Momentos de tensión se vivieron el pasado 16 de marzo, en Toribio, Cauca, donde la comunidad NASA y la Guardia Indígena fueron atacados por miembros de las disidencias de las FARC al mando de Iván Mordisco. Los hechos provocaron la muerte de una persona y dos heridos, irrespetando el cese al fuego bilateral que existía entre el grupo armado y el Gobierno Nacional.

Tras ello, el presidente de la República, Gustavo Petro, se vio obligado a suspender el cese al fuego bilateral con este grupo armado, en los departamentos de Nariño, Cauca y Valle del Cauca. Esto a través del decreto 0385, del 17 de marzo de 2024, con el cual se dio fin fin a la tregua que estaba vigente desde el 14 de enero –por cerca de seis meses– hasta el 15 de julio.

Esto supondría una crisis en los diálogos de paz que llegaron a su cuarto ciclo de negociación, luego del encuentro efectuado en San José del Guaviare, que se extendió hasta el 10 de marzo, y de cara al encuentro en Ocaña, Norte de Santander, que se tenía planeado para el 20 de abril de 2024.

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“Suspender el cese al fuego bilateral y temporal de carácter nacional con impacto territorial (CFBTNT) entre el Gobierno Nacional y el Estado Mayor Central de las FARC-EP en los departamentos de Nariño, Cauca y Valle del Cauca”, se leyó en el decreto, que también fue firmado por el ministro de Defensa, Iván Velásquez.

El ataque armado del EMC del Cauca a indígenas desarmados en este momento es un crimen contra la humanidad.

Debe ser juzgado como tal. https://t.co/KxFzc6Z2dT

— Gustavo Petro (@petrogustavo) March 18, 2024

“El Estado Mayor Central de las FARC-EP, presente en los departamentos de Nariño, Cauca y Valle del Cauca, ha incumplido los presupuestos fundamentales del CFBTNT pactado atacando a la población civil, a las autoridades civiles y a los integrantes de la fuerza pública, y evidenciando poca voluntad de paz”, añade el documento.

Al parecer, el ataque a los indígenas se dio luego de una fuerte protesta por parte de miembros del resguardo, que se volcaron a exigir a los hombres armados, del frente Dagoberto Ramos, que liberaran a un estudiante de la Institución Educativa Sesteadero, secuestrado por esta organización al margen de la ley. Posteriormente, el comandante alias Zapata, segundo al mando del Frente Dagoberto Ramos, amenazó a la comunidad, diciendo que si no se retiran serán atacados. Finalmente, ante la retención de Zapata y otro hombre, para denunciar hechos delictivos por parte de la estructura armada, arrivó el comandante Amazonas e inició el ataque.

El presidente Petro señaló el ataque como "un crimen contra la humanidad".