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“La izquierda del Tolima no tiene otra alternativa que la unidad”: Monedero
Juan Carlos Monedero en entrevista con El Cronista.co en Ibagué.
Por Alejandro Hernández
El conocido político, politólogo y profesor español, Juan Carlos Monedero, estuvo en Ibagué para el lanzamiento de su libro ‘Política para indiferentes’, publicación que ahora hace parte de su extensa obra académica e intelectual que componen cerca de 20 volúmenes, entre propios y colaborativos.
Monedero ha sido una de las figuras más representativas de la izquierda española en las últimas décadas. En 2014 se convirtió en uno de los cofundadores de Podemos, partido que trajo un aire de renovación a los movimientos de izquierda en España.
Antes, Monedero había sido reconocido en España por ser coordinador de la federación de partidos Izquierda Unida y sobre todo por ser asesor del fallecido presidente venezolano Hugo Chávez. Pese a dicho palmarés, y una vasta trayectoria política y académica, Monedero sostiene que “en lo que más tengo experiencia es en fracasar”.
El profesor español, en diferentes épocas, ha acudido de primera mano a las disputas canibalescas de la izquierda española, por lo que su experiencia resulta significativa para los sectores progresistas del Tolima, también envueltos en luchas intestinas desde hace varios años.
En diálogo con El Cronista.co, Monedero expuso porqué los sectores de la política tradicional pueden asentarse en el poder por largos periodos, mientras que a la izquierda, como la del Tolima, le cuesta tanto ponerse de acuerdo para poder postularse ante “el pueblo” como una verdadera opción de poder.

El Cronista.co: ¿Qué análisis alcanzó a hacer de la realidad política de Ibagué o el Tolima?
Juan Carlos Monedero: En lo poco que he visto, da la sensación que Ibagué es como esas películas del Oeste que ponen Salón Valencia, Hotel Valencia, Banco Valencia. Es decir, parece que hay personas que son los dueños de una buena parte de la ciudad y de la región. Esa falta de distribución de la renta es lo que históricamente ha estado detrás de la violencia en Colombia. Falta ese elemento democrático esencial que implica que la democracia, como decía Lincoln, no solamente es el gobierno del pueblo y por el pueblo, sino para el pueblo, y sino se verifica esa distribución de la renta, algo no está funcionando en la sociedad.
EC: ¿Y sobre los sectores progresistas, con qué se alcanzó a encontrar?
JCM: He visto otro elemento que es muy relevante porque coincide con lo que creo que es una de las principales crisis del planeta, que es la medioambiental. Que aquí haya comités ciudadanos de lucha medio ambiental que al mismo tiempo que agitan y concientizan, saben que necesitan esa palanca institucional para producir cambios, es importante. Eso le da esperanza a la región en la medida que captan a nuevas generaciones. Creo que Ibagué es un espacio local, pero con una perspectiva global relevante.
EC: Una de sus grandes obsesiones ha sido saber por qué la gente vota por sus propios verdugos, ¿Ha llegado a alguna respuesta de por qué lo hacen?
JCM: Porque no tienen en su cabeza una alternativa. Son personas rehenes del relato de los poderosos, que ayer era religioso y luego fue poco a poco sustituido por la máquina más perfecta de construir obediencia que es el Estado, que castiga a quien desobedece y controla los dispositivos ideológicos como la escuela, los medios de comunicación, las iglesias. Y lo hacen bien, porque borran de la cabeza de la gente cualquier alternativa. Les meten en la cabeza incluso el odio hacia las personas que quieren ayudarles a encontrar esas alternativas.
EC: ¿Termina esa gente convirtiéndose en su propio verdugo?
JCM: Cuando te entrenan en el miedo, en la subordinación y te borran de la cabeza la posibilidad de que puedes mejorar, te conviertes en tu propio verdugo. Cuando crees en el carcelero basta un cordón del zapato para que te tengan encarcelado. Por eso los sectores conservadores hacen tanto hincapié en pelear contra cualquier tipo de mensaje alternativo, por eso lo persiguen con tanto rencor. Son conscientes de que cuando la gente es dueña de sus propias palabras empieza a construir su propio pensamiento.
EC: ¿Las palabras como un vehículo de liberación social?
JCM: Si la gente no tiene las palabras, si en la cabeza no puede representarse una alternativa, es muy complicado que se atreva a salir de su propio agujero. Y paro eso hay que ayudarles, no regañando sino dándoles palabras para que ellos puedan ver su propia alternativa. Es lo que ha hecho el presidente Gustavo Petro: ha visualizado la posibilidad de una alternativa. Esa persona mayor, humilde o campesina, de repente se da cuenta que ese antiguo guerrillero del M-19 es el único que les ha dado algo, y además les lleva discursos con los que se dan cuenta que las cosas podían ser diferentes. Cuando eso ocurre, es la derecha la que se desespera.
EC: ¿Cómo hacer para que eso también lo pueda replicar la izquierda del Tolima, tan dividida y obstinada?
JCM: Si vas cinco metros por delante del pueblo vas alumbrado, si vas cinco kilómetros es que te has perdido. Por tanto, tienes que escuchar al pueblo. Los políticos no pueden estar alejados del pueblo, tienen que sumergirse en el pueblo. Si quieren representar al pueblo del Tolima, tendrán que estar cerca del pueblo, acercarse a sus necesidades, que los sientan uno de los suyos. El pueblo debe sentir que eres honesto, sincero.

EC: ¿Cuáles deberían ser esas cualidades de los dirigentes de izquierda en el Tolima?
JCM: Les diría a quienes quieren trabajar por las mayorías aquí que se fijen en lo que ha hecho López Obrador en México. Primero es tener claridad ideológica, sobre todo porque cuando uno la tiene también la tiene en la organización. Segundo, absoluta coherencia entre lo que se dice y se hace, no se puede tener un discurso y luego otra práctica; eso lo hemos pagado muy caro en la izquierda. Tercero, hay que hacer una buena tarea de comunicación, la gente debe saber que ese espacio de poder que gestionamos realmente lo estamos utilizando bien.
EC: En ese contexto, ¿cómo se aplica el concepto de partido movimiento que usted plantea?
JCM: Los partidos en el momento que pierden la escucha popular, y por tanto el horizonte transformador, se convierten en meros gestores de lo que existe. Los partidos de izquierda pueden ser que roben menos, que sean un poco más eficientes, pero no terminan de transformar porque han perdido la escucha popular. Por eso creo que los partidos movimientos son los que tienen la posibilidad de ganar elecciones, pero también de estar en las peleas populares, en los movimientos sociales, en la calle, escuchando, debatiendo, ese es su requisito por excelencia.
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EC: ¿Qué les recomienda a los dirigentes de izquierda en el Tolima para que puedan superar o gestionar sus diferencias?
JCM: La idea de partido movimiento tiene como idea que seamos todos reformistas, revolucionarios y rebeldes. Es decir, que las tres almas que nos han llevado a pelearnos constantemente dentro de la izquierda, puedan coexistir. Para eso hace falta que el partido esté lleno de diálogo. No hay una solución, pero sí hay que dialogarlas para hacer llevaderos los problemas. La solución no existe, hay soluciones que son parciales, pero luego hay que volver a discutirlas. Así funciona la realidad política y por eso tenemos que romper los viejos moldes.
EC: ¿El nuevo molde sería el partido movimiento, los frentes amplios?
JCM: Decía Jesús Ibáñez que, cuando algo es imposible y necesario, hay que inventar una nueva dimensión. Si es necesario que la izquierda no se pelee, y es imposible con el marco del partido tradicional, hay que inventar una nueva dimensión. El partido debe ser más instrumental a las necesidades populares, y diría que el fracaso de los partidos y gobiernos de izquierda ha sido el fracaso a la hora de construir partidos movimientos. Hemos querido pensar que éramos partidos y movimientos al tiempo, pero cuando llegamos al gobierno nos hemos convertido en partidos clásicos.
EC: Sin embargo, la dirigencia de izquierda en el partido pareciera más cómoda siendo cabeza de ratón que aspirando a ser por lo menos cola de león…
JCM: Se equivocan, porque es lo que desean y alimentan los poderes reaccionarios y conservadores del Tolima. Lo que más miedo les da a las derechas es que podamos disputarles el poder con sus propias herramientas, no con la lucha armada sino a través de las elecciones. Pero para eso tenemos que tener mayorías y para eso tenemos que juntarnos. No hay alternativa a la unidad. No piensen en el Tolima, piensen en otros países que han triunfado en su manera de hacer las cosas y la respuesta popular que están dando. Quien quiera ser solo cabecita de ratón está negando la posibilidad que en el Tolima dejen de ir las agujas del reloj al revés y vayan en la dirección en la que está funcionando en el resto del mundo.

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