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Un equipo descuadernado, sin actitud, sin rumbo y dividido
Por: Manuel Alberto Caicedo Cañón
Esa es la imagen que dejó el Deportes Tolima que esta vez no gustó, pero perdió ante el Once Caldas. Las fallas habían sido tapadas con sutileza por los triunfos de los dos últimos partidos. Sigue siendo un equipo frágil en marca especialmente en su cuarteto posterior y en quienes deben hacer el filtro en la media.
No puede ser que se pierda con tres goles conseguidos por el Once en donde la defensa mostró deficiencias típicas de un equipo aficionado. Total descoordinación y falta de actitud en un equipo que parece descuadernado, que no juega con actitud y con ganas. Que no tiene revolución para atacar y se queda regresando a defenderse.
En el primer tanto permitieron que un delantero devolviera el balón y disparo desde fuera del área del “alcatraz” García. En el segundo dejaron solo al arquero Silva que rechazó ante un cobro de distancia y Estupiñan la encontró perfecta para enviarla al fondo y para terminar sobre los 91 minutos tres defensas van al suelo con un solo delantero contrario y con tan mala suerte que le pega en la mano a Rivas pitando el central el disparo desde los once pasos.
En el primer tiempo llegó apenas dos veces y concretó una. Para el segundo llegó seis veces y concretó una. Tres claras para haber aumentado el marcador. Pérez con excepción del pase gol a Montoya a los 36 del primer tiempo pasó sin pena ni gloria y sigue mostrando que no es la solución. Rodríguez fue el pase gol en la anotación de Álzate y sigue siendo “golondrina de un solo verano”. Más distractor que otra cosa y se supone que es el goleador.
Montoya parece no tener como saber manejar su aire que le alcanza por lo general en un solo partido y Álzate con excepción del segundo gol no rindió como se esperaba. Paz y Rivas fueron un colador que no supo aprovechar bien el Once que hubiera podido ganar por más goles. Capítulo aparte los marcadores de punta desatinados al llegar a los contrarios, especialmente Bonguero al que hasta ocho le hicieron con facilidad. Giraldo no aportó mucho y cuando Delgado entró a reemplazar a Montoya se estorbaron en la franja derecha. Pérez pasó a la izquierda y fue peor su cuota.
No se entiende como los dos centrales Torijano y Mosquera dan tantas facilidades para la llegada al contrario y no se entienden a la hora de tomar la marca cuando de reversa se encuentran. Fue un poco de los mismo que ya se ha dicho pero que no mejora. Ya hasta se habla de improperios en el camerino entre los jugadores, de dos grupos que hablan de lo dividido que está el equipo y de la falta de un líder en el terreno de juego. Que a Quintabani no le caminarían y que no quieren realmente estar en el club pero que no se les dio la opción para irse.
Así el panorama parece no estar claro mientras el timonel todavía habla de ajustar el equipo, de reconocer el onceno y que hay que darle opciones poco a poco a los reemplazantes de los que jugaban con Gamero y que no están rindiendo. Los puntos logrados son muy pocos para lo que viene en clasificación. El próximo partido será el sábado 10 de marzo visitando al Cortuluá a las 5 y 30 en el Pascual Guerrero.
Para los aficionados y la mayoría de la prensa (la que no le tienen miedo a perder las migas con los directivos del club) o hay un vuelco en la nómina y se sientan a los “intocables” o era mejor haber dejado a Castro y seguir en las mismas con bajos costos a nivel técnico.
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