Por Rubén Darío Rodríguez Góngora - Exalcalde de Ibagué. Exrepresentante a la Cámara

 Felicito a nuestra gobernadora Adriana Magali Matiz, elegida por más de 350.000 ciudadanos, por el llamado que ha hecho al Gobierno Nacional para que, dentro de sus competencias, no la dejen sola frente a los problemas de orden público que se han suscitado en los últimos días en el departamento, principalmente en algunas poblaciones del sur del Tolima.

Ella personalmente ha estado presta a enfrentar junto a la Fuerza Pública a los subversivos, y prueba de ello es su permanente visita al territorio para conocer de primera mano la problemática que se presenta, y a la vez establecer estrategias que le pongan coto a la avanzada de las disidencias.

Sin embargo, han aparecido voces que la cuestionan sin razones, pues a pesar de haber sido funcionarios, desconocen flagrantemente nuestra carta fundamental.  A esas personas hay que decirles que el llamado hecho por la mandataria "NO SON EXCUSAS".

En la estructura del Estado hay 3 ramas del poder público, que el art 115 CN establece que el Presidente de la República es el Jefe del Estado, jefe del gobierno y suprema autoridad administrativa; que el art 189 dice que corresponde al presidente: 3) dirigir la Fuerza Pública y disponer de ella como comandante supremo de las Fuerzas Armadas; 4)conservar en todo el territorio el orden público y restablecerlo en donde fuere turbado; y que el art 303 CN establece que el gobernador será agente del presidente de la República para el mantenimiento del orden público.

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Por eso el llamado de la Gobernadora está dentro de sus competencias, porque ella ha demostrado seriedad y compromiso en todos sus actos, y ese llamado ha sido atendido por el gobierno central, como debe ser, por lo que ya se ha citado a los gobernadores del país con el Ministro de Defensa para tratar los problemas de orden público en sus regiones.

Ahí lo que se demuestra es liderazgo de nuestra autoridad departamental. Gobernadora, no le pare bolas a esas voces desenfocadas que solo buscan protagonismos políticos alimentados por sus amigos íntimos.