En Mariquita, el Bosque Mutis es un refugio donde sobreviven almendrones centenarios, lianas y quebradas que resguardan aves, reptiles y anfibios. Declarado reserva forestal en 1960, es también un espacio simbólico: allí persiste la Passiflora mariquitensis, una planta endémica redescubierta tras más de dos siglos.

Patrimonio histórico y ambiental

El bosque fue escenario de la Real Expedición Botánica (1783–1816), dirigida por José Celestino Mutis, que lo convirtió en un laboratorio natural para el estudio de especies del Nuevo Reino de Granada, como se conocía en esa época al territorio colombiano.

Su valor llevó al Ministerio de Agricultura a declararlo Reserva Forestal Protectora de las quebradas El Peñón y San Juan, en 1960 con un área inicial de 637 hectáreas, destinadas a preservar tanto el patrimonio natural como la memoria científica.

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Acciones insuficientes

En 2007, la Procuraduría y ciudadanos interpusieron una acción popular para exigir la defensa del Bosque Mutis, ante la grave problemática ambiental que lo afectaba: invasiones y asentamientos ilegales dentro de la reserva, tala indiscriminada, apertura de cultivos no permitidos y pérdida progresiva de especies nativas. La acción judicial argumentó la vulneración de derechos colectivos como el acceso a un ambiente sano y la conservación de áreas de especial importancia ecológica.

El fallo obligó a Cortolima, al municipio de Mariquita y a otras entidades estatales a implementar medidas cautelares y formular un Plan de Manejo Ambiental, con el fin de detener el deterioro y garantizar la restauración de este patrimonio natural e histórico. Sin embargo, denuncias ciudadanas recientes indican que las acciones serían presuntamente insuficientes frente al avance de las amenazas.

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Un patrimonio ambiental invaluable

El Bosque Mutis resguarda más de 180 especies de flora y fauna, varias de ellas en riesgo. La más emblemática es la Passiflora mariquitensis, conocida como la “pasionaria de Mariquita”, redescubierta en 2021 tras 230 años sin registros, de la que solo quedan unos pocos ejemplares. Su conservación requiere acciones conjuntas de protección tanto en el bosque (in situ) como en jardines botánicos (ex situ). También habitan especies vulnerables como la tortuga morrocoy y la tortuga de río.

Actualmente diversas organizaciones sociales luchan por salvaguardar el Bosque Mutis y sus tesoros, puesto que es un símbolo cultural, histórico y científico de Colombia. Hoy su futuro está en la cuerda floja, amenazado por la expansión urbana y la pérdida de biodiversidad.