Carlos Alberto Estefan Upegui 

*Exgobernador del Tolima. 

No ha comenzado la campaña política ni se han definido candidaturas, cuando ya las expresiones violentas comienzan a manifestarse en contra de la democracia. 

Expresamos nuestro total rechazo al atentado contra el senador Miguel Uribe Turbay y al uso de la violencia. Por el contrario, decimos sí a la paz total y al debate con argumentos. 

Entre tanto, lastimosamente hay algunos pescando en río revuelto. ¡Insensibles al dolor humano…!! Repudiable escuchar expresidentes y a los otros precandidatos, inclusive del mismo partido de Miguel Uribe, atizando la hoguera y precipitándose a señalar responsables sin pruebas y cuando aún las investigaciones están en curso.

 ¡Indolentes... «No es momento ni de mezquindades, ni de declaraciones irresponsables…» dice el Señor Presidente Gustavo Petro. @petrogustavo.

«La violencia nunca podrá ser el camino», réplica la Canciller Laura Sarabia. Tampoco aprobamos las celebraciones infantiles y grotescas en el seno del Congreso ante el hundimiento de las reformas; o los crímenes contra líderes sociales o inocentes campesinos ni de miembros de la fuerza pública. 

Indignante por decir lo menos, que ahora en política como en la década de los años 50 y siguientes, nuevamente se recurra a los miserables atentados contra la vida de las personas producto de la soberbia y las ínfulas de las que hace alarde cada quien al considerarse dueño de la verdad, y descalificar cualquier opinión diferente de la suya, amén de la ridiculización de los demás y la tergiversación de la verdad, con lo cual se estimulan pasiones y se genera resentimiento, rencor y venganza. 

Estamos en un país enfermo, donde la susceptibilidad, la irritabilidad y la soberbia de su gente son conductas generalizadas y frecuentes. La agresión verbal, la provocación y la intolerancia actúan como detonantes de la violencia física. 

Mentes poco creativas para formular propuestas, pero muy ingeniosas para insultar. Abunda el sarcasmo y la humillación, lo cual hace que, para muchos, brote la agresividad como manifestación primaria de confrontación junto con la divulgación y auspicios de los medios de comunicación con su lenguaje basto e insolente.