Política
El manifiesto de Santofimio
En lo que pareciera una inocente carta dirigida a unos familiares, Alberto Santofimio Botero, hace un enjuiciamiento político a todos los establecimiento del orbe incluyendo a la nación y obviamente al Tolima.
El pronunciamiento de unas 3000 palabras, plantea una serie de cuestionamiento a todo nivel y afirma que las administraciones públicas se han sido "(...) convertidas en caja menor de los dueños del poder absoluto a todos los niveles".
El documento que parece más un manifiesto político que una comunicación familiar, Santofimio señala que la crisis que vive "El precio de las equivocaciones de sus gobernantes, dio lugar al actual caos de un mundo sin norte, sin brújula y sin destino".
La carta, escrita en un tono sobrio y reflexivo, incluso meditativo, fue conocida por varios amigos del otrora Jefe político del Tolima, quienes la consideran la primera manifestación pública y política de Santofimio, después de haber recuperado su libertad a meidados de esta semana.
Inicialmente en el escrito se aborda el tema carcelarios y de la justicia, luego analiza la situación internacional, pasa por la acumulación de riqueza de ciertos sectores de le economía, habla del medio ambiente, y señala que: "La política perdió idealismo, ilusión, sustancia, entusiasmo y contenido. La mediocridad consolidó su ridículo imperio".
Después de cavilar sobre su extensa reclusión y de insistir en su inocencia por el magnicidio de Luis Carlos Galán, Santofimio dice: "En el otoño de la existencia he probado desafiar el circulo de fuego de la ignominia y de la infamia, con valentía, seguro de mi inocencia, orgulloso de mi lucha, y presto siempre a resistir, a persistir, a no entregarme".
El texto completo de la carta-manifiesto de Alberto Santofimio Botero, es el siguiente:
"Queridas primas Magdalena y María Esperanza:Gracias por el mensaje,y por preocuparse por mi situación, en este secuestro de la corrupción judicial. Vivimos una situación muy compleja, en medio del motín, la revuelta y el caos de los vecinos a pocos metros nuestros.
Estamos abandonados, sin medicinas, sin prevención, sin pruebas del virus, sin saber cuántos asintomáticos lo tienen. Esto es un círculo más del infierno de Dante. Los alaridos de dolor y de indignaciónse oyen en la alta noche, y me hacen recordar, las narraciones sobre los aterradores episodios de los campos de concentración de los judíos perseguidos por el horripilante monstruo de Hitler. Pero yo sé resistir en medio de horror y de tan aberrante injusticia, que algún día tendrá fin.
Veo sí, con gran preocupación el panorama de Europa, EEUU, África, desde luego el de nuestra patria, la de las varias violencias aún no superadas a pesar de procesos de paz, crucificada más allá de esta crisis sanitaria, en un horizonte negro de estallido social, depresión económica, desempleo, miseria, inconformidad galopante y desinstitucionalización amenazante .Unos países descuadernados hasta límites impensables. Sus democracias en vilo, con una juventud que sale a las calles con reclamos dispares y caóticos. No son las protestas unidas en torno a una idea o a una ilusión, como la que yo vi muy joven con asombro en las calles, plazas de las universidades, en el luminoso y seductoramente bello Paris, en ese imborrable Mayo de 1968, con Daniel El Rojo a la cabeza. Entonces, la fuerza de unas ideas motoras, levantaba la firme esperanza de vivir de otra manera y sacar del juego la vieja política, sus ideas, y sus líderes emblemáticos. No más de Gaulle, el héroe de la resistencia contra la bárbara ocupación, ajena sobre la ciudad, de la cultura, el templo mundial del arte, la música, la literatura el teatro, el de la gran bohemia galante,que escuchaba en el aire enrarecido de las madrugadas, entre humo de tabaco, drogas y licor, el canto de "gorrión", de la seductora Edith Piaff, con su figura menuda y frágil, pero con esa voz poderosa, inmensa, contagiosa-La bohemia, exquisita e inimitable de ese Paris, que simbolizaban Sartre, Camus, Simone de Beauvair, la que personificaban también, en el Deux Magots, o en el Café de Flore Pablo Neruda con Matilde Urrutia, Gabo con Mercedes, Cortazar con Aurora y luego con la seductora Dolly,escribiendo siempre, alto silencioso, y solitario, en el Old Navy, en cuadernos de estudiante, la revolución de la novela de su tiempo, Rayuela,y con la sombra extraña de La Maga, en su mente iluminada.
También, estaban presentes los amoríos insólitos de La Tía Julia y el Escribidor, el juvenil Vargas Llosa, el entonces controvertido izquierdista, hoy rampante autor de la extrema derecha, el autor de La Ciudad y los Perros. En ese tiempo de rotura hervían las consignas de la juventud sobre el gris, lluvioso y sugestivo aire de Paris, en las veredas del Senal, en los puentes emblemáticos, en la Sorbona, cerca de la Opera,en el Sacre Coeur, de cupuls y flores rojas, en el Barrio Latino, en Mo en la pintoresca, intimantparnasse, la placita de los pintores, du Tertre, en las barricadas de Nanterre, por todos los rincones se sentía el impulso singular de una juventud, poblada de sueños e inconformidades, presenciando el alumbramiento de una sociedad mejor, y más justa. Se perseguía liquidar a golpes de sentimiento popular, el orden viejo, aún sin tener claro el cuándo y el cómo del nuevo. Era un sueño que bullía esperanzado.
Ahora en la época presente tenemos democracia tambaleando, en todos los continentes.Imperan aún, las insólitas guerras y fanatismos religiosos, peleando territorios y símbolos, como Israel y Palestina, en medio de la muerte y de la violencia interminables. Los trasnochados nacionalismos, e independentismos, fracturando naciones unitarias, como las de Cataluña y el país Vasco. Toda una actitud delirante e insensata en época de evidente globalización. La humanidad perpleja no por el fin de la historia, como pregonó precipitado Fukuyama, sino por la asombrosa e inesperada muerte al tiempo de las dos grandes ideologías que le ofrecieron, por décadas a la humanidad, redención, felicidad, paz y bienestar y fracasaron estrepitosamente, pues, jamás lo consiguieron. El precio de las equivocaciones de sus gobernantes, dio lugar al actual caos de un mundo sin norte, sin brújula y sin destino.
El comunismo estalinista y el capitalismo salvaje, el socialismo extremo y el falaz neoliberalismo. Esas fórmulas mágicas llevaron tercamente a millones de seres humanos, a guerra cruentasy a efímerasy débiles paces, En tanto, la vida realdel ciudadano comúnresultó cada vez más miserable,sumida en el fango, de la desigualdad y la frustracióncon millones de seres en la absoluta miseria, frente a desalmados millonarios explotadores, multiplicando soberbios y desafiantes sus avaras ganancias exorbitantes.
La política en tanto perdió idealismo, ilusión, sustancia, entusiasmo y contenido. La mediocridad consolidó su ridículo imperio. El demonio de la corrupción, la burocratización, la contratitis, y el enriquecimiento criminal, en espantable maridajede lo privado y lo público en todo el universo. Empresas de papel, multinacionales, contratistas corruptos ,con socios cercanos al poder de los gobiernos, dominando con su sucio dinero naciones, regiones, departamentos, provincias y municipios, en todos los continentes. Todo es zarpazo, robo, coimas, comisiones ilegales. El estado no para servir sino para servirse de él. El poder y el gobierno como insólito botín, y el objetivo de permanente y descarado saqueo. Las administraciones publicas convertidas en caja menor de los dueños del poder absoluto a todos los niveles. La insensata admiración por muchos, de la ostentación del dinero mal habido, en hoteles, clubes, restaurantes, fincas de oneroso y ridículo mal gusto. Ah, y conjuntos inmobiliarios de lujos estrambóticos, donde alumbra desafiante el oro mal habido. Son la réplica hoy de la mafia de los años 80, en Colombia y la del cínico Al Caponé, en los suburbios norteamericanos, o de la siciliana del Padrino que eternizó Mario Puzo.
Con esta podrida nueva ola social, si así podemos llamarla, se construyen así, en ese desastroso imperio del nuevo riquísimo, ilusorios, mediocres liderazgos de barro, al estilo de la "Cosa Nostra", con ridículos y soberbios padrinos, en la penumbra cómplice de negocios turbios, donde se distribuyen, contratos, licitaciones, puestos, presupuestos. Esos falsos y podridos efímeros imperios,que no resisten ni el soplo de una justicia independiente, y recta, lejos de los carteles de la Toga, que la envilecieron, arrebatándole su majestad y su respeto moral.Tampoco, soportan, la acción honrada de una investigación criminal, imparcial, de sus patrimonios, ni del origen oscuro de sus inconmensurables fortunas. Lo cierto es, que la gente en cómplice silencio, sabe esto en todos los países, y lo dice, con fundado temor,que esas multimillonarias y rápidas fortunas, ni las heredaron,ni las trabajaron.Todo es producto del descarado robo al patrimonio público. Como en Fuente Ovejuna, los ciudadanos saben de dónde salió la prosperidad de su propio comendador. Gobernantes caen en todas latitudes sin importar,si son de derecha, como Fujimori y sus herederos, o de izquierda como Lula Correa, Maduro o Toledo. La corrupción, con el asalto creciente y sistemático al dinero público, es una peste contemporánea, peor que la pandemia del coronavirus, o que los de cualquiera de las más mortales enfermedades que han atacado a la humanidad. Entre las drogas y la corrupción la paz de verdad en muchas naciones, entre ellas Colombia está cada día más lejana.Resulta una hazaña irrealizable, un empeño imposiblefrente al variopinto crecimiento,como maleza de las mil violencias de cualquier origen.
Gremialistas de políticos, políticos de negociantes, en una alianza sucia y macabra que se ve en todos los países del planeta. La inconsciencia colectiva acabando con el medio ambiente, apoderándose de los recursos naturales, dueños de ríos, páramos, valles y colinas. Soberanos del agua ,el aire, los ríos ,las quebradas,las acequias,que canto Álvaro Mutis cargadas de lodos vegetales, ahora terriblemente amenazados envía de extinción como las especies animales y muriéndose. Dela mano de los codiciosos todo es desolación en nuestro medio ambiente y en nuestro patrimonio natural. Su tarea es depredar la naturaleza, inconscientes e insolidarios, solo pensando en aumentar su asquerosa concentración del capital y la riqueza, multiplicando así la desigualdad y la miseria, y sumiendo en elirredimible pobreza extrema a la humanidad.
Hasta el intocable Rey Juan Carlos, el "héroe", de la transición , de la dictadura franquista a la libertad democrática,en España,es hoy el deplorable actor de cuentas secretas en Suiza,y repartija de favores, prebendas y regalos ,a sus amantes extranjeras y locales,por cuenta de asquerosas coimas,de contratos con el estado español, a través de contratistas, amigos, de falsos príncipes, de bandidos jeques y dictadores. La Monarquía de los herederos de Alfonso XIII no resiste ya el desprecio y la ira popular de los españoles. En el mañana de un posible referendo para decidir entre Monarquía y República,la derrota de la primera será inatajable. Los herederos de Franco, tienen Vox, pero no votos, para tratar de sostener en pleno Siglo XXI, el embeleco monárquico,en medio de la absoluta y enhiesta inconformidad colectiva. El "derecho divino de los reyes",está en vísperas de su final anunciado, dramático y merecido.
Y, seguimos sin ver, en el enrarecido firmamento, cual puede ser la solución mágica, ni los líderes mundiales,que conduzcan a la nueva tierra prometida. En esta gran recesión, no veo ni a un Churchill, ni a un Rooselvet, prometiendo planes de cien días, como solución a las angustias colectivas de su patria,sino a un gringo prepotente, ignorante, autoritario y repugnante, buscando reelegirse para multiplicar su fortuna y la de sus amigos. Y, Putin, es un Stalin solapado, un travieso Rasputín, buscando eternizarse en el poder. Y, la amenaza del gigante chino, converso del capitalismo desarrollista lejos del deseo revolucionario de Mao y su " Libro Rojo", están haciendo cierto el entonces ilusorio pronostico del Emperador Bonaparte,que nadie en su época creyó: "Cuando China despierte, temblará el mundo." La geopolítica ahora está al borde del suicidio,como en una ruleta rusa,esperando la última bala que le cause su muerte definitiva. Sin líderes, sin ideologías en la anarquía de la partidocracia, tambaleándose por los escándalos y la pintoresca presencia de las ultimas monarquías europeas, moviéndose entre el pragmatismo de los grandes concentradores y explotadores del capital, la riqueza, el trabajo, el campo, y los medios de comunicación masiva, frente a una infinita, desilusionada y protestante legión de los "pobres del mundo",a los que ya no se les puede cantar, ARRIBA,como en nuestro coro juvenilentusiasmado, con la letra y la música del himno guerrero de la INTERNACIONAL en nuestra juventud,porque ahora esos simbólicos "pobres del mundo" están abajo, sumidos en el fango de una pobreza, espantable como aquella que nos incito a la lucha progresista , hasta el asombro, en nuestra ya lejana juventud,con el " Sueño de las Escalinatas ", del Maestro Jorge Zalamea, cuya voz profunda nos estremecía, en el disco de acetato 33 revoluciones que trajeron mi padre y Alberto Suarez Casas, un día de diciembre de 1957,desde Bogotá, como primicia. Lo escuchábamos, en franca algarabía, hasta rayarlo, en la vieja radiola PHILCO, y en nuestras tertulias del Danubio, con Ismael, Mariela, Alfredo y Julia Inés, Julio Galofre, mis padres, Alfonso Palacio y Magolita, el Maestro Triana, Aurora y sus hijos, dilectos amigos de la bohemia galante, intelectuales y soñadores todos, Jorge Ali, Gloria y Amparo Triana y, el pintor Manuel Hernández, el poeta Jorge Ernesto Leyva, y tantos otros amigos y contertulios entrañables. Ojalá estuviera equivocado. Pero más que visionario la misma época de nuestra devoción por Fidel y por el Che,entrando jubilosos en los hombros del pueblo a derrocar la sucia dictadura de Batista. Sueño luego traicionado en largos años de tiranía familiar de corte estalinista, ajena a la revolución que encendió nuestras mejores ilusiones adolescentes.La larga experiencia de lo vivido en días de gloria, de poder, y de sufrimiento y de terrible adversidad, me llevan a pensar libremente y en voz alta. He vivido intensamente, y conozco el país que palpita en las plazas, en las calles, en las academias, en las universidades, en los sindicatos, en los cafés, en el alma de los campesinos y los líderes comunales en fin, en el corazón limpio de los humildes, los débiles, los desposeídos, el de los barrios de invasión, y la Colombia lejana y profunda. Compartí por treinta años la desigual complejay frustrante realidad del parlamento Colombiano.Allí quedó el eco histórico de mis debates,y leyes y reformas con las cuales busque responder al clamor de cambio y reformas democráticasconforme al anhelo de los ciudadanos que, con fervor, entusiasmo, y limpiamente, me eligieron tantas veces. Con todos ellos compartí por muchos años, el duro pan, la música ,el amor, y el sol de la esperanza .He convivido, en interminables vigilias, de soledad y silencio, con muchos inocentes que sufren, el olvido en las frías y oscuras cárceles de nuestro país, las victimas impávidas de los falsos testigos,y de la vergonzosa corrupción de la injusticia, cruel, rampante y devoradora. En ese ambiente sobrecogedor he meditado con objetiva serenidad sobre estos fenómenos, atreviéndome a analizarlos sin otra pretensión que llegar al espíritu inquieto de los amigos especialmente de mis amados paisanos del Ibagué de mis mejores devociones, y del Tolima heroico escenario de mis ardorosas luchas populares, y de mis empeños políticos y mis realizaciones sociales y culturales, que hoy son patrimonio de la ciudadanía y le han servido a varias generaciones de mis coterráneos.
Mis divagaciones llegan, hasta el punto de evidenciar la explosiva mezcla de concentración de la riqueza, y la sufriente miseria galopante en un mundo agitado, por la civilización del espectáculo y la desmesurada red digital.Esta es una bomba, sin precedentes, cuyas consecuencias pueden ser peores que las de las armas nucleares de Corea del Norte. En Europa ,en América, en Asia, en la civilización de la Media luna, en la Colombia de mares, ríos, nevados, llanos abiertos acariciados por el sol,y cordilleras besadas por la niebla,y deslumbradas por el verde de todos los colores,al decir del magistral poeta Aurelio Arturo,todo nos conduce hoy al temor al futuro, a la acuciante incertidumbre, que nos acosa y nos agita, en este complejo tiempo histórico trastornado.
Todo, va cambiando velozmente, al vaivén de las crisis inéditas y sorpresivas. Hace un mes por ejemplo, se veía un Trump inderrotable. Hoy, su disparatado, terco y arrogante manejo de la crisis de la pandemia,ha abierto el camino para una derrota, sino segura, si al menos posible. La España, de Cervantes, del Siglo de Oro, la de Baroja, Unamuno, los Machado, Ortega y Gaset, Azorín , Marañón, García Lorca , Cernuda, Miguel Hernández, Guillem, Panero, Juan Ramón Jiménez la de Azaña Largo Caballero, Adolfo Suarez, y tantos otros , está hoy en una en una decadencia política espantable, con una monarquía tambaleando por la corrupción, sin un liderazgo evidente, dependiendo, de las ordenes que vienen de Bruselas ,y del Fondo Monetario Internacional,con su soberanía económica y políticaen entredicho. Ante este ambiente enrarecido, tristemente lanzo estas a agitaciones, cargadas de evidente realismo, sin la magia, que inspiro al inolvidable Gabo, mi contertulio y vecino, en la ciudad amurallada, en la Cartagena "plena de rancio desaliño", que cantó, Luis Carlos López, pero con sensata" Residencia en la Tierra",como el hermoso título de uno de los libros esenciales de mi admirado Pablo Neruda,el enorme poeta de dos siglos de la América nuestra,la de Allende,la victima del imperialismo y de la derecha golpista y asesina , la del Chile negro de Pinochet.
No se preocupen por mí. En el otoño de la existencia he probado desafiar el circulo de fuego de la ignominia y de la infamia, con valentía, seguro de mi inocencia, orgulloso de mi lucha, y presto siempre a resistir, a persistir, a no entregarme, gracias a la fuerza moral de Liliana, mis nietos mis hijos,y de una interminable solidaridad de amigos fieles y afincados en múltiples generaciones de tolimenses, y de colombianos fieles,que jamás me han abandonado,que han hecho palpitar su corazón, generoso, rebelde y valiente, ,al lado del mío. En nuestro solar nativo es el talante de los Pijaos, inconquistables, reivindicados en las obras de mi amigo,Leovigildo Bernal.Es el estilo y la razón de ser de esa escuela de inteligencia, pensamiento y acción que encarnaron, para nuestro orgullo José María Melo, redescubierto gracias al libro de mi compadre Darío Ortiz Vidales, Manuel Murillo Toro, Alfonso López Pumarejo, Darío Echandia, sabio, filosofo, y mi presidente de tesis de abogado, Carlos y Juan Lozano y Lozano, los cercanos amigos, amigo de mi padrey mi acudiente en el colegio y en la Universidad, Antonio Rocha Alvira, mi rector magnífico en el varias veces centenario claustro del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario . Caicedo Castilla, Bernate, los Camacho Angarita, los Peláez Trujillo, mi Lord Rafael Parga Cortes, líder temerario de la resistencia contra las dictaduras, Severiano Ortiz Nieto, Yesid Melendro, dilectos consejeros de los inicios de mi vida pública, yespecialmente,
También me trazaron el camino en tradición gloriosa, nuestros bisabuelos y nuestros abuelos,legendarios, ejemplares,en tiempos de guerra y nuestros padres, respetados en la democracia, recuperada luego de la violencia que arranco con el asesinato del líder popular Jorge Eliécer Gaitán, y de las dictaduras, en el plebiscito de 1957.Nuestros antepasados vivieroncon decoropersonal,intelectual y social indiscutible. Preocupémonos ahora por contribuir, en la medida de nuestras fuerzas, a salvar a Colombia del naufragiopara que nuestros hijos y nietos, tengan albergue en una patria progresista,justa,soberana,en armonía,sin odios, ,con igualdad para todosy con sueños intactos y posibles. Que se abran en paz, las anchas avenidas de la nueva historia al impulso de un pueblo libre independiente y soberano. Esta tiene que ser muestra prioritaria y esencial tarea en el feliz otoño de nuestras vidasluego de derrotar, unidos ,disciplinados y fuertes ,la amenaza trágica de la pandemia, y de la honda crisis económica, que ella comporta y que, adviertocrecerá peligrosamentecon fuerza de explosión social, y tormenta política, en el inmediato futuro.
Cuídense mucho. Un abrazo del Primo que tanto las quiere".
ALBERTO SANTOFIMIO BOTERO
Bogotá, Marzo de 2020.
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