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Del exilio al éxito comercial con su café Frutos del Guardián

Del exilio al éxito comercial con su café Frutos del Guardián

Elmer Rueda ve la producción de café como un arte ancestral

Elmer Rueda recuerda con precisión el año 2001 cuando la violencia lo arrancó de su finca en La Palma, Cundinamarca, y no le permitió llevarse nada más que el conocimiento heredado de generaciones para cultivar café. Pero ese conocimiento lo llevaría más de dos décadas después, a fundar su empresa, Frutos del Guardián, la cual fue beneficiaria de un capital semilla de más de 80 millones de pesos del Fondo Emprender del SENA.

Fondo Emprender más allá del dinero, reconoce a un proyecto que nació entre la adversidad y creció contra todo pronóstico. Sin diplomas ni maestrías, Elmer se hizo experto en los secretos del grano. Aprendió en ferias, en charlas de viejos caficultores, en los errores y en los aciertos. Hasta de sembrar y transformar para hacer el negocio rentable.

En 2019, creyó que su hora había llegado. Presentó su proyecto al Fondo Emprender con la ilusión de un niño que pide un deseo a las estrellas. Pero en esa oportunidad no lo logró "Fue como si el cielo se cerrara", confesaría después. Sin embargo, Elmer no era hombre de rendirse. Durante dos años, perfeccionó su arte, estudió la tierra volcánica que daba a su café una acidez única.

Cuando volvió a tocar las puertas del Fondo, en 2022, ya no era el mismo. Y esta vez, el sí logró la financiación. Con el dinero, compró máquinas, mejoró su finca y convirtió su marca en un símbolo de resiliencia. Hoy, Frutos del Guardián se vende en tiendas de Ibagué y sueña con cruzar fronteras.

En las tardes, cuando el sol se esconde tras los Andes, él sigue recorriendo sus cultivos, hablando con las plantas como si fueran viejos amigos. Y entre tanto, repite como un mantra: "El café es memoria, es arte, es la prueba de que siempre se puede empezar de nuevo".

Hoy, Elmer Rueda no solo vende café. Vende historia, pasión, raíces y territorio. Participa en ferias, comparte su conocimiento con otros campesinos y se mantiene en constante formación. Sabe que su éxito no es solo suyo, sino también de una comunidad que cree en el poder de la tierra y el trabajo.

*Realizada con información de la oficina de prensa del SENA regional Tolima

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