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Venezolanos residentes en Ibagué quieren retornar a su país

Venezolanos residentes en Ibagué quieren retornar a su país

La crisis por el covid-19 ha provocado que miles de migrantes venezolanos retornen a su país desde diferentes partes del país. Ibagué no es la excepción. Todo esto producto del cese de las actividades económicas que implican las medidas de aislamiento social. 

Tal es el caso de Rusbel Leones y su familia, que al igual que tantos otros migrantes que viven en Ibagué, se ven ahora en la imperiosa necesidad de regresar al vecino país. Aunque, de no ser por el coronavirus, preferirían continuar en la ciudad. Ya se habían estabilizado económicamente, compraron algunos “corotos”, adquirieron un computador para los niños que desde antes estudiaban virtualmente y, lo más importante según Rusbel, estaba aprendiendo nuevas cosas en su profesión. “Si no fuera por esta pandemia yo seguiría acá. A mí me gusta mucho Ibagué, su clima, la gente, todo. Estábamos felices aquí”, afirma él apesadumbrado.

Rusbel, de 31 años, llegó a la capital del departamento hace nueve meses para trabajar como electricista industrial, en obras importantes como el Hospital Veterinario de la Universidad del Tolima y el colegio Ciudad Ibagué. Antes de eso, residió junto a su esposa Marielsy, sus dos hijos y su suegra, en Villa de Leyva.  

Allí se conoció con su “jefe”, quien vio en él potencial para el trabajo y decidió trasladarlo a Ibagué una vez terminaron los contratos en territorio boyacense. Rusbel se trajo a su familia para el barrio 20 de julio,  donde habitaron tranquilos hasta el pasado 31 de marzo, cuando se terminó su vinculación laboral por motivo de la pandemia. En ese momento se quedaron sin ningún tipo de ingreso económico, ni siquiera con seguro de salud.

“Ya preguntamos a la Alcaldía si había planes de retorno a Venezuela y dijeron que no. Consultamos si los censos para los mercados incluían a los venezolanos y también respondieron que no. Pero que debíamos estar pendientes de la tercera etapa para presentarnos como población vulnerable. Por el barrio ya han pasado repartiendo varios mercados y ninguno en una casa de migrantes”, sostiene Marielsy Calle, esposa de Rusbel.

Sin embargo, la comida no es lo único que les preocupa. El arriendo continúa corriendo, pronto se les juntarán las cuotas de marzo y abril; por tanto serían $760.000 lo que tendrían que pagar. A su vez, las facturas de los servicios públicos también robustecen la cuenta. 

Teniendo en cuenta que solo tienen $300.000 ahorrados, prefieren partir ahora mismo rumbo a Venezuela, antes de seguir sumando deudas. Más todavía, cuando aseguran que la gente de Ibagué, ejemplo de ello su arrendadora, se ha portado tan bien con ellos. No quieren dejar una mala impresión.

Y hay más familias venezolanas residentes en Ibagué que están afrontando momentos difíciles. Rusbel conoce de cinco compatriotas que él recomendó en su trabajo, se trajeron sus núcleos familiares y por la crisis desean volver. Asimismo, tienen conocimiento de otros compatriotas vecinos suyos en el barrio 20 de julio, que también quieren regresar. 

Vale la pena acotar que, según cifras del DANE, en la capital del Tolima hay más de 6.000 migrantes venezolanos. Pues bien, por el momento a ninguno le ha correspondido uno solo de los 25.000 ‘kits por la vida’ que está entregando la Alcaldía de Ibagué.

Solicitan a las autoridades colombianas que les ayuden a transportarse hasta Maicao, lugar fronterizo con el estado de Zulia, Venezuela. El pasaje cuesta $120.000 por persona, presupuesto que no tienen. “Son casi 20 horas de viaje hasta Maicao, después otras cuatro a mi ciudad, Cabimas. Corremos el riesgo de contagiarnos en ese trayecto, pero si nosotros nos quedamos acá  vamos a endeudarnos”, explica el padre de la familia Leones.

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