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Nostalgia en el baloncesto del Tolima: Fallece Luis Fernando Álvarez

Nostalgia en el baloncesto del Tolima: Fallece Luis Fernando Álvarez

Por Óscar Viña Pardo.


Beto no era solo un atleta talentoso; era un hombre de templanza y disciplina, que amaba profundamente lo que hacía en cada paso de su vida. En numerosas ocasiones, se encontró en la posición de anotar la canasta decisiva que daría la victoria a su equipo, o, en algunos casos, recibir críticas por un tiro errado en el último segundo del juego.

La adrenalina de la competición era parte de su esencia, disfrutando de los desafíos que el baloncesto le ofrecía, ya fuera enfrentando una defensa individual férrea o lidiando con la presión de un partido reñido. Como todo competidor que anhela la victoria, a veces su frustración se manifestaba, pero siempre volvía a la cancha con pasión y determinación.

Su vínculo con el baloncesto se formó en el colegio Comfenalco, donde también recibió una sólida educación. A la edad de 14 años, él y el autor de esta crónica se conocieron, compartiendo el deseo de aprender y crecer en este deporte. Inicialmente bajo la tutela del profesor Jairo Machado y luego con Hernando Torres, dos formadores excepcionales, que nos ayudaron en nuestra formación personal.

En 1984, a pesar de vivir en el distante barrio El Salado, Beto no dudaba en emprender un viaje de más de una hora para llegar a los entrenamientos. Su pasión era tan intensa que, al llegar a la cancha de entrenamiento, era el primero en tomar el balón naranja.

La cantidad exacta de campeonatos nacionales que Luis Fernando Álvarez representó al Tolima es incierta, pero recuerdo con cariño el primero en Cartagena en 1985. A pesar de las derrotas, el entrenador, Hernando Torres, disfrutaba viendo cómo sus jugadores entregaban todo en la cancha. De seis partidos, ganamos solo uno, pero fue el inicio de un emocionante viaje.

En Comfenalco, Beto contribuyó a la época dorada del baloncesto de la institución, compitiendo en todas las categorías, desde infantil hasta juvenil, y luchando por el título de máximo anotador.Ganamos en todas las categorías por tres años consecutivos

Después de convertirse en Contador Público, su dedicación a la profesión reflejaba la misma disciplina que mostraba en la cancha. Rápidamente, ascendió en su carrera y fundó una exitosa empresa de contabilidad de alcance nacional.

Beto dejó su huella en todas las canchas de Ibagué y sus alrededores, no solo por su amor al deporte, sino también por su deseo constante de ayudar a los demás. Cada camiseta que se puso le brindó al menos cinco nuevos amigos, demostrando ser un hombre amigable y generoso.

Como hijo, honraba a su familia, especialmente a sus padres, con su talento y esfuerzo. Cada abrazo que compartía expresaba su profundo cariño por aquellos que lo ayudaron a crecer como un ser humano íntegro.

La partida repentina de Beto deja una inmensa tristeza, pero también innumerables anécdotas para recordar. A través de su ejemplo y tenacidad, nos enseñó que los sueños son alcanzables si trabajamos por ellos.

Enviamos nuestras condolencias a su familia y amigos en estos momentos difíciles. El baloncesto del Tolima y quienes tuvieron el privilegio de conocer a Luis Fernando Álvarez, nunca lo olvidarán.

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