Por: Humberto Leyton

La tranquila y soleada tarde del pasado viernes 16 de agosto, fue interrumpida abruptamente por las llamas de un incendio que inesperadamente se convirtió en uno de los más grandes en los últimos años en la ciudad de Ibagué.

El fuego que según informes oficiales afectó a 35 comerciantes; 33 locales; 2 dueños de locales; 33 arrendatarios de locales; 90 empleos; una vivienda y que deja más de seis mil millones de pesos en pérdidas, es contrastado por algunos comerciantes que consideran las pérdidas son superiores a los 20 mil millones de pesos y los empleos superan los 150 y los indirectos cerca de 200. Cifras que solo se depurarán hasta que se realice el balance final de pérdidas, por fortuna ninguna humana qué lamentar.(Lea aquí: Voraz incendio de la 19 dejó pérdidas por lo menos de $6.000 millones)

La nota amable, si se puede decir así, la puso el rescate de un gato que milagrosamente se salvó de morir atrapados las llamas.

Las medidas para afrontar la emergencia

Dentro de las declaraciones de la alcaldesa de Ibagué, Johana Aranda y de la gobernadora, Adriana Matiz, la que propuso en forma concreta un plan de recuperación de la zona y de los comerciantes afectados fue la segunda, que se pueden sintetizar en cuatro puntos: articulación de la Alcaldía y la Gobernación para llegar a acuerdos con el fin de exonerar impuestos por un periodo determinado a los afectados; un auxilio de desempleos para los trabajadores a través de las cajas de Compensación Social y créditos flexibles por parte de las entidades financieras a los comerciantes afectados. 

En cuanto a los gremios económicos, el único, que hasta el momento ha hecho un aporte concreto es la Cámara de Comercio de Ibagué, a través de su presidente Ejecutivo, Carlos Hernando Enciso de 20 millones de pesos. El resto de agremiaciones, lo único que han ofrecido son los consabidos mensajes de solidaridad y pare de contar.

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El papel de los bomberos

La abnegación del personal de bomberos es meritoria, cumplieron hasta donde las herramientas y capacidades técnicas y humanas se lo permitieron. Nadie tiene porqué poner en entredicho la labor cumplida.

Sin embargo, debe quedar como enseñanza de este suceso, una revisión profunda sobre el Cuerpo de Bomberos oficiales de la ciudad. En ese exhaustivo y necesario examen se debe determinar si el componente de personal que hace parte de este grupo de salvamento, cuenta con el debido conocimiento y preparación para afrontar emergencias de tal magnitud como la de este viernes. Si existe un trabajo permanente de planificación y de oportuna reacción sobre posibles eventos que de este calibre se llegasen a presentar. 

Las declaraciones del comerciante Rodrigo Carvajal, uno de los más afectados, que asegura que los bomberos llegaron a los 25 minutos de habérseles llamado, pese a que la estación principal de ese organismo se encuentra a escasas dos cuadras del sitio donde se registró la emergencia (carrera 3ª entre calles 20 y 19). Y además, llegó sin agua. La segunda máquina llegó 45 minutos después y con solo medio tanque, es una situación que amerita una investigación.

Que no vaya a resultar cierta la versión que a este organismo de socorro en los últimos cuatro años se ha vinculado personal más por recomendaciones políticas, que por una vocación y preparación técnica. Insistimos, es importante que el personal que ejerce un oficio tan riesgoso y peligroso, tenga la debida preparación y cuente además con los equipos necesarios de protección.

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Igualmente, a manera de prevención, las autoridades municipales, así como se dedican a buscar ratas y cucarachas en los hoteles y restaurantes, que está bien, también dispusieran de tiempo y funcionarios preparados, incluyendo al Cuerpo de Bomberos, para revisar las instalaciones eléctricas y medidas de seguridad, que tienen los talleres y establecimientos donde se ejercen labores de riesgo y se utilizan materias inflamables como en la fabricación de muebles, por ejemplo.

Estas inquietudes quedan plantadas con el fin de buscar mejorar la prestación de un servicio tan vital como el cuerpo de bomberos, y de brindar a la ciudadanía ibaguereña una política eficiente de control y manejo de riesgos tanto antrópicos como naturales.