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Aldea

Denuncian a pastora evangélica por invadir predios y amenazar con la “guerrilla”

Denuncian a pastora evangélica por invadir predios y amenazar con la “guerrilla”

En un comunicado a la opinión pública los habitantes del barrio San Tropel denunciaron la invasión de un lote ubicado a orillas del río Alvarado, “donde se pensaba construir una cancha y gimnasio, como sitio de recreación para los niños y jóvenes del sector (bastante golpeado por el microtráfico)”. Culpan a la señora Clara Isabel Rodríguez Cagua, no solo de apropiarse de ese y otros bienes, sino también de amedrentarlos.

“Esta señora llega al barrio a cuidar el hermano del administrador del balneario San Tropel, eso hace muchos años, luego termina como propietaria de varios lotes del barrio y en Ibagué”, reza el comunicado, a la vez que agrega las direcciones de unos diez bienes que “supuestamente” serían de su propiedad. La mayoría de lotes o viviendas de las que se habría adueñado Clara Isabel Rodríguez ni siquiera tienen nomenclatura, y las que sí, las habría obtenido “mediante torcidos”.

Los vecinos de Clara Isabel manifiestan que no comprenden sus actitudes violentas, teniendo en cuenta que es una líder religiosa de la “Iglesia Cristiana Comunidad Misionera Nueva Jerusalén”.

El Cronista.co dialogó directamente con una de las habitantes del barrio San Tropel, quien se presentó con su nombre propio, pero pidió guardar su identidad por temor a represalias. “La señora todo lote que ve desocupado se va apropiando de él. Es dueña de una iglesia evangélica, pero todo al que le reclama algo le responde que tiene familiares en el Cañón de Las Hermosas, y les va mandar guerrilleros. Yo he presenciado esas amenazas. En el 2014 sí vinieron unos seis personajes raros que entraron a escondidas por la quebrada”, relata la vecina Clara Isabel.

Tanto ella, como el comunicado oficial, mencionan el nombre de Wilson Pérez, expresidente de la Junta de Acción Comunal, quien tuvo que abandonar el barrio por amenazas. “La señora abusa, golpea, maltrata a los niños y abuelos del barrio, los amenaza, como le pasó al anterior líder comunitario, que tuvo que salir del barrio por las amenazas constantes de los "amigos del sur del Tolima", de indigentes. Don Wilson era el único (en compañía de dos personas más) quienes le frenaban sus planes de invasión, abuso y amenazas.

Las amenazas llegaron a ser tan serias que está en manos de la Fiscalía y tuvo que abandonar el barrio y dejar el liderazgo. Es por ese motivo que el Barrio San Tropel no tiene J.A.C. ya que terceras personas se encargan de amenazar a los líderes con el fin que la comunidad no se organice y denuncie los abusos”, reseña el comunicado.

En diversas ocasiones los habitantes de San Tropel han buscado la manera de mejorar el barrio, y aseguran que se han encontrado con la negativa de Clara Isabel. Les habría impedido renovar el alcantarillado y contar con un parque biosaludable; la reciente pavimentación de las vías, la alcanzaron después de una recia disputada durante años. Sostienen que la líder evangélica les ha frenado el progreso colectivo.

“Nunca entrega las escrituras cuando se las solicitan. Dice que tiene sus papeles en orden, pero nunca pasa nada. Cuando el IBAL le pidió sus escrituras para saber por dónde trazar el alcantarillado, se encerró y no volvió a salir. Incluso, en el Agustín Codazzi no sale el predio que ella dice poseer”, señala la habitante de San Tropel.

Plano suministrado por los pobladores de San Tropel, donde el lote mencionado figura sin propietario.

De acuerdo con los denunciantes, “la usurpadora” contaba con la complacencia del anterior Inspector de Policía de la sede El Salado. “Era un títere en manos ella. Denunciábamos y se nos reía en la cara. La Inspectora actual es diferente, la confronta, pero de todas maneras se le niega a mostrarle escrituras”.

En la administración de Guillermo Alfonso Jaramillo se venía adelantando conversaciones con Clara Isabel para comprarle “el lote que dice que es de ella”, y así construir allí un parque biosaludable. Ella habría pedido una suma muy por encima de lo que realmente cuesta el predio, a lo que se negó el exalcalde. El lote de aproximadamente 45 metros de ancho por 75 de fondo, que habría sido invadido, además estaría robándole algunos metros “del lote de Gustavo Rengifo”, otro habitante de San Tropel.

“Jaramillo nos había dicho que sí era viable un parque ahí para los niños y abuelos. Toda la comunidad le pedimos a la nueva administración, a Cortolima, que nos lo ceda para hacer por fin el parque. No tenemos un lugar para la recreación. Y a la justicia que le ponga el ‘tatequieto’ a esta señora, para ver si por fin podemos descansar, porque a todo mundo amenaza con la guerrilla y nadie le dice nada. Varios se han ido por evitar problemas”, sentencia la vecina de Rodríguez Cagua.  

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