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¡La sorpresa! Pachito Parrilla, un corrientazo bueno, bonito y barato
Bienvenidos, pasemos a la mesa. Como lo prometido es deuda, en esta oportunidad visité dos de los restaurantes que comúnmente se conocen como "corrientazos": Pachito Parrilla (Cl. 60 # 6A-49) y Restaurante Once de Mayo (Cr. 3 #8-40). Del primero, haré una crítica detallada, mientras que del segundo, los comentarios se basarán en los mismos parámetros para que puedan comparar. Las comparaciones, aunque odiosas, son necesarias, pues reafirman que cuando hay interés, profesionalismo, ganas de salir adelante y un buen servicio, la buena actitud lo hace posible.
Antes de comenzar, quiero recordar una frase de mi columna del 18 de julio de 2025: "Todo esto debe hacerse para que los restauranteros se fijen como objetivo ofrecer calidad en producto y servicio. Hoy en día esto no es una opción, es una exigencia, si de verdad se quiere ser competitivo".
Pachito Parrilla: ¡un placer!
Alegrémonos un poco con esta columna. Mi visita a Pachito Parrilla a la hora del almuerzo fue una experiencia completamente diferente.
Bienvenida: Un hombre en la puerta te invita a pasar con un saludo cordial.
Organización: Las mesas están bien dispuestas, estables, limpias y numeradas.
Atención inmediata: La atención es inmediata por parte de las empleadas. Al sentarme, una de ellas dijo: "Niñas, mesa 7". De inmediato, una empleada se acercó a mi mesa. Su saludo fue cálido: "Buenas tardes, ¿desea el menú de hoy o quiere ver la carta?". Pedí el menú del día.
Presentación: Todos los empleados estaban impecablemente presentados y uniformados.
Orden: La bebida (limonada de panela) llegó primero. Después, la sopa de pasta acompañada de un banano (demasiado maduro). Luego, el plato principal: cerdo, arroz, plátano maduro, chop suey y ensalada de repollo y zanahoria (que, en mi opinión, sobraba).
Servicio constante: Las empleadas se mueven por todo el lugar constantemente, y una señora ofrece más bebida.
Comunicación: Me preguntaron: "¿Ya terminó? ¿Puedo retirarle el plato?".
Sabor: La sopa tenía buena sazón, aunque la carne de cerdo estaba un poco seca. El resto de los ingredientes estaban bien preparados y con buen sabor.
Interacción: Pregunté por los dueños. Me dijeron que estaban en la caja, y ambos (un hombre y una mujer) atendieron amablemente.
Despedida: Al pagar, me preguntaron en qué mesa había estado: "La 7. Son $14.000. Gracias y vuelva pronto". Un excelente gesto.
Variedad: Tienen una carta de platos variada y bien presentada: carnes, pollo, cerdo, pescado y pastas.
Restaurante Once de Mayo: hora del almuerzo
Mi visita a este restaurante también fue a la hora del almuerzo.
Bienvenida: Un hombre en la puerta te invita a seguir con un saludo cordial.
Organización: Las mesas no estaban bien dispuestas ni estables. Cinco de ellas tenían los platos de clientes anteriores sin retirar, y no había numeración.
Atención: Dos empleadas charlaban en la puerta. La atención no fue inmediata. Sin saludo, una de ellas me preguntó: "¿Desea el almuerzo de hoy?". La presentación era normal, con un simple delantal rojo.
Orden y sabor: Primero trajeron una mandarina pequeña, un poco de arroz con leche y una ensalada de repollo y zanahoria en platos pequeños. Luego llegaron la sopa y el plato fuerte al mismo tiempo. El salero estaba vacío. Pedí otro y me trajeron uno igual. La sal no salía. La bebida (limonada tropical) llegó después. La sopa de cuchuco no tenía sal. La carne sudada tenía una textura dura, y el cuchillo no tenía filo. La ensalada fría de verduras era insípida.
Servicio: Las empleadas no rotaban por el sitio.
Retiro de platos: Al terminar, no me preguntaron si podían retirarme los platos.
Interacción: Al preguntar por los dueños, me respondieron que no estaban.
Despedida: Al pagar en la caja, me preguntaron en qué mesa estaba: "Detrás de esta pared... ¿Qué pidió?... Ah, debe ser esta... Son $17.000". No hubo saludo de despedida.
Variedad: No tienen o no ofrecen carta de platos.
Plaza Express: poco duró la conquista y el encanto.
La primera vez que visité Plaza Express fue de noche. Esta vez, llegué a la hora del almuerzo. Esta visita se podría titular: "Poco duró la conquista y el encanto".
Resumiré para no extenderme: no hubo un buen recibimiento. Me quedé parado en la puerta cerca de seis minutos esperando a que una mesera me invitara a pasar. Su saludo fue escueto: "Buenas, adelante". Aunque solo había una mesa con siete clientes, el servicio fue desordenado. El mismo error de siempre: tomar los pedidos sin un orden claro, lo que causó que dos personas tuvieran que corregir su plato.
Esta vez, pedí una lasagna mixta: pasta artesanal, queso mozzarella, carne estofada, pollo desmechado en salsa blanca y queso parmesano, acompañada de pan francés. Sin embargo, la salsa era escasa, la pasta estaba blanda y la mezcla insípida. Además, le agregaron demasiado orégano seco por encima, un detalle que se debería preguntar al cliente, ya que es más común en la pizza y la cantidad depende del gusto de cada persona. La carne desmechada en la lasagna no era fácil de masticar.
Pedí una sodificada de frutos amarillos. Cuando le pregunté a la empleada qué frutos contenía, dudó y tuvo que ir a la barra a preguntar. La bebida, de agradable sabor y combinación (maracuyá, mango y durazno), tardó 10 minutos en llegar. El plato principal, 25 minutos. Para el retiro del plato al terminar, esperé otros siete minutos.
Recordando otra de mis columnas del 18 de julio: "Si el mesero no toma los pedidos correctamente, es una 'catástrofe'. Y si, al llegar los platos a la mesa, pregunta: '¿Quién pidió carne?', '¿Para quién es el pollo?', etc., se nota la falta de profesionalismo".
En esta visita, hicieron caso omiso a esto. Mi pedido, a pesar de haber llegado después, fue el primero en ser entregado. Los otros platos llegaron de forma escalonada: primero tres, luego dos, y finalmente uno, con una diferencia de ocho a diez minutos entre cada entrega. He insistido en la importancia de traer todos los platos al mismo tiempo. Un error común es empezar a preparar los de cocción rápida y dejar los demás para el final. Se debería hacer al contrario para que todos salgan calientes y a la vez.
Un detalle que no pasó desapercibido: dos proveedores entraron mercancía durante mi estadía. Una de las empleadas que nos atendió fue quien recibió y pagó. Me pregunto si se lavó las manos después de manejar el dinero.
Comentarios finales y calificación
Para estos restaurantes, mi escala de calificación es de 1 a 3. Dos sensaciones y experiencias muy marcadas, una agridulce.
Pachito Parrilla: 2.5 de 3.
¿Volvería? Sí.
Once de Mayo: 1.0 de 3.
¿Volvería? No.
Otros restaurantes visitados (sin comentarios ni calificación):
HITO BY HERA (B. La Macarena)
CURADOR ARTE Y COCINA (B. La Macarena)
CHURRASCOS (B. La Pola)
LA PERLA (Vía Mirolindo 3.5 km)
Restaurantes que dejaron de funcionar:
MARÍA Y EL MAR (B. La Macarena)
FAUNA (B. La Macarena)
LA TABLE DE MICHEL (B. La Macarena)
VILLANO (antes Petra) C.C. AQUA.
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(CO) 311 228 8185
(CO) 313 829 8771