Política
Se necesita un nuevo contrato social: A. Santofimio
En lo que se puede considerar como un nuevo manifiesto político, Alberto Santofimio Botero, propone un nuevo contrato social dentro del cambio de costumbres políticas que deberán surgir después de la pandemia, donde la lucha contra la corrupción y los privilegios deben ser puntos fundamentales a tenerse en cuenta.
La carta dirigida recientemente al médico Aldemar Parra, nuevo presidente del club Campestre de Ibagué, plantea una remodelación de costumbres y dar un "timonazo que reoriente el rumbo social", a la vez que aboga por cambios profundos en la sociedad que nos permitan salir conjunta e individualmente de los restos que nos ha planteado la crisis sanitaria.
Santofimio. señala que las transformaciones se deben también presentar en todos los órdenes: social, económico, político y cultural, entre otros, "Con imaginación, energía, creatividad y férrea disciplina personal y colectiva".
En este marco, el exdirigente político del Tolima, se pronuncia a favor de una democracia institucional lejana de autoritarismo y totalitarismos populistas que permitan "el alumbramiento prometedor de un nuevo orden económico, más equitativo, igualitario y solidario, para todos, y no solo para un reducido grupo de privilegiados, instalados en las colinas dominantes de la economía, y del poder político".
Asimismo, dice que esta mudanza de del pensamiento y de las costumbres "debe ser al esfuerzo personal, y colectivo laborioso y honrado, y no a la audacia para aprovecharse del estado o de los semejantes, para prosperar".
Santofimio, de otra parte, anuncia en su carta la publicación de un próximo libro: "Con mi propia voz", donde dejará plasmadas sus vivencias y querencias desde la infancia por el club Campestre de Ibagué, destacando el significado de este centro social desde que lo presidió su padre Alberto Santofimio Caicedo, hasta los actuales momentos, cuando la preside el hijo de Alfonso Parra, un conocido transportador del Tolima y dueño de la Rápido Tolima.
El texto completo del documento enviada al conocido médico Aldemar Parra, es el siguiente:
"Muy apreciado Aldemar:
Mi amistad, franca, y devota con tu padre, ha continuado, con toda su familia, orgullosamente. Sé que tu talante entusiasta y emprendedor y tu actitud conciliadora, sacaran adelante nuestro Club, en medio de las terribles dificultades que apareja esta trágica e inesperada coyuntura del destino de nuestro país, y del mundo.
He dejado en ni libro, "Con mi propia voz" el testimonio del enorme significado espiritual y afectivo, que tiene para mi, desde la infancia lejana, el Club Campestre de Ibagué. Primero, como hijo del Socio Titular, Alberto Santofimio Caicedo, directivo del Club, desde 1949, y luego, como Accionista, desde el 8 de Mayo de 1962, hasta la fecha, con el honroso titulo de socio Decano. Además, mi tío Luis Guillermo Botero Caicedo, fue Socio Fundador de nuestro Club.
Son muchas las razones entrañables, para amar y defender la tradición de nuestro Club, y para pensar con entusiasmo que, en tus manos y en las de tus compañeros de la nueva Directiva elegida ayer, nuestra institución, sobrevivirá con fuerza y visión de futuro, como esplendido escenario social y deportivo del corazón de Colombia. Es un patrimonio histórico que los jóvenes tienen el deber moral de cuidar, y engrandecer, con la fidelidad que nosotros tratamos de hacerlo, a lo largo de nuestras vidas.
La historia nos enseña que el sacrificio inmenso y agobiante que implican las guerras, las pestes, las pandemias, las grandes crisis económicas, políticas y sociales, traen luego, necesariamente, un formidable reto de superación y de Renacimiento. Tenemos que derrotar juntos el pesimismo y el peso de la ruina, la miseria y el desempleo ,que nos están cayendo encima, como un gigantesco y peligroso enemigo. Claro, que las secuelas de la pandemia, nos obligan a meditar y actuar decididos, y de otra manera. Debemos ser consientes que todo será distinto, que estamos obligados a dar un timonazo que reoriente el rumbo social, en medio de la inusitada emergencia, dolorosa y si se quiere trágica, de esta dura realidad, que nos obliga a cambiar muchas costumbres, si queremos salvarnos de la destrucción que nos asedia. Es la fuerza imperativa del devenir futuro de la civilización. Pero, tenemos que esperar la nueva historia, con los ojos abiertos y la mente lúcida y esperanzadora. Con imaginación, energía, creatividad y férrea disciplina personal y colectiva. Tenemos que construir el futuro con fuerza y decisión . Saldremos adelante. Tenemos que salir adelante. Se impondrá la democracia institucional, contra las pretensiones de totalitarismo populista, y vendrá el alumbramiento prometedor de un nuevo orden económico, más equitativo, igualitario y solidario, para todos, y no solo para un reducido grupo de privilegiados, instalados en las colinas dominantes de la economía, y del poder político. Se impone un nuevo contrato social, para sobrevivir, cono civilización democrática, con los cimientos de una evidente función social de la propiedad. Y, con un transparente manejo del estado y sus recursos, producto de nuestros impuestos, que en muchos casos, están agobiando a la clase media ,a los trabajadores independientes, a los pequeños empresarios, a los emprendedores juveniles, y favoreciendo al sector financiero, que practica el perverso y usurero capitalismo salvaje. La democracia y la economía tendrán que estar al servicio de todos, sin egoísmos ni privilegios insólitos, con un noble sentido de armonía y convivencia solidaria. Y, sobretodo, lejos de la corrupción una pandemia peor que la Covid-19, con el descarado y sistemático asalto al patrimonio público.
La generación ,a la que tu perteneces, y las más jóvenes, que ya se asoman , en nuestra tierra, a la vida académica, y a las actividades profesionales, empresariales, industriales, agrícolas y ganaderas, los independientes y emprendedores, tienen todos que entender, que el premio al éxito en la vida y, sobretodo, en la compleja época que viene, debe ser al esfuerzo personal, y colectivo laborioso y honrado, y no a la audacia para aprovecharse del estado o de los semejantes, para prosperar.
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Construir la nueva sociedad sobre los valores de la tradición honrada, y no sobre la inmerecida, precoz y efímera acumulación de ambiciones y privilegios repudiables.
La misión, sagrada e inmediata, tiene que ser, unirse para servirle al Tolima y a nuestra amada Ibagué y para, que estos tengan el porvenir de progreso que merecen, y que ustedes ,como clase dirigente moderna y visionaria, están obligados a garantizar.
La ciudad necesita de nuestro Club, y el Club necesita y merece el respeto y el afecto de quienes hemos unido nuestra actividad y nuestras vidas, a su existencia misma, para legárselo, como un tesoro común, a nuestros hijos y nietos.
Estas modestas cavilaciones, producto de mis lecturas y de mi larga experiencia intelectual, te las digo, en voz alta ,con el único propósito de invitarte a ti y a tus compañeros, a ejercer, la más noble de todas las actividades del hombre: pensar con libertad, para luego , poder actuar, con independencia, lejos, muy lejos, de quienes tenga la oscura tentación totalitaria de dominar nuestras vidas, en el presente o en el tiempo futuro.
Suerte, mucho éxito, y gracias por tus palabras generosas, apreciado amigo Aldemar. Desde la eternidad tu padre, mi inolvidable y leal amigo, se sentirá orgulloso de verte asumir este nuevo y seductor desafío.
Un abrazo estrecho de amistad, para usted y los compañeros de Directiva.
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