Columnistas
Hay que diferenciar entre "recocha" y deporte

Por Helmut Levy Oly
*Periodismo Global - Periodismo Independiente
El deporte, en cualquiera de sus manifestaciones (individual o de equipo, profesional o amateur, recreativo o competitivo), es una disciplina que dignifica al ser humano. De ello dan fe quienes se ejercitan a diario, especialmente aquellos que han cosechado grandes logros y objetivos, brindando gloria a su región o país. La emoción de ver ganar a un connacional y verlo erguirse en un podio no tiene precio.
En este planeta de más de 8 mil millones de habitantes, millones conocen la existencia de un país gracias a quienes lo representan y lo enaltecen con honores en una disciplina deportiva. Ser deportista de élite se convierte en un estilo de vida que exige disciplina férrea o extrema, forjada a través de un entrenamiento constante de repeticiones hasta alcanzar metas, logros y récords.
Así debería ser para los funcionarios de élite que escalan posiciones en su contexto; desempeñadas con competencia profesional, honorabilidad y honradez, estas permiten que una región o departamento se destaque con deportistas que cuentan con apoyo en entrenamiento, infraestructura, aporte económico para sus talentos y todo lo que complemente la formación de mentes ganadoras.
En el Tolima, todo lo anterior es mera poesía. Desafortunadamente, los funcionarios de bajo rango que dirigen las instituciones deportivas no distinguen la importancia del apoyo económico a un deportista. No sopesan que este apoyo jamás es un gasto; es la mejor inversión para cosechar triunfos y enorgullecer a la región.
Tanto en el Instituto Departamental de Deportes del Tolima (Indeportes Tolima) como en el Instituto Municipal para el Deporte y la Recreación de Ibagué (Imdri) se consideró de trascendental importancia patrocinar un evento de periodistas deportivos que ven el deporte como una opción recreativa que complementa su oficio. Este es el caso concreto de los XVIII Juegos Nacionales de Acord-Colombia 2025, con una destinación presupuestal de $280.000.000 (doscientos ochenta millones de pesos) por parte de Indeportes Tolima y $300.000.000 (trescientos millones) por el Imdri Ibagué, sumando un total de $580.000.000 (quinientos ochenta millones de pesos).
Hilando delgado, podría decirse que estos patrocinios buscan "suavizar" y "pasar la mano por el lomo" a la prensa. Estos "recocheros" aficionados bien podrían obtener patrocinios de la empresa privada y no quitarles recursos a la verdadera razón de ser de estos institutos. En este caso, no hubo inversión; fue un gasto inútil.
Casi 600 millones de pesos para este tipo de eventos no hacen justicia cuando, en estas mismas instituciones, con casos ya documentados, a deportistas de talla internacional se les niega el apoyo, a sabiendas de que son promesa y semillero para el deporte en el Tolima. De ahí la importancia de diferenciar entre deporte y "recocha".
Esto tiene que cambiar. En nuestra época, no había dinero para el deporte, y el poco disponible era manejado a la voluntad politiquera del gobernador y alcalde de turno. Desde el año 2000, el deporte tolimense cuenta con buenos recursos, y su destinación debe ser planeada y meticulosamente dirigida con acierto, más aún cuando los deportistas están en la mira.
- Lea también: “Aquí no hay nada para celebrar”: Helmut Levy
Casi que podríamos afirmar que los sagrados recursos de estos dos institutos no se pueden malgastar en patrocinios tan inútiles. Es necesario que sus reglamentos o directrices tengan un cambio radical, no sé si a través de Ordenanzas o Acuerdos, pero que los recursos se orienten al talento deportivo en Ibagué y el Tolima.
¡Caramba, la terquedad de los años! No pierdo la esperanza de que en el Tolima las cosas cambien, que la corrupción llegue a su mínima expresión y que los intereses personales no se antepongan a los intereses superiores. Tengo mi vida organizada en otro país, pero mantengo mi corazón y razón con los deportistas de mi tierra natal, quienes, sin duda alguna, con mayor apoyo, podrán darle mucho más a la región y al país.
La natación del Tolima debe regresar a su lugar y debe ser liderada por un técnico actualizado, alejado de la politiquería y del falso pensamiento de algunos coterráneos que sitúan al entrenador de la selección Tolima en un lugar que no existe.
(CO) 313 381 6244
(CO) 311 228 8185
(CO) 313 829 8771