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Género y sexualidad

Cultura de la violencia persiste: Más de 794 casos de violencia sexual en Tolima durante 2023

Cultura de la violencia persiste: Más de 794 casos de violencia sexual en Tolima durante 2023

La violencia sexual continúa siendo un desafío grave y complejo en el ámbito global, y Colombia, lamentablemente, no es ajena a esta realidad. La intersección de factores de riesgo, como la arraigada cultura de la violencia, la desigualdad de género, el desplazamiento forzado, la falta de acceso a la educación, la pobreza y la marginalización, persisten como desafíos cotidianos. A pesar de los esfuerzos de las autoridades y la sociedad en su conjunto, queda aún un largo trecho por recorrer.

 

Aunque el último boletín del 2023 aún no está disponible, se proyecta un aumento considerable debido a las festividades de fin de año. Nos referiremos a la semana epidemiológica 48, con corte al 12 de diciembre de 2023, donde se han notificado al Sivigila 3.278 casos sospechosos de violencia de género e intrafamiliar. De estos, 794 corresponden a violencias sexuales y 2,198 a violencias no sexuales. Este aumento del 11.4% (115 casos) con respecto al año anterior refleja una realidad preocupante.

La modalidad de violencia física encabeza las cifras con un 53.6% (1,535 casos), seguida de negligencia y abandono con un 14% (400 casos), y el acceso carnal con un 10.4% (299 casos). Las violencias sexuales aportan el 26.6% al total de violencias de género en el departamento del Tolima.

En cuanto a las violencias de género e intrafamiliar, las mujeres son las principales víctimas con una tasa de 363.8 casos por cada 100,000 mujeres. La franja de edad más afectada es de 10 a 14 años, con una tasa de 517.3 casos por cada 100,000 adolescentes. Las zonas urbanas presentan la mayor incidencia, con 225 casos por cada 100,000 habitantes.

A pesar de que Ibagué registra 985 casos de diversos tipos de violencia, es en Prado donde la tasa de incidencia por cada 100,000 habitantes es más elevada, seguido por Suarez, Rioblanco, Coyaima, Carmen de Apicalá, Cajamarca y Flandes.

La cultura de la violencia se ve agravada por otros factores, como fallas en los sistemas de protección, consumo de sustancias adictivas y alcohol, que disminuyen la capacidad de toma de decisiones informadas y aumentan el riesgo de comportamientos agresivos.

El estigma asociado a la violencia sexual, junto con la falta de conciencia y educación sobre el respeto a la integridad sexual y los derechos humanos, contribuyen a la normalización de este tipo de violencia, disuadiendo a las víctimas de denunciar por temor al rechazo social y discriminación. La sociedad y las autoridades deben intensificar los esfuerzos para abordar estos problemas de raíz y garantizar la prevención y atención adecuada a los casos de violencia sexual.

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