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Opinión

El acueducto complementario, la estafa del siglo en Ibagué

El acueducto complementario, la estafa del siglo en Ibagué

Por: Humberto Leyton


Transcurridos cerca de tres meses desde que se inauguró el acueducto complementario de Ibagué, la llamada “obra del siglo” por parte de las autoridades municipales, la capital del Tolima sigue con las mismas, o peores, necesidades de un servicio continuo de agua.

El proyecto concebido hace más de 30 años para solucionar definitivamente el problema de escasez del preciado líquido en la Ciudad Musical, se ha convertido en una telaraña kafkiana que les ha costado millonadas de pesos a los contribuyentes ibaguereños, y que con el transcurrir del tiempo, empeora y a corto plazo no se avizora solución alguna.

El pasado 15 de octubre, apresuradamente, contra viento y marea, (igual como pretendía hacer con la obra de la piscina de la 42), la alcaldesa Johana Aranda, la gerente de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado (IBAL), Erika Palma, y el patrón de estas dos funcionarias, el exalcalde Andrés Hurtado, organizaron un rimbombante evento de inauguración, que se convirtió, como era de esperarse, en un acto politiquero como todos los que realiza la administración del continuismo, para vender la imagen del funesto y cuestionado exalcalde.

Allí, se dijo, y se les mintió a los ibaguereños, que desde ese momento la ciudad no tendría más problemas de agua potable, que el servicio se prestaría continuo las 24 horas, y que esa tortura de abrir la llave de la cocina, baño o lavamanos y no encontrar agua sería historia del pasado.

Al finalizar el año (2024), cuando se acostumbra a hacer balances, tendremos que enfrentar una realidad de un engaño anunciado a los habitantes de la capital del Tolima. El humo que les vendieron sobre una supuesta solución al problema del suministro de agua potable en forma permanente, no pasó de ser un espejismo de esas obras de circo barato a que nos tiene acostumbrado la administración del continuismo de Hurtado. No hay tal solución, y el problema de escasez del líquido continúa en los diferentes barrios y comunas de Ibagué.

Solo se malgastaron 250 mil millones de pesos, según declaraciones de la propia gerente del IBAL, quien, a propósito, anunció que se necesitan 30 mil millones más para que quede operando a la perfección, cosa que dudamos, pero los resultados que se buscaban del impactante proyecto, siguen refundidos.

La administración del exalcalde Guillermo Jaramillo, solo gastó 95 mil millones de pesos, y fue la que más trabajo realizó en la gerencia de Alberto Girón, dejando la obra a ocho metros de la planta de La Pola, muestras que la de Hurtado y Aranda, se gastaron más de 138 mil millones, para dejarnos un acueducto peor que en 2020.

En un editorial que publicó este portal el pasado 14 de octubre, pronosticamos todo lo que iba a suceder con la apresurada inauguración del acueducto alterno de Ibagué, y no nos equivocamos, hoy este escrito tiene más vigencia que nunca, porque aún no existe una correcta operación del sistema de acueducto de Ibagué, los cortes y falta de agua es permanente, de los mil 200 litros/segundo que se iban a captar, solo se captan 150, la planta de Boquerón continúa sin ser operada a plenitud, no existe ninguna conexión entre el tanque sur y el de la Fiscalía para operar, y los 10 mil litros programados para los sectores de la comuna nueve no podrán ser distribuidos hasta que no existan líneas de conducción. En suma, hasta el momento el tanque de la Fiscalía es un saludo a la bandera.

Lo que dijimos

Estos puntos que citamos de nuestra nota editorial cobran vigencia plena, pues la situación planteada sigue igual, y tendiente a empeorar. Aquí se las recordamos:

1.- El proyecto del acueducto complementario con fuente alterna  no ha sido correctamente probado a nivel hidráulico como lo ordena el Reglamento Técnico de Agua Potable y Saneamiento Básico, en su línea de alimentación del agua desde Cocora hasta La Pola, situación que pone en riesgo todo el proyecto, pues sin el agua suficiente y correctamente transportada desde la bocatoma Cocora  hasta la Planta de La Pola y la Planta de Boquerón, los casi treinta años de desarrollo del proyecto se verán  seriamente afectados, pues sin agua no hay abastecimiento conforme a la cantidad del líquido que se necesita para que todo el sistema funcione adecuadamente.

2.- La bocatoma de Cocora por su estado actual de abandono, y que viene así desde la administración de Hurtado y de la gerente del Ibal, Erika Palma, no podrá captar los 1.008 litros/segundo que tiene concesionados por la autoridad ambiental,  pues en el último estudio realizado por la administración de Hurtado, se ordenó por el consultor IEH Grucon, intervenir en casi 17.000 mil millones de pesos la bocatoma y los desarenadores, sin que después de cuatro años de haber recibido esa directriz técnica, ni la administración de Hurtado ni la de Aranda, hayan hecho nada para realizarla.

3.   En cuanto a la Planta de Boquerón, su concepción inicial era atender la demanda de agua de los barrios del sur que está cercana a una población de 100.000 habitantes; que requiere según la norma del RAS 2000, por lo menos en caudal medio diario 150 litros/segundo; situación diferente a la construcción de la misma en la administración de Hurtado, pues ella fue contratada para conducción de un caudal de 85 litros por segundo; es decir, esta planta arranca con un déficit de 65 litros/segundo; situación preocupante para los habitantes de los barrios del sur, que con mucha ilusión están esperando el suministro de agua para sus barrios en cantidad, calidad y continuidad; situaciones que no se cumplirán conforme a las normas técnicas recogidas de expertos en este artículo.  La pregunta obligada: ¿Por qué la administración de Hurtado y la de la actual alcaldesa Aranda le han mentido a los pobladores de las comunas 12 y 13?, pues el agua no va a ser suficiente para atender la demanda que requieren actualmente.

Nos preguntamos, con todos estos entuertos que tiene el acueducto complementario ¿se podrá llamar la obra del siglo, o mejor la estafa del siglo en Ibagué? 

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