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Cada día aparecen más 'trapos rojos' en Ibagué

Cada día aparecen más 'trapos rojos' en Ibagué

El hambre empieza a consumir los hogares ibaguereños. Todos los días se conoce de un nuevo barrio donde las familias cuelgan trapos rojos en las fachadas de sus casas para alertar de la hambruna que las agobia. Poco a poco los trapos se convierten en el símbolo de la escasez en tiempos de cuarentena. 

ElCronista.co ya ha reseñado casos como los de La Gaviota y el Cañón del Combeima. Ahora no solo se les suma el barrio Modelia (como lo evidencian numerosas fotografías), sino también, buena parte de la comuna 7. En uno de los barrios de mayor tradición, El Salado, la gente también ha colgado ‘trapitos’ en ventanas y puertas. 

Precisamente, una de las tantas quejas que rodean al ya denominado ‘escándalo de los mercados’, es la celeridad con la cual se están estregando estos auxilios. Día a día crecen las voces de inconformismo, pues hace más de dos semanas que empezaron a regir las medidas de aislamiento y todavía existen comunas enteras a las cuales no ha llegado la Alcaldía de Ibagué.

El propio Alcalde Andrés Hurtado señaló que han llegado a barrios como “Los Mártires, El Limón, Jardín Santander, La Cima, entre otros”. Habría que recordarle al burgomaestre que la capital tolimense está conformada por más de 700 barrios. No puede ser que desde el 17 de marzo, cuando decretara el primer aislamiento preventivo obligatorio, su administración haya llegado a tan bajo número de sectores. El hambre no da espera.

Otro punto a tener en cuenta es que, la Alcaldía Municipal contrató 30.000 kits nutricionales por más de $5 mil millones, de los cuales, a la fecha, solo ha entregada 3.700 (de acuerdo a cifras dadas por ellos mismos). Lo que significa que en 20 días apenas han entregado un 12% de los mercados. 

Las cifras se tornan todavía más alarmantes, si se tiene en cuenta el contexto. Es de recordar que Ibagué es la segunda ciudad del país con mayor tasa de desempleo. Además, más de 15.000 ciudadanos se dedican a trabajos informales. En otras palabras, si no salen a trabajar diariamente su supervivencia corre peligro. 

Hace unos días Rubén Mellado, veedor del espacio público y además trabajador informal de Ibagué, le advirtió a este medio que “esto es una bomba de tiempo. Créame, el pueblo con hambre no va aguantar el encierro. Y cuando eso suceda van a empezar a saquear los supermercados, las tiendas, los almacenes. Entonces nos van a tratar de vándalos, de ladrones, nos echarán el ESMAD, nos van a golpear, aterrorizar. Pero no están haciendo nada que realmente ayude a mitigar”.

En medio del clamor popular, figura una administración local que pareciera desbordada por la situación. No solo están las denuncias que provienen desde la oposición y las comunidades, sino que, ahora renuncian la Secretaria de Desarrollo Social Comunitario y el Director de Etnias y Comunidades Vulnerables. Cargos claves para llegar a la gente en medio de esta crisis. 

Todo luce cuesta arriba para Andrés Hurtado, y la olla de muchos ibaguereños sigue vacía.

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