José Antonio Ocampo, quien lidera la mesa de empalme con el gobierno saliente en representación del presidente electo Gustavo Petro en asuntos de hacienda, planteó este martes lo que a su juicio serán los retos económicos que debe asumir el país y por ende el nuevo gobierno.

De acuerdo con Ocampo, el tema más complejo que deberá enfrentar la presidencia de Petro tiene que ver con reducir la desigualdad social y económica en el país. Situación que se agudizó con la pandemia del Covid-19.

“Hay, además, problemas de calidad de muchos de los servicios, especialmente para los hogares más pobres y en la zona rural dispersa, y un gran vacío en materia de informalidad laboral, así como de indicadores que no se incluyen en el índice de pobreza multidimensional, entre los que sobresale el limitado acceso a pensiones”, escribe el exministro José Antonio Ocampo en su columna de El Espectador.

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Afirma el exministro Ocampo en su columna que existen otra serie de retos de corto plazo, que tienen que ver con el control de la inflación, anclada a los alimentos, lo que exige aumentar el apoyo de ingresos a los hogares pobres y vulnerables.

Sobre la incidencia internacional  señala que “Las incertidumbres más inmediatas provienen del contexto internacional, tanto en materia de actividad económica como de inflación. La inflación comenzó a repuntar en Colombia como en el mundo entero a fines del año pasado, pero fue agudizada por la invasión de Rusia a Ucrania, que generó precios muy elevados de petróleo, gas, fertilizantes y varios productos agrícolas”.

En ese orden se refiere al papel de la banca incluida la colombiana, que según Ocampo se han puesto en la tarea de aumentar las tasas de interés, lo que se interpreta como un escenario que empieza a afectar la actividad productiva en el país.

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Indica, entonces, que “En muchos casos las tasas son altas, pero los beneficios tributarios también lo son, lo que significa que la carga tributaria está mal distribuida. Los principales problemas están en el impuesto a la renta de las personas naturales, pero también a múltiples beneficios a sectores empresariales”.

Ocampo afirma que el país debe liderar cambios que, de un lado, reduzcan las presiones sobre la deuda del Gobierno, al tiempo que le pone el acelerador a la actividad agropecuaria nacional, como uno de los jalonadores de la economía colombiana.

Dice además que “la necesidad de políticas de desarrollo productivo más activas ha sido reconocida por los últimos gobiernos, pero las que se han puesto en marcha son todavía modestas y con una fuerte apropiación regional apoyada por los gobiernos locales”.