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Desbalance en la Secretaría de Cultura Municipal

Desbalance en la Secretaría de Cultura Municipal

La hemos visto muy activa en la postulación para vincular a Ibagué en la red de  ciudades creativas de la música de la UNESCO y en la designación de la ciudad como Capital Americana de la Cultura.

Su sintonía con la ciudad y con lo que se ha llamado ecosistema cultural, el  establecimiento de las tres Áreas de Desarrollo Naranja, el programa municipal de estímulos para los artistas, los eventos y espectáculos musicales durante su mandato, le  han dado mérito para el reconocimiento como la mejor funcionaria de la vibrante Alcaldía de Ibagué, tanto que la vimos repartiendo agua y tapabocas en la marcha de los artistas  en la movilización social del mes de mayo pasado.

Las plataformas y páginas virtuales de la Secretaría dan cuenta de todas estas maravillas  con infografías, mapas, fotografías y despliegue de diseño gráfico que deslumbra a  muchas personas y llena de orgullo a su equipo de trabajo.

Puede leer el tira y afloje de la rotonda de Mirolindo

En la lógica de la exitología y la competencia del mercado de la economía naranja, todo  está muy bien, hay pocos reparos a los informes de gestión presentados con muchas  cifras y datos; sin embargo en esa lógica perversa, para que una persona tenga éxito, otras  deben perder. A los funcionarios les va muy bien, pero a los artistas y trabajadores de la  cultura parece que les va muy mal.

Así lo señalan los estudiantes y maestros de la Escuela de Formación Artística y Cultural,  EFAC que están cansados de tanta promesa y reclaman mayor presupuesto y atención  para los programas de teatro, danza y música que ofrece esta institución; el Sistema  Municipal de Formación Artística y Cultural SIMIFARTE está lo mismo y un poco peor, a las comunidades urbanas y rurales no llegan los suficientes instructores de las áreas artísticas para una población como la de Ibagué que los requiere de manera permanente. 

El presupuesto de este año destinado para la logística y para los operadores de espectáculos  supera en miles al presupuesto para la formación.

Al proyecto del Museo Panóptico no terminan de hacerle ajustes y adiciones  presupuestales y se ha perdido el calendario de su apertura y puesta en servicio de la  comunidad, la Estación del Tren de Picaleña ya acusa detrimento patrimonial, los vecinos  del sector ya no creen en el centro cultural prometido en este memorable lugar rescatado  del abandono por la anterior administración municipal. 

Los estudiantes y profesores del colegio Amina Melendro, que ocupan la sede de la  antigua Granja de San Jorge, tendrán que esperar un terremoto, como el ocurrido en los  años 70 que destruyó una parte de esta centenaria edificación, para que la Alcaldía  Municipal estructure el Plan Especial de Manejo y Protección y atienda la urgencia de las  patologías estructurales que presenta esta construcción declarada Patrimonio Nacional  hace más de 20 años; allí no se consideran las normas que la declaran como tal y no  hay respeto por esta zona que hace parte de la estructura ecológica principal del Plan de  Ordenamiento Territorial; sus más de 120 hectáreas de bosque nativo todos los días son  arrasadas y destruidas por las constructoras de torres de apartamentos en el sector de  Calambeo, situación por la que se ha reclamado al Ministerio de Cultura desde hace  varios años y que el Alcalde Andrés Hurtado no responde todavía.

Es evidente que la Secretaría de Cultura tiene otras prioridades y que no tiene la  capacidad financiera, administrativa y técnica para intervenir o incidir en todas las áreas,  tanto así que, para bien o para mal, es INFIBAGUÉ la entidad que administra las obras y  contratos del Panóptico, la Secretaría de Recursos Físicos es la responsable del abandono de la Estación de Picaleña, que el Secretario de Gobierno es el que administra el espacio  público y “cuida ”los monumentos de la ciudad, y que hasta Ibagué Limpia le mete la  mano a la cultura realizando intervenciones sin cumplimiento de las normas establecidas  en bienes patrimoniales muebles como la Locomotora de la Terminal de Transportes,  único vestigio de la destruida Estación del Tren, en la avenida 19.

Este es un año de muchas expectativas, que ruego a Dios sean cumplidas para el bien de la comunidad ibaguereña y que ojalá los jefes políticos de la Secretaria de Cultura le  permitan cumplir con sus proyectos y terminar de organizar la Capital Americana de la Cultura.

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