La Policía Metropolitana de Ibagué puso en evidencia el funcionamiento de sus cámaras denominadas 'Ojo de águila' y Reconocimiento Automático de Placas, LPR por sus siglas en inglés. Con una impidieron el robo a un taxi y con otra lograron recuperar una motocicleta robada.

En total la sala del Sistema Integrado de Emergencias y Seguridad (SIES) cuenta con 411 cámaras que funcionan las 24 horas del día. En las últimas horas los equipos del Sistema LPR avisaron automáticamente que una motocicleta captada en vivo en el barrio Ricaurte figuraba como robada. 

De inmediato avisaron al cuadrante del sector, que llegó hasta la carrera Segunda sur con calle 12, donde abordaron al conductor de una motocicleta marca Victory color azul petróleo, reportada como robada desde el pasado mes de mayo en el barrio La Mansión de la capital tolimense. El conductor fue capturado por el delito de receptación. 

"En el 87% de los casos de hurto a motocicleta en Ibagué, el común denominador es el factor de oportunidad. Motos que los delincuentes ubican parqueadas en vía pública, para llevárselas sin que el propietario se percate, haciendo uso de llaves maestras, o simplemente halándola”, aseguró el coronel Diego Edixson Mora, comandante de la Policía Metropolitana.

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En lo corrido del 2024, se han capturado en Ibagué a 43 personas por el delito de receptación y se han recuperado 104 motocicletas. En las próximas horas será entregada a su dueño la motocicleta recuperada  gracias a las cámaras. 

De otro lado, en la urbanización Divino Niño capturaron a un hombre y una mujer, que a través del sistema 'Ojo de águila' fueron identificados mientras intentaban robar elementos ubicados en el interior de un taxi. 

Lo que estos dos presuntos delincuentes no se esperaban, es que un operador desde la sala de monitoreo los tenía en la mira. El operador generó la alerta a la patrulla de vigilancia del sector, quienes ubicaron a la pareja cuando trataban de esconderse detrás de los vehículos. 

Los capturados fueron identificados como Nicol Modesto de 33 años y Diego Torres Hernández de 35 años. Quedaron a disposición de la Unidad de Reacción Inmediata de la F Fiscalía (URI), por los hechos que quedaron grabados en las cámaras de seguridad. 

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La mujer de 33 años tiene anotaciones judiciales como indiciada por los delitos de hurto (2009, 2010), homicidio (2017), amenazas (2019) y lesiones (2020).

"El trabajo que realizan nuestros operadores de cámaras, es una labor que merece todo nuestro reconocimiento, deben estar durante las 8 horas de servicio, atentos a las pantallas, porque esta es la clave en este proceso de monitoreo", manifestó Mora.