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Del desinterés al compromiso: la lectura en el Tolima se transforma

Del desinterés al compromiso: la lectura en el Tolima se transforma

Por Santiago González Plazas

*Especialista en Políticas Públicas. Master en Inglés como Lengua Internacional.  santiagoagp77@gmail.com

Los datos de la Encuesta Nacional de Lectura (ENLEC) de 2017 revelaron que en Ibagué, el 24,6% de las personas encuestadas no disfruta leer, mientras que solo el 36,1% lo hace con agrado.

A lo anterior se suma, un significativo 38,9% que se mostró indiferente hacia la lectura. Por su parte, datos de la Cámara Colombiana del Libro en 2023 sugieren un aumento en la cantidad de personas que leen. Sin embargo, la muestra para Ibagué es muy pequeña y la metodología no permite realizar análisis rigurosos para el territorio.

A pesar de los rezagos en materia de información, los datos son importantes porque descubren un problema para el bienestar de las personas: una parte importante de los habitantes de Ibagué y del Tolima no experimenta el placer de leer. Lo anterior genera las siguientes dos preguntas: ¿cuáles podrían se las razones detrás de esta brecha social que genera desigualdad de oportunidades y frenos al desarrollo? ¿qué alternativas se avizoran para el tratamiento de la problemática, especialmente para la niñez y juventud?

Un argumento alrededor de la ausencia de disfrute de la lectura proviene de lo que algunos teóricos llaman "lectura escasa", un término que describe la interacción superficial de las personas con los textos, donde la comprensión profunda y el placer del descubrimiento están ausentes.

En muchos casos, la lectura se limita a una decodificación básica, sin fomentar el pensamiento crítico o la reflexión. En el ámbito educativo, la "lectura escasa" puede resultar de métodos rígidos que limitan la participación activa de los estudiantes, afectando negativamente su formación y capacidad para comprender su entorno (Castrillón y Roa, 2022).

El resultado de lo anterior es en parte lo que las encuestas indican. A mucha gente no le gusta leer porque se ha generado y reproducido un sistema de valores creencias y actitudes que fosiliza en la mente de muchos la idea de que la lectura es algo ajeno, distante e incluso aburrido.

Esta problemática ha sido de alguna forma abordada desde las políticas públicas, principalmente desde los sectores de educación y cultura con resultados limitados en lo nacional. Por su parte, en algunos ámbitos locales, existen organizaciones conscientes de la necesidad de generar esfuerzos públicos, privados y comunitarios por crear espacios que permitan revertir el desinterés en la lectura y avanzar hacia entornos de bienestar, donde los diversos actores se comprometen con la promoción de la lectura crítica y reflexiva, tanto para adultos como para niños.

En el caso de Ibagué es preciso señalar que la ciudad cuenta con una extensa red de bibliotecas públicas municipales, además de bibliotecas escolares, universitarias y comunitarias. A lo anterior se suman las librerías independientes como Pérgamo, Ala de colibrí y Universitaria Libros que son relativamente nuevas en la ciudad y que podrían desempeñar un papel crucial en materia de nuevas estrategias de fomento de la lectura y el acceso a la información como bienes públicos.

Entre las nuevas librerías se destaca Pérgamo, una asociación única en el país compuesta por 187 personas naturales y jurídicas, incluidas instituciones educativas privadas, que reconocen la necesidad de fortalecer la oferta de librerías independientes como herramientas para potenciar la lectura en el departamento.

En su corto trasegar, Pérgamo ha contribuido al acceso a la información y al conocimiento de cientos de personas ofreciendo un espacio abierto donde cualquiera puede sumergirse en el mundo de los libros con la ayuda de libreros especializados y voluntarios. Dentro de su oferta gratuita se anotan eventos culturales, académicos y clubes de lectura para adultos y niños que coadyuvan a desarrollar capacidades de pensamiento crítico y de disfrute por la lectura. Uno de sus objetivos es crear comunidades y familias lectoras que fortalezcan el desarrollo del capital social.

Las autoridades municipales y departamentales tienen la oportunidad de fortalecer políticas basadas en las experiencias señaladas que adaptan metodologías para acercar a las personas a los libros y al conocimiento.

Sería pertinente articular estas experiencias con las metas del Plan de Desarrollo de la Alcaldía de Ibagué, orientadas a fortalecer la gobernanza cultural a través de la inclusión de diversos actores en la formulación de políticas públicas, así como trabajar mancomunadamente para la creación de una red de eventos artísticos y culturales inclusivos. En lo departamental, se debería considerar una política de convocatorias para desarrollar agendas culturales más amplias en los municipios tolimenses en colaboración con el sector privado. Lo anterior enmarcado en las apuestas para la construcción del Plan Departamental de Lectura, Escritura y Oralidad y las prioridades para el fortalecimiento de la participación y el fomento de entornos seguros y protectores.

La lectura es un derecho, pero el gusto alrededor de ella constituye un privilegio de pocos que se construye y obtiene con el tiempo. Por esto, resulta de particular importancia invertir en alternativas innovadoras para que en especial niños, niñas y jóvenes se acerquen a la lectura desde el disfrute de la vida. Pero esto requiere voluntad desde la política y rigor desde la técnica. 

Es necesaria una apuesta mucho más decidida por parte de las autoridades locales y departamentales. El trabajo por el mejoramiento de capacidades en materia de lectura y escritura en población general es un acto de protección significativo que debería cobrar protagonismo en la agenda pública municipal y departamental.

En este sentido, las librerías en Ibagué seguirán sumándose y aportando su grano de arena. Sin embargo, es necesario juntar capacidades entre los diferentes actores públicos y privados para afianzar compromisos y lograr transformaciones sociales positivas en un departamento donde las necesidades en materia de lectura cómo lo indican las cifras son monumentales y los  recursos para atenderlas suelen ser escasos. 

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