Sin detenernos en comentarios jurídicos sobre la determinación que tomó este martes 24 de julio, la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia de llamar a indagatoria al expresidente y actual Senador Álvaro Uribe Vélez, por los presuntos delitos de soborno y fraude procesal, se debe entender que las consecuencias políticas de este caso pueden ser letales para el Centro Democrático y el gobierno de Duque.

No obstante ello, también se puede pensar todo lo contrario, que el expresidente levante solidaridad y apoyo en sus seguidores como ya se ha visto en otras ocasiones, debido al peso político que tiene donde algunos inclusive, lo consideran un Mesías. Uribe para algunos es una religión, no olvidemos eso. Y esta situación se le puede convertir en un bumerán para sus enemigos.  Esta es la dicotomía que se registrar entre seguidores y opositores de Uribe.    

Entretanto, el proceso hasta ahora comienza en firme y pueden suceder eventos que no hemos pensado. Sin embargo, el caso no está en la hermenéutica jurídica, en si después de su renuncia como Senador su proceso pasa a la Fiscalía o lo continua conociendo la Corte Suprema, de una y otra forma, el resquebrajamiento político del uribismo es inminente al comienzo de su próximo gobierno con el nombre de Iván Duque. Es el más duro golpe que ha recibido ese movimiento después de la medida tomada por el máximo organismo de la justicia penal en Colombia, que se constituye en el primero de importancia, pese a los más de 270 procesos (por diversas causas) que tiene Uribe a sus espaldas y que reposan el sueños de los justos en la llamada Comisión de Acusaciones del Congreso, más conocida como Comisión de Absoluciones y en la justicia ordinaria.

Dentro de los principales temas de análisis de los comentarios que han comenzado a circular en medios y en corrillos políticos se pueden concretar en cuatro puntos. El primero, el gobierno que inicia el 7 de agosto Iván Duque, comienza políticamente debilitado, pues pagará las consecuencias que se deriven de los procesos donde se encuentra comprometido el jefe verdadero de gobierno AUV.

Segundo, la renuncia al Senado del líder del CD, tienen dos elementos de fondo para considerar: uno, no servir de escaneo de sus contradictores en el Senado que en cada debate le estarían recordando su condición sub júdice y, por ende, le restarían autoridad moral, ética y política a sus intervenciones y, la segunda, burlar de cierta forma, la decisión de la Corte Suprema de Justicia al impedir que sea este organismo el que lo continúe investigando, y permitir que el caso pase la Fiscalía por competencia, pues pierde su envestidura de Senador; y allí, tendría más posibilidades de dilatarlo y hasta podría salir absuelto, dicen sus críticos, cosa distinta afirman sus amigos, incluyendo al propio Uribe, quien a través de su famoso twitter ha dicho que no renuncia al Senado para pasar a la Fiscalía porque la Corte no pierde su competencia. Este tema está es discusión y es la Corte la que tiene la última palabra.

(Puede leer: Álvaro Uribe Vélez es llamado a indagatoria y renuncia al senado)

Tercero, ante esta situación indudablemente el que asumirá la vocería del CD en el Senado será el también polémico José Obdulio Gaviria, considerado el 'filósofo' y consejero o asesor principal del Uribe. Entiéndase, hay cambio de vocero pero no de jefe.  

Cuarto, este primer caso de llamar a indagatoria a Uribe, se podría convertir en el detonante para que aparezcan otros llamamiento sobre investigaciones que cursan contra el exmandatario por abuso de autoridad, paramilitarimo, entre otros.

Solo queda esperar el desarrollo de este proceso hasta el final y que tanto la justicia como los encartados, cumplan con transparencia y cabalmente sus roles. Y  hay que señalar todo lo transcurra en este suceso le interesa a los tolimenses, sobre todo a los militantes del CD.   

Pero de todas formas queda la pregunta para el Tolima y todo el país ¿Debilitamiento de Duque por caso Uribe?