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Denuncian negligencia de directivas de la UT

Denuncian negligencia de directivas de la UT

Hace un mes que estalló el escándalo por presuntos casos de acoso sexual, de profesor a estudiantes de la Universidad del Tolima, y a la fecha, no se conocen resultados. Así lo denuncian las jóvenes que en reciente informe habían expuesto sus testimonios a través de El Cronista.co.

La estudiante del programa de Biología, Susan Paola Gallego, quien asegura ser víctima del profesor Héctor Esquivel en 2016, expresa que “la falta de acompañamiento que debería tener de la universidad ante esta situación, me hace sentir frustrada. Uno esperaría sentirse cobijada y segura, pero es todo lo contrario”.

El pasado 26 de junio, cuando la UT estuvo en el ojo del huracán por las numerosas denuncias de acoso sexual en contra de varios docentes, al rector Omar Mejía no le quedó de otra que pronunciarse al respecto. “Durante los últimos meses, hemos recepcionado una serie de denuncias de mujeres miembro de la comunidad universitaria, las cuales se han hecho virales en redes sociales, y que, como dirección universitaria, estamos investigando a fondo, con el fin de esclarecer los hechos, que se presumen configuran violencia en contra de ellas”, afirmó el rector.

Llamó la atención en ese momento que Mejía Patiño reconociera la problemática que es un secreto a voces al interior del alma mater. Sin embargo, también resultó incomprensible que apenas ahora se hable de investigaciones, cuando hay denuncias que datan hasta de diez años atrás.

“A raíz del comunicado del rector, el 8 de julio nos reunimos con él y otros  funcionarios, una representante de la Secretaría de la Mujer, y muchas otras compañeras que han sido víctimas. Ese día cara a cara le contamos al rector las situaciones que hemos vivido, y la universidad de manera muy vaga hace un compromiso superfluo. Pero a la hora de la verdad no se han visto los resultados. Una cosa es la solidaridad de palabra y otra la acción. Solo debo reconocer el acompañamiento psicosocial de la psicóloga encargada, pero no más”, cuenta Susan Paola.

Cabe aclarar que todas las personas que han dado sus testimonios, lo han hecho con sus nombres propios ante este medio de comunicación. No obstante, algunas han pedido que se les proteja su identidad por temor a represalias. Es el caso de “Juliana”, a quien llamamos así en un anterior reportaje, y que también señaló ser víctima del profesor Esquivel en el semestre B - 2018.

“El acompañamiento por parte de la universidad ha sido muy ineficiente. Tan solo una vez el rector se ha reunido con nosotras y aunque afirmaron estar al tanto de toda la situación y que haría lo posible por profundizar en las investigaciones, realmente no ha sido así”, esgrime Juliana.

Persecución y difamación

De acuerdo con las estudiantes, el profesor Héctor Esquivel ha montado una campaña de desprestigio en las últimas semanas, con la intención de figurar él como la verdadera víctima. En su momento el docente le indicó a este medio que todo se trataba de un complot orquestado por Susan Paola, quien reunió a una serie de exalumnas “resentidas” por perder sus materias.

“Me ha calumniado, injuriado, ha violado mi derecho a la privacidad, al debido proceso y buen nombre, sobre todo como víctima. He tenido que recibir persecuciones, cadenas de WhatsApp extrayendo información de mi Facebook, donde denuncio un acto que me sucede en el servicio de transporte público. Me llama esquizofrénica, mitómana, y afirma que tengo delirios de persecución. Se toma los espacios de clase para nombrarme públicamente, y hablarle de mis cosas y el proceso a los demás estudiantes que no tienen nada que ver”, enfatiza Susan.

A las jóvenes y su abogado también les resulta sospechoso la relación de cercanía que maneja el profesor Esquivel con la Oficina de Control Interno, que es la encargada de investigarlo. “Sale a presumir que tiene un acompañamiento de la oficina de control interno, que le brinda la oportunidad de conocer los testigos, le cuenta todo lo del proceso, y esa información la utiliza para llevarla de manera extraoficial a correos, mensajes de WhatsApp. Hostiga a los mismos testigos. Además, el tiempo de respuesta. No es justo que después de tres años de yo haber denunciado, la universidad todavía no me haya dado respuestas, sino que hasta ahora me pida las pruebas”.

Susan envió a esa dependencia una solicitud para que el docente se retracte de las acusaciones en su contra, a lo que le respondieron que ella no tiene la investidura necesaria para conocer los avances del proceso. “Cómo le van a decir a la víctima que no es parte del proceso, si yo soy la denunciante. Es asqueroso que nos respondan eso”.

Por su parte, Juliana también sostiene que no conoce avance alguno de su proceso. “Me parece nefasto el hecho de que él sí tenga acceso a esa información y yo, que soy la afectada, no. Me han violado el derecho a conocer a profundidad  qué y cómo están desarrollando mi denuncia”.

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¿Patrones de vieja data?

El Cronista.co conoció una denuncia que en 1996, María Nelly Castillo Hernández, excompañera académica y sentimental de Héctor Esquivel, elevó ante la Fiscalía. Ella expone agresiones y comportamientos similares a los denunciados por las estudiantes de la UT. “Tuve una relación con el señor Esquivel durante algunos años, dicha relación se fue deteriorando por sus continuas agresiones físicas y verbales, su inestabilidad emocional y su comportamiento anormal donde muestra traumas de infancia por carecer de figura paterna en su hogar”.

María Nelly recalcó que después de la ruptura se casó con otra persona, y que, tuvo que padecer la persecución de “Esquivel”, acompañada de violencia psicológica, física y amenazas. “En sus actos demuestra una conducta anormal propia de un sicópata, es convincente, astuto y calculador, actúa con inteligencia pues trata de no dejar rastro de sus delitos”, le dijo ella al fiscal de entonces.

De otro lado, la egresada de la UT, Liliana Ávila, quien ahora trabaja en el Instituto Pasteur de Francia, también denuncia “microacosos” del profesor cuando le dio clases en el año 2001. Habría más testimonios de esa época, según los denunciantes.

¿Por qué creen que la UT no toma medidas ante las denuncias?

Esa pregunta se la formuló El Cronista.co a las estudiantes denunciantes, y a Ricardo Sánchez, exalumno de Héctor Esquivel, quien ahora las asesora jurídicamente. Él en anteriores entregas ha dicho que fue testigo de actos similares a los de esta época, cuando fuera su estudiante en 1995.

“La negligencia de las directivas puede ser por varios factores. Puede haber una complicidad estructural, por mantener el statu quo y el prestigio de la universidad. No entiendo cómo recibió la Acreditación de Alta Calidad con todas estas denuncias por acoso sexual que nunca son resueltas. O también que dentro de su marco normativo no tienen la manera sólida de responder asertivamente”, arguye Susan Paola.

Asimismo, Ricardo Sánchez resalta que, “la pensión del profesor Esquivel está lista desde el 2017, pero decidió no tomarla en su momento. Ahora muy seguramente sí va a asumir el proceso de pensión, para salir de este problema. Lo que pasa ahora es que esa pensión se puede detener si hay un fallo desde Procuraduría. El fallo provocaría que lo destituyan y eso es lo que queremos”.

“La Oficina de Control Interno se rige bajo la ley 734 del año 2000, que es obsoleta y demasiado ambigua. En ningún momento permite que la víctima se entere del proceso, lo que resulta beneficiando al victimario·.

Ante lo que ellos denominan inoperancia de la administración universitaria, advierten que siguen con la firme intención de llegar “hasta las últimas consecuencias” en el proceso. De no obtener resultados los buscarán a través de la Fiscalía General de la Nación o la Procuraduría General de la Nación.

El Cronista.co trató de tener comunicación con el Rector de la Universidad del Tolima para contar con su versión, pero fue imposible contactarlo.

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