Tres tragedias sacudieron a los tolimenses en el mes de noviembre, la primera de ellas el 18 de noviembre de 1981 se cedió una baranda de la parte alta de preferencia del estadio Manuel Murillo Toro. La segunda, el 6 de noviembre de 1985, toma del Palacio de Justicia donde muere quizás uno de los juristas más grandes del Tolima, Alfonso Reyes Echandía y 13 de noviembre, la tragedia de Armero, 30 mil personas desaparecidas en el evento natural con mayores decesos en la historia colombiana. 

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Tragedia en el Murillo Toro

El Deportes Tolima era protagonista del rentado nacional colombiano. Esta vez el encuentro sería contra el cuadro azucarero, el estadio estaba como pocas veces con gran cantidad de espectadores cuando a las 8.05 de la noche se cedió la baranda de la parte alta de preferencia. Segundos después la montonera de personas y escombros en la parte baja de la misma tribuna hacia que el llanto se apoderará de propios y extraños. 

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Periodistas narraban desde la parte de arriba lo sucedido mientras el ruido de las sirenas empezaba a ser el único sonido en el Estadio y sus alrededores. 18 personas perdieron la vida y 45 más quedaron heridas. Los ríos de gente junto con los jugadores como lo narra el periodista Edgar Antonio Valderrama en su libro Historia del deporte en el Tolima nos relata como se hizo una cadena humana sacando los escombros para recuperar el mayor número de aficionados que para el momento sumaban 17 mil en un estadio.

Toma del Palacio de justicia

En el asalto realizado por hombres de la guerrilla Movimiento 19 de abril al Palacio de Justicia ese miércoles 6 de noviembre nos dejó marcados a los colombianos. La televisión colombiana y la radio, en especial mostraban esas crudas imágenes de la famosa operación denominada Antonio Nariño por los Derechos del Hombre. 

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Fueron 27 horas de tensión que dejaron como saldo final la muerte de 98 personas, entre ellos 11 magistrados más 11 desaparecidos. Entre ellos el chaparraluno, presidente de la Corte Suprema de Justicia, Alfonso Reyes Echandía, uno de los juristas más íntegros. Sus logros son muchos, pero en esta nota destacaremos dos de ellos, el primero la creación del primer medio de difusión de los abogados. El segundo, la fundación del Instituto de Ciencias Políticas del Externado de Colombia, universidad donde también fue profesor.  

Tragedia de Armero

La ciudad blanca, tercera ciudad más importante del Tolima,  capital algodonera de Colombia, dejó de existir una semana después de la toma del Palacio de Justicia, esa noche del miércoles 13 de noviembre a las 11.30 de la noche, el volcán Nevado del Ruiz hizo erupción tomando por sorpresa a sus habitantes que lo perdieron todo, en  el segundo evento natural más voraz del siglo XX. 

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Omaira, la niña de 13 años que inmortalizó el periodista Germán Santamaría en las páginas del diario El Tiempo dejó atónito al mundo por sus palabras motivadoras que nos mostraban de qué estamos hechos los tolimenses, hasta que dejó de sonar su voz, como las de los 30 mil personas más. Más del 80% de ellas sin recuperar sus cuerpos, en lo que después pasó a ser un campo santo.  

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Las toneladas de ayudas para los damnificados que buscaban entre el lodo llegó a unos pocos y aún hoy los armeritas reclaman al gobierno nacional todos esos elementos que de acuerdo a muchos de ellos quedaron en pocas manos. Lo más significativo en Armero – Guayabal y en barrios como Villa Luz, Jardín Santader, Modelia, por nombrar algunos. 

Noviembre nos trae malos recuerdos, pero también nos enseña que pese a las dificultades tenemos que levantarnos una y otra vez a seguir construyendo en este departamento que sigue dividido entre culturas diversas como la de los cafeteros, los de la llanura y los del sur. Un Tolima diverso con múltiples potencialidades que aun no identificamos.