Si se trata de explotar el chauvinismo como arma política para ganar votos, tenemos que los liberales no son los únicos que tendrán candidatos foráneos para el Senado en las elecciones del 13 de marzo de 2022. Son la mayoría de movimientos y partidos políticos que participaran en esta contienda electoral. 

Por tal razón, en el Tolima, quienes vayan a esgrimir este argumento de regionalismo excesivo para incrementar la cauda electoral tendrán dificultades. Pues no es solo el partido Liberal el que importó candidato (José Luis Correa López –de Caldas-); por la misma línea van: Jaime Yepes del partido de la U, quien tendrá que votar por la candidata del Valle que le diga Dilian Francisca Toro; Cambio Radical que votará por o los candidatos que diga Germán Vagas Lleras, especialmente de Bogotá; los llamados alternativos (Colombia Humana, Polo, Unión Patriótica, MAIS, Verdes, ADA, Dignidad, Marcha Patriótica, ASI, Poder y Unidad Popular PUP, Movimiento Todos somos Colombia, Movimiento Social, Congreso de los Pueblos, entre otros), aglutinados en el Pacto Histórico o en La Esperanza, tendrás candidatos al Senado de otros lugares distintos al Tolima. 

Así pues, los únicos que tendrán candidatos oriundos del departamento, serán el partido conservador con el exgobernador Óscar Barreto y el Centro Democrático con Ricardo Ferro, ambos de derecha; ya que Miguel Barreto, aunque está vinculado a la región desde hace varios años es natural de Boyacá, y allá dicen que tiene también electorado.

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Sin embargo, se debe tener en cuenta que el Senado, según el sistema electoral colombiano es una corporación de circunscripción nacional, en la que sus candidatos pueden buscar y obtener votos en cualquier lugar del país, lo que la hace permeable a que quienes tienen más dinero para repartir o gastar en campaña, con más facilidad aseguran sus curules, especialmente los costeños que tienen más experiencia y manejan mejor este negocio. Por eso, muchos critican la forma como se elige al Senado, por considerarse una forma corrupta y contaminante de la democracia. 

Pero siendo realistas, el problema es más de fondo, muchos de los candidatos a la Cámara de Representantes, corporación de carácter regional, negocian sus votos con uno o varios candidatos al Senado so pretexto de financiar sus propias campañas en los departamentos, no obstante, algunos de ellos, hacen un negocio con esta forma sucia de hacer política, reciben el dinero de la venta de sus supuestos votos, y los candidato al Senado que los compraron, se quedan los sufragios que nunca aparecen por ningún lado. En el Tolima se conocen muchos casos de este vulgar comercio de votos. 

En conclusión, la mayoría de partidos y movimientos políticos votaran por candidatos al senado de otros departamentos distintos al Tolima, no son los liberales lo únicos.  

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Entretanto, en la lista única y cerrada al Senado que ha anunciado el Pacto Histórico, se incluirán a por lo menos tres tolimenses, pero no se sabe si en los primeros o últimos lugares, lo que tampoco garantiza que un paisano salga electo en esta lista. 

Desde que entró en vigencia la Constitución del 91, el Tolima ha perdido protagonismo en el Senado