Por: Cristhian Acosta Guzmán
Presidente Unión Patriótica Tolima

El Tolima, con sus extensas tierras fértiles y una tradición agrícola que atraviesa siglos, está llamado a ser protagonista de la transformación del campo colombiano. En el marco del "Pacto de Chicoral por la Tierra y la Vida", que se celebrará este 21 y 22 de febrero.

El agro tolimense enfrenta una paradoja dolorosa: tierras ricas, pero comunidades empobrecidas. Esta realidad no es casual, sino el resultado de décadas de abandono estatal, concentración de la tierra y un modelo productivo extractivista que ha beneficiado a unos pocos, mientras la mayoría de los campesinos luchan por subsistir. Hoy, bajo el gobierno del cambio, se abre una ventana histórica para revertir esta situación, y el Pacto de Chicoral es una oportunidad clave para ello.

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El nuevo pacto agrario debe tener rostro tolimense. Esto implica garantizar el acceso a la tierra para los campesinos, pero también acompañar este acceso con crédito barato, asistencia técnica, mercados justos y, sobre todo, con la participación directa de las comunidades rurales en la definición de las políticas agrarias, precisamente lo que se busca lograr con el Pacto de Chicoral. No se trata solo de producir más, sino de producir mejor, cuidando los suelos, el agua y la biodiversidad, y asegurando que la riqueza generada se quede en el territorio. 

Darle la vuelta al Pacto de Chicoral debe ser más que una consigna, es una tarea histórica. En 1972, aquel acuerdo no representó a los campesinos ni transformó las estructuras de la tierra; fue un pacto para mantener el statu quo. Hoy, medio siglo después, tenemos la oportunidad de escribir una historia diferente, una en la que la tierra sea para quien la trabaja y la producción agraria sea un motor de equidad y desarrollo sostenible.

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La apuesta por el campo es, en el fondo, una apuesta por la paz. Un Tolima con campesinos dignificados, con tierras productivas en manos de quienes las trabajan, y con un Estado presente y garante, será un Tolima que aporte no solo alimentos, sino también esperanza y estabilidad a Colombia. En Chicoral, se dará un paso crucial con este pacto. Que el Tolima no solo participe, sino que lidere esta nueva historia.