El secretario del Interior del Tolima, Ricardo Suárez Guzmán, hizo un llamado urgente a la precaución durante esta temporada de fin de año, advirtiendo que el uso de la pólvora continúa siendo un riesgo para la salud humana, para los animales y para el entorno natural. Aunque el departamento ha mantenido cifras bajas de lesionados, la administración considera una derrota cualquier caso de afectación asociado a la manipulación de artefactos pirotécnicos.

Suárez recalcó que incluso los elementos más pequeños, como las chispitas, pueden causar quemaduras graves y provocar consecuencias severas. El funcionario insistió en que el impacto de la pólvora va más allá de las lesiones en personas, afectando especialmente a los animales domésticos y silvestres, que pueden sufrir episodios de estrés, taquicardia, desorientación, quemaduras e incluso la muerte. En el caso de la fauna silvestre, el ruido también provoca el abandono de sus zonas habituales, alterando sus ciclos naturales.

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Pese a que las cifras sobre afectaciones en animales aún son incipientes, Suárez recordó que este vacío estadístico no implica que el problema no exista, sino que aún falta avanzar en mecanismos de seguimiento y registro que permitan comprender la magnitud del daño. “La responsabilidad humana sobre los seres sintientes debe ser clara y permanente”, afirmó.

De igual manera, el secretario pidió a los alcaldes del departamento reforzar los controles sobre la comercialización y uso de la pólvora, cumpliendo estrictamente con la normatividad vigente. También instó a la ciudadanía a evitar el uso de estos artefactos, vigilar de cerca a niños, niñas y adolescentes y brindar protección a los animales de compañía durante las celebraciones.

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El llamado cobra aún más relevancia al revisar el reporte del Ministerio de Salud, en la temporada 2024 – 2025, las afectaciones más frecuentes en humanos fueron las de quemaduras (90%), laceraciones (57%), contusiones (22%), amputaciones (8%), fracturas (7%), daño ocular (6%) y daño auditivo (2%); además de casos de intoxicación con fósforo blanco al ingerir la pólvora, en particular por menores.

Finalmente, Suárez recordó que los animales también requieren cuidado y acompañamiento: “Deben tener querientes que los protejan, porque no están exentos de sufrir daños y porque el sentido de humanidad debe extenderse a la naturaleza, especialmente en temporadas tan propensas al uso de la pólvora como la decembrina”.