Ambiente
Buena noticia para el planeta: Loro Orejiamarillo se salvó de la extinción
El Loro Orejiamarillo fue históricamente abundante en los Andes colombianos, pero su población casi desaparece a finales del siglo XX. En 1999 el censo arrojó que solo había 81 de ellos, sobrevivían en Roncesvalles, municipio del Tolima, que colinda con el Quindío. En ese momento se esperaba que la especie se extinguiera entre cinco a diez años.
El loro dependía de los frutos y el refugio del ‘árbol nacional de Colombia,’ la Palma de Cera, que miles de personas deforestaban cada año. Tras la disminución de su hábitat, este loro sociable se convirtió en una presa fácil para los cazadores.
La grave situación llevó al grupo de conservación de aves de Colombia, Fundación ProAves, a reunir varias comunidades del país para lanzar una campaña que salvara el Loro Orejiamarillo. “La gente de Colombia, granjeros, comunidades, organizaciones no gubernamentales e instituciones estatales, se unieron para salvar la palma más alta del mundo y un loro icónico que también compartía su hogar en los Andes”, comentó Paul Salaman, conservacionista de la Universidad de Oxford.
Los esfuerzos se centraron en la protección del hábitat y en una campaña de divulgación llamada “Reconcíliate con la Naturaleza”, que buscaba celebrar y respetar el loro y la palma. La iglesia católica se unió para detener la centenaria tradición de usar hojas de palma de cera en el Domingo de Ramos; de esta manera también apoyó la protección del valioso Loro Orejiamarillo.
La caza cesó paulatinamente y creció un movimiento nacional de conciencia por las riquezas naturales de nuestros Andes. El loro empezó a reproducirse satisfactoriamente. En solo tres años, la colonia de cría creció y empolló 93 polluelos.
En los siguientes diez años la población se recuperó de 81 a 1.103 individuos y empezó a expandirse en el Tolima, Antioquia, Quindío, Valle, Chocó, Risaralda, Cundinamarca, Meta y Putumayo. Para 2019, el último censo nacional registró 2.601 aves en 46 diferentes partes del país.
“No hay dudas de que los esfuerzos de los colombianos para salvar al Loro Orejiamarillo representa la recuperación más exitosa de una especie en peligro crítico en el planeta. Es importante destacar que este triunfo de la conservación frente a la tremenda adversidad brinda una esperanza geniuna a las personas de todo el mundo”, apuntó el conservacionista Salaman.
De igual manera, las organizaciones internacionales contribuyeron al esfuerzo de conservación. La Fundación ProAves estuvo respaldada en este proceso por el Loro Parque Fundación de Tenerife, España. “Estamos encantados de que la población de Loro Orejiamarillo se haya recuperado y extendido desde Roncesvalles ampliamente por los Andes colombianos”, afirmó David Waugah, exdirector de esta Fundación española.
Al respecto Alex Cortés, director de conservación de la Fundación ProAves, expresó, “gracias a la comunidad de Roncesvalles, Tolima, que trabajó incansablemente para ayudar a salvar a los últimos Loros Orejiamarillos”. Y complementó, “después de dos décadas de un intenso esfuerzo de conservación, impulsado por la ciencia, que involucró a cientos de colombianos, estoy encantado que este maravilloso loro pueda sobrevolar libremente los Andes y que las generaciones futuras puedan apreciar nuestro tesoro natural”.
Una de las estrategias utilizadas para la recuperación de esta especie, fue la elaboración e instalación de nidos artificiales pintados con apariencia de troncos de Palma, para que el loro anidara. De la mano de la Corporación Autónoma Regional del Toma (Cortolima) y la Corporación del Quindío, se desarrolló el ‘Loro bus’, un aula ambien
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