Sin incentivos de ninguna especie, con una comisión de tan sólo el dos por ciento por la venta de billetes y fracciones para quienes se dedican al oficio de vender por las calles la lotería, además la creación de los juegos de azar como el baloto, y el chance, han generado la decadencia de los llamados loteros que se ubicaban en las céntricas calles de Ibagué a vender la buena suerte.

Y es que ahora es extraño encontrar personas en su gran mayoría de la tercera edad, persuadiendo a los doctores, abogados, políticos y pensionados para que compren el billete ganador…..., el billete que más paga…con el fin de ganar su sustento.

Ahora como dice José Guillermo Bocanegra, reconocido por todos como “el loco” quien lleva 30 años vendiendo y andando por las calles “ya no es como antes, esto ya no deja buenas ganancias, sin embargo, me mantengo con mis clientes de años atrás que me buscan para comprarme”.

“El Loco”, vive muy agradecido de la vida y aunque no tiene esposa ni hijos, habita en una fría pieza del barrio San Pedro Alejandrino, tanto es así que recuerda perfectamente la dirección de la casa y agrega que fue abandonado por su madre en Flandes y luego recogido por la señora Rosa Elena de Saldaña, quien me crio y me dio lo poco”.

Este lotero, curtido por el sol y por el frio, de cabello largo canoso, con unas trenzas similares a los raperos de esta nueva generación, dice que trabajó en Bogotá, Cali y Medellín, sin embargo, se amañó en Ibagué porque “aquí ya todo el mundo me conoce y me estima”, por eso le doy gracias a la Alcaldía de Ibagué porque a través de los programas de alimentación para las personas de la tercera edad, tengo mi almuerzo asegurado, lo demás me toca rebuscármelo, igualmente a mis colegas loteros en su mayoría gente de muchos años, quienes se benefician de este programa ”, además se considera uno de los más jóvenes del gremio con tan solo 66 años de edad.

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Conoce los valores que cada lotería paga, por eso afirma que las que los mejores premios los dan las loterías de Bogotá, Boyacá y Medellín, sin menospreciar a la del Tolima, pues hay billetes que valen desde 20 a 15 mil, al igual que las fracciones que valen entre dos mil a 6 mil pesos.

Pero lo que mas le satisface de su trabajo es que le ha dado la suerte en estos 30 años a muchas personas, quienes han ganado premios de 100, 50 y menos millones de pesos.

“Especialmente tengo gratitud con la gente del campo, a los que yo le he dado la suerte, ellos después de recibir el premio mayor, me buscan y me reconocen la comisión”.

 Este hombre oriundo del departamento del Valle agradece estar en Ibagué, dice que lo mejor del ser humano es su pulcritud y la honorabilidad. Sin embargo, vive agradecido también por los turistas extranjeros que nos visitan porque los gringos y los españoles me pagan en dólares, cuando se compran la lotería.

“Me considero un hombre tranquilo, sereno y realista y le digo a las personas que para ganar hay que probar la suerte, además el gobierno debe ayudar a quienes llevamos toda una vida vendiendo suerte, porque da pena que este trabajo se acabe como se está viendo”.

Sin embargo, termina diciendo que Seapto es la única entidad que se preocupa por nuestro bienestar y por que continuemos con esta labor, como es la de vender la lotería.

José Guillermo Bocanegra, con su escasa dentadura, continua recorriendo las calles y barrios, aunque debe hacer un alto cuando el calor es muy sofocante, recurriendo a la sombra de las esquinas de las vías públicas de la ciudad y gritando loteria..loteria.