[LetraCapital Letra="L"]os tolimenses sentían orgullo por cinco circunstancias que fueron tornándose en estandarte en el concierto nacional. En el orden cultural, la grandeza de sus juristas y literatos, tan sobresalientes, que lograron incrustarse en el imaginario colectivo como superdotados, pues su paso era firme, convincente y su huella se sostiene incólume a pesar del paso inexorable del tiempo.

En el aspecto productivo, la inmensa riqueza de sus campos que eran fecundos con enromes cultivos de arroz, algodón, ajonjolí, maní, café hortalizas y frutales, lo que origino la construcción de los mejores distritos de riego y el convertirse en la despensa agrícola de los colombianos.

Su imponente Nevado, erguido en la inmensa cordillera, como si fuese el dios protector de los habitantes de la región y mudo símbolo, gigantesco, de lo que debe preservarse: los recursos naturales y las aguas cantarinas de generosos ríos que tributan al Magdalena el mayor porcentaje de su caudal.

El escuadrón de fútbol que con humildad levantaba la autoestima de los habitantes de los 47 municipios que conforman nuestra geografía y el aguardiente, que en un comienzo era tridestilado y que dio paso a una gigantesca factoría que trascendía fronteras y en la que también se producía el alcohol de mayor calidad en el país.

Hoy, el primer aspecto fue manchado por el paso de un Fiscal General de la Nación, oriundo de esta tierra que dejo lleno de dudas el sistema de aplicación de justicia, pues se evidencio el apoyo a los poderosos y el castigo severo para los desposeídos, cuando debe ser al revés, pues los de arriba son los que deben dar ejemplo de pulcritud y honestidad. A ello,  se suma la actitud de un magistrado del Consejo de la Judicatura que hizo y deshizo mientras ejerció su cargo, manchando el accionar de sus antecesores.

En lo referente al segundo estandarte; la pobreza y quiebra de los agricultores y el aspecto desolado de sus campos, demuestra la poca acción de su dirigencia política y gremial.

El nevado ha perdido el mayor porcentaje de su cumbre y los portentosos ríos de otras épocas son hilos de agua, como consecuencia de la nula defensa que se hace de sus predios.

El equipo el Deportes Tolima dejó de ser orgullo regional, porque reposa en manos boyacenses que solo buscan el lucro personal pero ninguna posibilidad de oportunidad para los nuestros, ni siquiera la de pagar impuestos para el sostenimiento del mismo escenario.

Y el aguardiente, desaparecerá pronto del mercado porque no existe una política real de preservar la factoría y, en los últimos años, solo ha permitido el enriquecimiento de particulares que se apoderaron de sus enormes predios, que hoy son condominios, como contraprestación de inversión de recursos en las campañas electorales

Pero lo más, criticable es el silencio de unos organismos de control que se hacen los ciegos y sordos cuando es evidente la necesidad de investigar lo que está sucediendo con la nueva camada de ejecutivos que se implantan en los cargos sin ningún sentido de partencia por el Departamento y sus Municipios y  que tienen como única misión la iniciación de campañas políticas a futuro, sin importar lo que suceda con los bienes de los tolimenses.

Cómo es que todos ven, como el Aguardiente de la factoría sale en los vehículos de la misma, no con destino comercial sino con rumbo a fiestas personales; cómo es que se designa un subgerente de la Lotería del Tolima sin conocimiento de nada, cuando la empresa escasamente da para un Gerente; cómo es que se tiene en el más completo abandono el sistema de salud; pues lo primordial, lo que se busca, es rifar las Gerencias de los hospitales para consolidar fortines políticos y cómo se mira con indiferencia las pretensiones de endeudar el departamento con cifras astronómicas que solo originarán descalabros en futuras administraciones. Se evidencia así, que son densos los nubarrones que se ciernen sobre el Tolima.