Opinión

Ibagué a quinientos

Ibagué a quinientos
Por: Víctor Sánchez

Por primera vez en un 14 de octubre, aniversario de la fundación de Ibagué, no se realizó la tradicional ofrenda floral a la cabeza de Andrés López de Galarza, monumento que fue trasladado hace unos años del parque Galarza, en la diecinueve con segunda, a una zona verde junto al Sena , donde hoy reposa.

 

Un desaire fatal e impertinente de parte de la Administración Municipal, hacia el fundador, dirán sus biógrafos; otros, sus detractores, se están riendo.

Esperan que la cabeza de don Andrés siga rodando y caiga en unos años, al cañón del río Combeima, y se entierre sin perdón, en el olvido, como los nativos que habitaron estas tierras del Valle de las Lanzas y el alto Magdalena, a quienes derrotó en el siglo XVI en la guerra contra los Pijaos que duró prácticamente cien años, ya que se habían convertido en el principal problema político, económico y social para el Nuevo Reino, al asaltar los caminos y mantener la amenaza permanente a las poblaciones fundadas por el imperio español , paralizando el comercio y las nuevas exploraciones mineras.

 

En el 2050, de acuerdo con la fecha asignada por los cronistas, Ibagué cumplirá quinientos años, y tal parece que el conflicto social de la Colonia no ha sido superado, ni la codicia y la ambición por el oro. La explotación de la minería de aluvión predominante fue el motor colonizador y motivo de la guerra de exterminio decretada por la corona española, contra “quienes muertos podrán ser / más no vencidos”.

 

Existen muchos episodios oscuros que no se cuentan ; la historia oficial, la que nos hacen repetir en los colegios, que exalta al conquistador invasor, escrita por los ganadores de la guerra, está cuestionada por estudios serios sobre el poblamiento prehispánico , porque desconoce la posición de los nativos y por supuesto oculta el origen de muchos de nuestros males, pero también de nuestros más preciados valores ancestrales.

 

El investigador Adolfo Triana Antorveza, desde 1972 ha realizado interesantes estudios sobre las comunidades indígenas del Tolima, y en un documento de la serie histórica Cuadernos del Jaguar titulado “ La colonización española en el Tolima”, señala lo desconocida que ha sido toda esa etapa de la historia, al dar crédito solo al boletín oficial de los Cronistas de Indias, donde se repite el mismo relato, desconociendo estudios que contradicen la versión española y que por supuesto ignora o desconoce otras fuentes e impide formar y construir un criterio sobre la historia local y regional.

 

Otras voces como la del profesor de letras prehispánicas de las universidades de Kentucky y de Tulane, Estados Unidos, Alvaro Félix Bolaños, autor de un estudio publicado en 1994, con maestría y seriedad en el manejo de las fuentes, sobre la representación de los indios Pijaos en la retórica colonial de Fray Pedro Simón , manda al piso muchos mitos sobre la población aborigen y cuestiona el hispanismo, las implicaciones ético políticas de nuestro arrogante quehacer intelectual que le hace demasiadas venias a Europa sin asignarle un mínimo valor al otro, al derrotado, al que perdió, al que enfrentó al invasor, a los nativos y a su cosmogonía ancestral.

 

Estas efemérides son oportunas para reflexionar y mirar el pasado como un activo de la memoria que ayude a transformar este presente y engendrar un futuro promisorio para la región.

 

Hoy al igual que ayer, con la economía de la colonia, enfrentamos la más perversa y oprobiosa invasión de la que se tenga historia después de la conquista de América. La lógica mesiánica del modelo de economía extractiva que se define como la extracción de grandes volúmenes de recursos naturales, que en su mayor parte son exportados , sin ningún valor agregado o con un mínimo proceso primario que incluye sectores de explotación minera y petrolera, y algunos monocultivos de exportación, como la única salida viable a las penurias que padece la sociedad .

 

Nos brindan como entonces un futuro dorado, una oportunidad de oro, una prosperidad abrumadora, mientras con sigilo se apropian de la Reserva Forestal Central, de la biodiversidad de los páramos como el de Chilí Barragán y de ecosistemas estratégicos como el Parque Nacional Natural Los Nevados, y con trampas y picardías se atraviesan a la posibilidad de fortalecer la enclenque democracia representativa que tenemos, nos quitan la palabra e impiden y dilatan la toma de decisiones colectivas, esencia de la Consulta Popular.

 

Tenemos el reto de enfrentar este modelo de desarrollo dominante, entonces , reaparecen ideas de otros futuros posibles, así como la necesidad de pensarlos y promoverlos desde la sociedad civil y desde el movimiento social que a nivel latinoamericano, con una lógica postextractivista busca maneras o formas novedosas de superar la dependencia de los emprendimientos mineros, petroleros o agrícolas, mediante la exploración de otras formas y opciones de vida, más allá del desarrollo; ideas y proyectos respetuosos de todos los elementos que nos brinda el entorno natural y que definitivamente no están en venta, que se aman y se defienden como un patrimonio colectivo de las pasadas, presentes y de las generaciones que no han nacido.

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