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Falleció Arnulfo Sánchez, la voz que nunca se apagará

Falleció Arnulfo Sánchez, la voz que nunca se apagará

El periodismo tolimense amanece de luto. Este viernes 14 de marzo, a los 88 años, partió Arnulfo Sánchez, el hombre que hizo de la radio no solo un oficio, sino una forma de servir y amar a su tierra. Se apaga una vida, pero queda el eco de su voz, su legado imborrable, y el profundo respeto de quienes lo escucharon y aprendieron de él.  

Arnulfo nació un 24 de junio de 1936, en pleno Día de San Juan, en Villarrica, Tolima, como si el destino lo hubiese llamado a ser parte del alma festiva y profunda de su región. Desde niño, mientras otros jugaban, él prefería leer, escribir y reflexionar sobre el mundo. 

La semilla del periodismo germinó temprano en su corazón, alentada por el pedagogo José Joaquín Corrales, quien llevó a su pueblo una máquina de escribir que, sin saberlo, sería la herramienta con la que Arnulfo empezaría a escribir su historia.  

Los caminos lo llevaron a El Espinal, donde empezó a abrirse paso en los medios de comunicación. Allí conoció a Jaime Pava Navarro, hombre de radio y política, quien vio en Arnulfo un talento innato y lo ayudó a dar sus primeros pasos profesionales. Más tarde, su espíritu inquieto lo llevó a Neiva y a los Llanos Orientales, donde fundó la emisora La Voz del Llano, antes de regresar al Tolima para siempre.  

Fue en Ibagué donde Arnulfo Sánchez se consagró como uno de los más grandes del periodismo regional. En 1960 se radicó en la ciudad musical y, con el tiempo, fundó Econoticias, un noticiero que se convirtió en la voz de los tolimenses. Por 25 años fue corresponsal de El Tiempo, designado personalmente por Don Enrique Santos Castillo.

Detrás del periodista, siempre estuvo el hombre de familia. En Villavicencio conoció a Ángela Baquero, con quien formó un hogar y tuvo a sus dos hijos, Fernando y Juan Pablo, quienes hoy continúan la tradición familiar a través de Ecos del Combeima y Ecos Interactiva.  

Su vida no estuvo exenta de adversidades. En 2002, vivió la amarga experiencia del secuestro, una prueba que enfrentó con valentía y de la cual salió fortalecido, compartiendo desde entonces profundas reflexiones sobre la vida y la humanidad.  

Arnulfo Sánchez fue, además, un tolimensista convencido. Promovió durante décadas las campañas cívicas y sociales que le devolvieron a Ibagué y al departamento su orgullo: las Fiestas de San Juan y San Pedro, el Día del Orgullo Tolimense, el Reinado Empresarial, las Serenatas a Ibagué, y el inolvidable Concurso de Muñecos de Año Viejo.  

Hoy, la radio tolimense queda huérfana de su voz, pero plena de su ejemplo. Nos queda su pasión por contar las historias de su tierra, su amor profundo por el Tolima, y su incansable deseo de unir a la comunidad.  

Descanse en paz, Arnulfo Sánchez, el hombre que le dio alma, cuerpo y corazón a la radio. Y que, como él solía decir al comenzar cada mañana, su despedida sea también un saludo eterno:  

¡BUENOOOOOSSS DÍAS NOS DÉ DIOS!

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