mi nota, que habláramos a ver si podíamos solucionar lo de mi calificación. Le respondí que No y salí indignada por la propuesta de ese señor.
Una compañera de Karen, que pidió mantener oculta su identidad, recordó que: en la práctica, un día que estábamos en el páramo, otras chicas decidieron quitarse la blusa aparte y tomarse una foto. Yo me quedé atrás junto a Karen, y puede dar fe de lo que escuché; el profesor se acercó y le dijo que ella era la que debería estar allá sin blusa.
Otro de los compañeros de Karen, en conversación con El Cronista.co señaló que: recuerdo que a Karen la empezó a acosar desde la primera práctica que tuvimos. En una conversación solo entre estudiantes, amigos, hablábamos algo sobre el tamaño de los senos. El profesor Esquivel se quedó mirando a Karen y de entrometido le dijo “pero es que los suyos así están bien”.
En una práctica en Manizales, tuvimos una fiesta extra clases y esa noche yo era el encargado de recoger la plata para el trago y cuando el profesor me dio su parte me dijo “aquí está lo mío y lo de Karen porque yo esta noche la invito”. A lo largo de esa noche siempre la buscaba. En algún momento le dijo que había puesto una canción específicamente para que ellos dos la bailaran. Karen salió súper indignada porque no quería, a lo que el profesor respondió molesto y nos dijo que ya la noche había acabado, que todos para el hotel, nos sacó del bar.
Por último, también soy testigo de lo que les dijo el profesor a mis compañeros en la entrega de la nota. Delante de todos, mientras estábamos muy preocupados por la nota, a Karen le dijo que estaba sentada encima de la nota y a Susan que podían arreglar en el apartamento.
Testimonio de *‘Marcela’
De las diversas denuncias que comprometen seriamente al profesor Héctor Esquivel, el caso de Marcela fue uno de los que alcanzó un mayor grado de acoso sexual. Ella vio la materia de Sistemática Vegetal en el semestre A – 2018.
Al docente le gusta reunir a sus estudiantes al final de la jornada de práctica para salir a bailar y tomar con ellos. Exactamente, eso fue lo que sucedió en el semestre en el que cursé su materia. En un bar de Manizales el profesor me hostigó, insistiéndome todo el tiempo en bailar con él y persiguiéndome, tanto así, que me tuve que esconder dentro del baño. A los pocos minutos de dejar el lugar, cuan salí, el docente me estaba esperando y paró un taxi para insistirme en que me fuera con él y dejáramos a mis compañeros en el bar para estar los dos solos. Yo pienso que el profesor Esquivel creía que estaba en mal estado de ebriedad y quería aprovecharse de eso. Gracias a un compañero que me tomó de la mano, me ayudó y pude escapar de esa situación.
Durante el resto del semestre, me sentí agobiada y desesperada por realizar todas sus actividades de clase. Me daba miedo que el profesor arremetiera contra mí por no acceder a sus intenciones en la práctica de Manizales. Él después de eso se mostró más amable, me regaló un libro y trató de premiarme con cosas y comentarios. Me sentí asqueada y perseguida; tenía miedo, en el campus universitario debía esconderme cada vez que lo veía pasar.
En entrevistas con estudiantes que fueron testigos de los hechos narrados por Marcela, uno de ellos dijo que estuvo presente en el episodio del taxi a la salida del bar. Yo estuvo a unos metros y puedo dar fe que el profesor trató de llevársela sola en el taxi. Hubo una especie e forcejeo y otro compañero se metió a ayudar disimuladamente a Marcela, para que el profesor no siguiera intentado llevársela en contra de su voluntad.
Otro de los compañeros de ella, agrega que en las clases después de la práctica a Manizales, fue testigo del temor que le daba a Marcela acercarse al profesor para entregarle un trabajo o conocer una nota. Siempre me decía que por favor fuera con ella. Yo también estuve en la práctica, pero no soy de fiestas y preferí quedarme en el hotel; por eso no puedo decir si fue cierto o no lo que sucedió esa noche. Pero sí puedo dar fe del miedo que después le daba a Marcela quedarse a solas con el profesor Esquivel.
Testimonio de *’Juliana’
La segunda estudiante que prefirió guardar su verdadera identidad, a quien llamaremos Juliana, es la que denuncia acosos más recientes por parte del docente Esquivel. Ella matriculó su Sistemática Vegetal en el semestre B - 2018.
El día 31 de mayo (domingo) del presente año, siendo las 6:39 p.m. suena mi teléfono celular, así que me dirijo a revisar quien estaba llamando, pero al darme cuenta de que se trataba del profesor Héctor Esquivel, dejo que se cuelgue sola la llamada. Sin embargo, dentro de mi pensamiento noble, me pregunté si esa llamada era porque le había surgido alguna duda respecto al horario de la clase de Seminario de investigación (a la cual me encuentro actualmente matriculada), ya que, en la primera reunión de dicha materia, él expuso que estaba seguro que la clase eran los días lunes en horarios de la mañana.
A partir de esta duda que me generé, decidí escribirle por el chat de WhatsApp; aclaro que su contacto lo tenía guardado puesto que en semestres anteriores fui parte del grupo de Amigos del jardín, por lo que al tener un grupo en esta plataforma que ya mencioné, guardé los contactos de todas las personas que estuvimos en ese momento en el grupo; mi comunicación escrita por el chat fue muy formal y en ningún momento me he dirigido con confianza hacia él, jamás le he tratado de tú.
Juliana indica que le escribió un saludo formal al docente, quien le respondió con una nota de voz, preguntándole cómo estaba, dónde se encontraba ella, y su familia. Cuenta que solo contestó las dos primeras interrogantes y procedió a consultar si la requería para algo, debido a la llamada antes mencionada. Tal como se escucha en el siguiente audio, él docente le habría pedido “fotos bonitas”, además de sugerirle matricular otra materia que imparte en semestres avanzados, “para tener más cercanía”; todo lo anterior, en un tono de voz poco usual entre un maestro y su alumna.
De inmediato mi reacción fue de completo asco, repudio y un total enojo. Quise escribirle muchas cosas y admito que todas muy groseras, pero en ningún momento lo hice, por el contrario, solo eliminé la conversación. Al día siguiente o a los dos días, no recuerdo muy bien, en horas de la mañana me llegó otro mensaje de él y era un enlace de Youtube, el cual jamás vi; pero lo que sí hice en ese mismo momento fue bloquearlo en WhatsApp; me salí del grupo de amigos del jardín y lo bloqueé en mi celular para así garantizar jamás volver a recibir sus llamadas.
Yo ya denuncié ante la facultad, donde me respondieron que es la Oficina de control interno y disciplinario los encargados de resolver este tipo de situaciones. Ellos, después de enviar una carta solicitando información sobre el proceso, puesto que ni siquiera se habían comunicado conmigo, me respondieron con una carta donde dice que esa información se la reservan y que ellos de acuerdo con la ruta de acompañamiento procederán, pero es la hora que no conozco la tal ruta ni ninguna otra respuesta.
El egresado que respalda a las nuevas generaciones
Pese a no contar con el respaldo claro y concreto del área administrativa, las estudiantes que denuncian ser víctimas de acoso sexual, encontraron una mano amiga en Ricardo Mauricio Sánchez, egresado de la UT hace 18 años del programa de Biología. Estos acosos sexuales del profesor Esquivel para nada son nuevos. Desde la década del 90 cuando yo fui estudiante de él, también conocí de esos casos, que incluso se escuchaba que venían desde el año 87. En mi época sucedió algo con una compañera, y es que también en una práctica, tal como les sucedió a las chicas hace poco, la acosó y al parecer trató de metérsele al cuarto. Se empezó un proceso, y varios compañeros la apoyamos a ella, sin embargo, yo sé que a ella las directivas le ofrecieron la posibilidad de hacer una muy buena práctica final, con tal que se retractara de sus denuncias en contra del
“Nuestra intención no es dañar la imagen de la Universidad o algo así, no, sino que, como ya dije esto no es nuevo y los profesores acosadores han contado con la complacencia de las directivas”.
profesor Esquivel. Nuestra intención para nada tiene que ver con buscar dañar la imagen de la Universidad o algo así, no, sino que, como ya dije esto no es nuevo y los profesores acosadores han contado con la complacencia de las directivas.
Ricardo complementó su formación académica hacia otras áreas, y a hora está ad portas de graduarse como abogado. Por eso, al conocer las masivas denuncias en redes sociales, se comunicó con las víctimas y testigos, en aras de ofrecerles asesoría en este difícil proceso. No busco remuneración, porque no les pienso cobrar un solo peso. Mi intención es que no siga pasando esto generación tras generación y nos quedemos sin hacer nada. A mí ya me han llamado a amenazarme a mí y a mi familia, con tal de no seguir apoyando las denuncias, pero pienso ir hasta las últimas consecuencias en el proceso de las estudiantes. Incluso, se han comunicado conmigo de casi todas las facultades a pedirme asesoría, lo que indica que el acoso sexual es un problema profundo en la UT.
Precisamente, El Cronista.co en diálogo con la Personería de Ibagué, pudo establecer que el acoso sexual de profesores a estudiantes en la UT sería una problemática “generalizada”. “Ya recibimos un primer informe, estamos esperando otros elementos de juicio. Queremos aclarar que la Universidad al ser una entidad del orden departamental, que no está en nuestra competencia como Personería Municipal. Sin embargo, como agentes de la sociedad, lo que podemos hacer es recopilar los elementos de juicio y trasladarlos a las autoridades competentes según sea el caso, ya sea Fiscalía General o Procuraduría General de la Nación”, recalcó Wilson Prada, personero de Ibagué.
Esta redacción conoció detalles de la reunión que sostuvieron líderes estudiantiles, funcionarios de la vicerrectoría de Desarrollo Humano de la UT, con la intermediación de la Personería Municipal. Si bien los representantes de las directivas expusieron sus hojas de ruta y protocolos a seguir en hechos de acoso sexual, la Personería se encontró con que “el tema genera rechazo”. Es decir, pone en alerta y situación incómoda a los funcionarios que deben responder por la falta de acciones concretas.
En esa reunión la constante fue la misma. El vicerrector de Desarrollo Humano, Enrique Alirio Ortiz, señaló que su competencia no va más allá de la Oficina de Control Interno, que es un ente autónomo. Entretanto, dicha oficina no da resultados oportunos ni entrega información de los procesos a las estudiantes.
La UT reconoce el acoso sexual de sus profesores
Por testimonios, como los reseñados en este reportaje, a las directivas de la Universidad del Tolima no les quedó de otra, más que salir públicamente a reconocer las numerosas denuncias de acoso sexual en contra de sus profesores. El espinoso tema siempre ha sido el corrillo en pasillos y aulas del alma mater. Sus estudiantes se quejan, dan a conocer sus casos, pero el respaldo de las directivas nunca va más allá del papel o reuniones inocuas, como lo afirman los estudiantes.
Las declaraciones recientes de apoyo a las estudiantes presuntamente acosadas, se dan tras el escándalo que se produjo en redes sociales, más no por iniciativa propia. Se tornó tan comprometedor el panorama que, de no pronunciarse al respecto, habría quedado mal el rector Omar Mejía Patiño.
“Quiero hacer extensiva mi voz de solidaridad y todo el acompañamiento Institucional, a aquellas mujeres que integran la comunidad universitaria y que lamentablemente han tenido que sufrir el flagelo del acoso en cualquiera de sus formas, dentro o fuera del campus universitario”, expresó Mejía Patiño en un comunicado oficial.
A renglón seguido apuntó “que hemos recepcionado una serie de denuncias de mujeres miembro de la comunidad universitaria, las cuales se han hecho masivas en las redes sociales, y que, como dirección universitaria, estamos investigando a fondo, con el fin de establecer los hechos que presuntamente configuran violencia en contra de ellas, desarrollados por algunos miembros de la comunidad académica”.
Llama la atención el comunicado, toda vez que acepta las múltiples investigaciones que comprometen a profesores. Algo inusual, seguramente producto de la presión mediática.
No obstante, el “acompañamiento institucional” ofrecido por el rector a las estudiantes, no las satisface del todo. Vale la pena recordar el caso de Lina Méndez aquí narrado, quien desde el 2010 interpuso su denuncia, y a la fecha no conoce resultado alguno. Incluso, para solucionar el problema de su calificación con el profesor Esquivel, se vio obligada a acudir a una acción de tutela. Así que, las denuncias no son recientes, ni solo en redes sociales, tal como lo insinuó el rector Mejía. Datan de años atrás, sin consecuencias oportunas en favor de las denunciantes.
Y es que, como lo precisa el egresado Ricardo Sánchez y la Personería Municipal, el caso del profesor Esquivel está lejos de ser el único de esta índole; toma relevancia por la antigüedad y reiteración de las denuncias, en contraste de los pocos correctivos, pero, en el perfil en facebook del CEBU UT diariamente salen a la luz nuevas denuncias que señalan a más profesores, de diversas facultades.
- Puede ingresar: Link de otra denuncia en el CEBU
¿Quién es Héctor Eduardo Esquivel?
Héctor Eduardo Esquivel es docente de la Universidad del Tolima desde 1982, con amplia experiencia laboral. Se graduó de Licenciatura en Biología y Química en 1975. Además de una especialización y varios cursos de corta duración, es magister en Ciencias Biológicas de la UT.
Su desempeño como investigador le ha valido numerosos reconocimientos. Entre ellos se destacan el Premio Nacional en Sistemática, Estructura y Función Vegetal en los años 2014, 2015 y 2016, que entrega la Asociación Colombiana de Ciencias Biológicas. En el 2001 la Universidad del Tolima le dio mención de excelencia académica.
Ha dirigido más de 20 trabajos de grado y ha participado en numerosos eventos científicos a nivel nacional e internacional. Por todo esto, estudiantes señalan que las directivas han preferido callar y no actuar, ante las denunciantes de acoso sexual en su contra que, datan desde la década del 80.
Hoy por hoy, el profesor Esquivel está a meses de alcanzar su jubilación.
La respuesta del profesor Héctor Esquivel
El Cronista.co se comunicó directamente con el profesor para conocer su versión de los hechos, a lo cual accedió, pese a que sus abogados le recomendaron lo contrario. De manera general negó todas las acusaciones en su contra, y ratificó que se trata de un “complot” o calumnias en su contra por parte de unas “estudiantes resentidas”.
Si uno se pone a ver todas las estudiantes tienen en común que perdieron la materia, están resentidas y quieren causarme daño. A la estudiante Lina Méndez le quité una chiva, que no le anulé de una vez porque no tenía mis gafas a la mano; por eso lo reporté después y perdió con 2.8. Un año después en una carta ella me señala de acoso sexual, a lo que la Oficina de Control Interno me declaró inocente y la estudiante debería repetir la materia. Desde ahí quedó resentida porque a mí no me castigaron, no ha podido aceptar que no me sancionaran.
El incidente con Susan Paola fue porque desde el comienzo iba mal en la materia, tenía mal rendimiento. Ella tenía una tendencia como a querer ganarse la confianza de uno. Al final perdía con 2.8, lo cual le recomendé que tomara como una oportunidad para repetir y que le fuera mejor. Al regresar de las vacaciones qué cantidad de mentiras de supuestos acosos había echado. Ella es una mitómana, tiene un problema mental de resentimientos de algo que le pudo haber pasado hace muchos años. Hace poco me enviaron un video de facebook, donde sale ella en un buseta, que un señor supuestamente la estaba acosando y que nadie la apoyó, todo el mundo se le río, hasta el conductor; seguro se dieron cuenta que era un invento de ella. Un psicólogo me dijo que Susan lo que necesita es un psiquiatra, por su delirio de persecución constante.
Al profesor también se le consultó por el testimonio de Ricardo Sánchez, quien recordó otras denuncias de acoso sexual en la década de los 90, a lo que respondió: a ese señor yo no lo recuerdo. En la oficina de control disciplinario quedan registradas todas las quejas, y se podría verificar que es absolutamente falso. Recuerdo muy bien el caso del 2010 y el de 2016, de esta muchacha Susan que está liderando el complot. En otros medios han dicho que tengo hasta 16 acusaciones, lo que es totalmente falso. Conmigo nunca se han comunicado de la Facultad a referirme casos diferentes a los dos que menciono.
Se le formuló al docente una serie de preguntas concretas acerca del material que las estudiantes han referenciado como pruebas:
¿Profesor en alguna ocasión ha enviado audios, o le ha pedido por otro medio, fotos o fotos bonitas, a una de sus estudiantes?
Una estudiante me llamó a principio de año para preguntarme si iba a dar una electiva. Al no recordarla después le pedí una foto para ver si la recordaba, nada más, ni en vestido de baño, solo quería saber con quien hablaba. Eso fue todo.
¿En alguna de las prácticas ha forcejeado con una de sus estudiantes para tratar de llevársela a las malas en un taxi?
Eso es totalmente falso. Yo salgo con ellos para cuidarlos, pero nunca voy a hacer eso, es una mentira garrafal. Eso tendrán que demostrarlo en un juzgado.
¿En algún momento le ha ofrecido becas a alguna estudiante, o dinero, a cambio de favores sexuales?
Nunca se me ha ocurrido. Lo que sí en una ocasión pasó fue una estudiante que llegó llorando porque no tenía plata para almorzar, lo que hice fue darle un billetico. Pero eso fue hace muchos años.
¿Le ha dicho a una estudiante que “estaba sentada en su nota”?
Precisamente ayer hablando con mis abogados sobre las personas a demandar por calumnia e injuria, les dije que hay sobre todo una muchacha que se llama Karen Perilla, que dice semejante barbarie. Yo no estoy loco, tengo mis cinco sentido. De testigo está Javier, mi asistente. En mi cabeza ni siquiera se ocurre esa frase. Incluso hay otra mentira de una estudiante de Agua Azul Casanare, que resultó diciendo que le tocaba las piernas y partes íntimas. Esos dos casos me han ofendido sobremanera.
De otro lado, se interrogó por la postura que han tomado las directivas de la UT, y el profesor Esquivel dijo que, lo primero que hice fue una carta contando cómo calificó a los estudiantes y aclarando todo este bochinche que armaron las estudiantes. Todo esto se da realmente porque ellas presionan fuertemente a la institución para obligarlos a fallar a su favor. El rector no se ha comunicado conmigo, él sabe que el proceso está en la Oficina de Control Disciplinario, el cual mis abogados ya pidieron hace ocho días para saber en qué estado está. A lo que respondió la directora diciéndonos que con mucho gusto. Insisto, el rector en estos momentos está completamente amenazado por el movimiento estudiantil, que si no le da semestres gratis, y un poco de cosas más, no en vano se metieron como 120 a dañar los protocolos de bioseguridad. Así hay personas que ultrajan al rector y todo el que quieran, si no hacen lo que ellos quieren. Las estudiantes creen que porque tienen un grupito para apoyarse mutuamente, entonces son las poseedoras de la verdad.
El profesor Esquivel advierte que ha considerado salirse de la universidad, por lo que él denomina una persecución de algunas estudiantes. Los abogados me dijeron que es mejor aguantar un tiempo, porque si me salgo, dirán que lo hice huyendo ya que eran ciertas las acusaciones. Me siento completamente deprimido y calumniado.
Por último, El Cronista.co tuvo acceso a un reciente audio de una clase virtual impartida por el profesor Esquivel, donde solicita la solidaridad de sus estudiantes en las graves denuncias que lo comprometen:
(CO) 313 381 6244
(CO) 311 228 8185
(CO) 313 829 8771