El orden público en la comuna Nueve de Ibagué se encuentra fuera de control. Días de zozobra viven los habitantes de la comuna más grande de la ciudad, pues la delincuencia les arrebató su tranquilidad.

Este fin de semana fue noticia la quema de una motocicleta de la Policía Nacional en la urbanización Villa de Gualará. Sin embargo, este hecho sería solo ´la punta del iceberg´, de la compleja problemática de orden público que se vive en buena parte de la comuna Nueve.

La inseguridad se ha materializado en constantes hurtos, amenazas a líderes sociales, atentados, viviendas vandalizadas y hasta desplazamiento de familias enteras. El Cronista.co conoció detalles de primera mano, a través de un líder comunitario que, por obvias razones, pidió reserva de su identidad.

“Este problema no es solo de Villa de Gualará, es de todos los barrios circunvecinos a la cárcel Picaleña. Es decir, Villa Prado, Milagro de Dios, Rincón de las Américas, Américas, Tunjos I y II, Portal de los Tunjos, Picaleñita, Ciudadela Comfenalco y Praderas de Santa Rita. Se ha creado como una mafia, se ha organizado la delincuencia; todo este sector está fuera de control”, relató el líder comunitario.

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De acuerdo con su testimonio, se trata de bandas delincuenciales, especialmente conformadas por jóvenes. Su intención sería disputarse el territorio que comprende los alrededores de la cárcel de Picaleña, con el objetivo de tener el control del ingreso de droga, armas y celulares.

“Ya no solo hablamos de muchachos que venden y meten vicio. Ha incrementado visiblemente la delincuencia y se están organizando. Tiran droga a la cárcel desde los barrios, con balones, con caucheras. Por eso pretenden quedarse con todo ese territorio para ellos”, explicó.

A quienes han denunciado o se atreven a enfrentar los delincuentes, no solo los han agredido, sino que, además les han vandalizado sus viviendas y los amenazan con robarlos. “Hasta ahora van ocho casas vandalizadas en Villa de Gualará. Les han roto los vidrios, las tejas, las cogen a piedra. Su plan es sembrar miedo para que nadie diga nada. La gente tiene miedo y se quiere ir. Varias familias se han ido desplazadas por miedo”, denunció.

Ante la grave alteración de orden público en sus barrios, y la débil respuesta de la institucionalidad, la comunidad misma ha decidido organizarse para hacerle frente a la delincuencia. “Hay vecinos que se armaron con revolver, con machetes, para poder defenderse. Estamos llegando a un punto que el ciudadano de a pie tiene que ponerse al mismo nivel de la delincuencia, porque ellos sí andan armados y nosotros no. Lastimosamente no recibimos la protección del Estado”, indicó el líder comunicatorio.

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Precisamente, la motocicleta de la Policía quemada el fin de semana anterior, fue en medio de una noche caótica que se vivió en Villa de Gualará. La comunidad se enfrentó a los delincuentes y, ni siquiera la Policía salió ilesa de la ‘batalla campal’ que allí se libró.

Y es que, según la comunidad, la presencia de la Policía Nacional resulta insuficiente. Cuestionan que solo haya un cuadrante de la Policía, encargado de la seguridad de toda la comuna más grande Ibagué.

“Faltan más cuadrantes de seguridad para la comuna Nueve. Necesitamos más mano dura, porque le están ganando a las instituciones (…) Estamos manejados por la delincuencia. Son ellos los que controlan, porque la gente le da miedo denunciar, que vayan y les dañen sus casas, los roben”, concluyó.

El pedido del concejal Bermúdez

El concejal Miguel Bermúdez fue quien primero denunció la grave situación que afrontan los habitantes de la comuna Nueve. El cabildante pide acciones oportunas y concretas de las instituciones para devolver la tranquilidad a la comunidad.

Bermúdez cuestionó al comandante de la Policía Metropolitana de Ibagué (Metib), el coronel Jovani Benavides, por centrar sus preocupaciones en la moto incinera, y no en lo realmente importante, que es la vida y tranquilidad de la ciudadanía.

“No podemos ocultar la realidad que está sucediendo, a la gente hay que decirle la verdad. Hay temas más importantes y más de fondo que la quema de la moto. A eso es lo que hay que ‘pararle bolas’, al clamor de los ciudadanos”, apuntó.

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A su vez, el concejal reconoció un incremento generalizado de la inseguridad en Ibagué. Empero, afirmó que es una oleada de inseguridad nacional, a la cual no es ajena la capital del Tolima.

“La presencia de la Policía es necesaria. Pero más allá de eso, necesitamos una presencia institucional del Estado. Necesitamos resultado de la Fiscalía en las diferentes denuncias; protección a los líderes para que se sientan tranquilos; acciones correctivas frente a los grupos emergentes de delincuencia; una presencia más activa del secretario de Gobierno y del alcalde, en cada rincón de Ibagué”, concluyó.