Uno de los sacramentos que más se practica en esta Semana Santa es el de la confesión, que para algunos no es necesario hacerlo frente a un sacerdote y para otros sí lo es, porque es el arrepentimiento de sus faltas ante un Dios, teniendo como intermediario el sacerdote. Así lo manifestó el padre Josué Enciso, de la Iglesia Nuestra Señora del Perpetuo Socorro del barrio Belén.

Durante una charla sostenida con el Cronista.co el religioso señaló que “en el llamado sacramento de la confesión, el penitente debe abrir su corazón a Dios y mostrar su arrepentimiento, aunque las faltas sean graves o leves, buscando así la purificación”. En esta semana mayor la afluencia de fieles es más alta, tanto así que son más de seis horas las que debe permanecer dentro del confesionario al sacerdote, escuchando múltiples pecados.

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Aunque el sacerdote se abstuvo de divulgar cuales son los que se cometen en mayor escala, porque dice que debe guardar el secreto de la confesión, el padre Josué Enciso señaló que “en algunas ocasiones se le debe orientar al penitente de manera responsable y guiarlo en oración y en actos de fe que lo reivindiquen”.

El padre Enciso dice que “la iglesia católica respeta el hecho de que algunas personas se encierren en su habitación e internamente le pidan perdón a Dios, ya que esto es solo considerado como el llamado acto de contrición, más no una confesión”.

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Se necesita de la presencia de un sacerdote, que es el canal a Dios y de un feligrés, para que escuché la absolución, que le diga “vete en paz tus pecados están perdonados, tal y como Jesucristo se lo expresó a María Magdalena”, manifestó el sacerdote. Además, con ello el penitente puede descansar en paz…

El religioso dice que los fieles que se acercan a los confesionarios no deben sentir temor ni angustia en desahogar sus faltas, porque al tener la absolución Dios les cambiará el corazón de piedra por uno de carne”.

“A veces cuando uno está dentro del confesionario, debe someterse a escuchar historias o hechos que no tienen nada que ver con lo que se llaman pecados, dice el padre Josué Enciso, aunque no ve necesario optar por este sacramento en caso de pecaditos leves como las mentiras pequeñas y aquellas que contemplan lo de la falta de convivencia ciudadana”.

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Agrega que no es partidario de los confesionarios dónde no se puede ver el rostro a las personas, porque en una mirada se conoce si realmente existe ese arrepentimiento”.

“Con pecado venial o con pecado mortal, el penitente debe siempre estar en paz con Dios y aceptar que se cometió la falta, sin embargo, el sacramento de moda en esta época como es el de la confesión, continuará en cada una de las parroquias de esta ciudad y del país, escuchando a miles de feligreses que se acercan para sentir la paz que se requiere”, anotó el padre Josué Enciso.