Política
Algo huele mal en el Tolima
El aumento de contratos por prestación de servicio en las diferentes dependencias de los despachos de alcaldías y gobernación no es nada nuevo en época de elecciones. Y esta situación se concreta así en la gobernación del Tolima: de 150 personas que generalmente tiene Indeportes, por ejemplo, se pasó a más de 370, demostrando que cuando se quiere se puede. Vayan las personas que realmente sí trabajan por la institución a sacar adelante su contrato a ver cuántas trabas les ponen. Vayan al Secop y hagan el análisis de año tras año. Ojalá eso se vea reflejado en el mejoramiento de las condiciones sociales de la comunidad.
En la secretaria de Gestión del Riesgo del departamento ocurre lo mismo. Encuentra para esta temporada 4 personas haciendo el mismo oficio. Sin embargo esta semana las dependencias están solas. El trabajo de este fin de semana es crucial para su continuidad o no en las tareas asignadas. Son dos ejemplos palpables de lo que se vive en esta fiesta de la democracia, dos ejemplo que nos demuestran que las maquinarias son las que ganan y no las encuestas.
Preocupa además ver como los aspirantes al Senado y Cámara están impresionados de ver los costales de dinero que ya llegaron a los municipios del Tolima por parte de personas que vienen en el momento justo a comprar los votos. De allí que cerca del 70% de los sufragios en la región sean para personas que no son de esta tierra, pero que ven en el negocio de la política la mejor oportunidad para seguir haciendo de las suyas.
Recuerde que las necesidades nuestras son muchas y cuando se vota por quien “engrasa” el momento se pierde la posibilidad de poder hablar fuerte por la región. Ejemplos, muchos. 70 años después y el Túnel de la Línea no se ha terminado. 60 años después y el Triángulo Sur del Tolima no se ha terminado. 30 años después y la vía Cambao – Líbano – Manizales no se ha empezado a hacer.
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