Aldea
Fabricantes de muebles de Ibagué no aguantan más
Son unas 200 familias entre tapiceros, ebanistas, lijadores, propietarios de almacenes, ayudantes, pintores, entregadores, que afirman que ya no pueden resistir más las necesidades que están padeciendo.
Por ello, solicitan a las autoridades que se les tenga en cuenta y empiecen a visionar posibles soluciones.
Los pequeños y medianos ‘muebleros’ de Ibagué sienten que las autoridades los han abandonado a su suerte en medio de la pandemia. Señalan que los mercados nunca llegaron, los préstamos hasta el momento han sido una mera ilusión, y además, se han negado a conversar con ellos, algo que sí se ha hecho con otros gremios económicos de la ciudad.
Han acudido a derechos de petición por Ministerios, corporaciones departamentales y locales, y siguen esperando respuestas.
Si bien están incluidos en las últimas excepciones estipuladas para la prórroga del aislamiento preventivo obligatorio, solo podrán regresar a fabricar, y comercializar a través de domicilios o plataformas virtuales. Lo que según indican, no les representa ningún beneficio, toda vez que no es su canal de distribución por excelencia.
Algunos viven en barrios periféricos como El Bosque, La Martinica, Las Ferias. "La idea es crear un canal de comunicación, uno escucha que los recursos y ayudas llegan, pero nosotros no las hemos visto”, explica Mateo Matiz, propietario del almacén Matices, Muebles y Accesorios, quien ha tomado la vocería de este importante sector de la economía ibaguereña.
“Estamos pasando una situación bastante crítica, la gente está desesperada. Sabemos que en cuarentena las personas no saldrán desbocadas a comprar muebles, pero denos la oportunidad de esforzarnos y aportarle a la economía. Los arriendos, recibos y deudas siguen corriendo", lo dice en tono de súplica.
Y agrega, Nosotros somos pequeños productores y si no tenemos la puerta abierta al público, lastimosamente no vamos a tener qué producir. Ahí se están beneficiando los grandes productores, como siempre”.
Sobre la posibilidad de acceder a las ayudas financieras dice que “Son mil tropiezos los que le ponen a uno. Toca pagar revisor fiscal, contador, sacar un balance por allí, otro por acá. Para solicitar un crédito de 15 o 20 millones, se tiene que invertir 5 en el papeleo. Y si uno tuviera ese dinero no pide el préstamo, con eso se sostiene”, arguye el propietario del negocio ubicado en la 4ta estadio, punto principal de los muebles en madera en Ibagué.
El Cronista.co se comunicó con el jefe jurídico de la Alcaldía de Ibagué, Andrés Bedoya, en aras de conocer qué mensaje de aliento se les podía enviar a estos cientos de ibaguereños que piden ser tenidos en cuenta. “Por ahora no se está recibiendo protocolos de ese sector”, fue la fría y lacónica respuesta.
“Es muy triste. Sabemos que no son decisiones que se toman de un día para otro, deben estudiarse a fondo. Pero teníamos un borrador de protocolos, donde nos comprometemos a invertir en líquido antibacterial, tapetes desinfectantes a la entrada del local, en mantener una caja de guantes, tapabocas para clientes que de pronto no lo porten, para que todo se haga dentro de la mayor legalidad posible. Estamos dispuestos a abrir por días. Pensamos que al menos nos darían la oportunidad de expresarnos. Después se jactan de decir que están ayudando al pueblo y se ve a la gente en las plazas de mercado esculcando las canecas”, reseña Mateo Matiz.
Los ‘muebleros’ aclaran que no quieren tomar las vías de hecho, como sí lo han hecho otros gremios que han protestado al frente de los edificios de poder. Sin embargo, de persistir la situación actual, se verán obligados a también hacerlo.
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