Periodismo de análisis y opinión de Ibagué y el Tolima

Actualidad

Los velos de la compasión por las víctimas del conflicto armado

Los velos de la compasión por las víctimas del conflicto armado

Los velos de la memoriaes el más reciente volumen de cuentos, publicado por el Programa Editorial de la Universidad del Valle, de Jorge Eliécer Pardo, escritor colombiano de la generación posterior a Gabriel García Márquez. El autor nació en El Líbano, Tolima, 1950, en plena guerra civil colombiana entre militantes de los partidos tradicionales, liberal y conservador, que dejó trescientos mil muertos y varios millones de desplazados de las zonas rurales a los centros urbanos del país. 

La literatura de Pardo estará signada por el fenómeno político que, a través de historias de amor, identifica distintas épocas de Colombia[1]. Este libro de cuentos complementa el magma de las novelas que conforman su Quinteto de la frágil memoria, su más reciente proyecto narrativo, compuesto por las novelas, El pianista que llegó de Hamburgo (Cangrejo Editores 2012),La baronesa del circo Atayde (Cangrejo Editores 2015),Trashumantes de la guerra perdida (Pijao Editores, Caza de libro, 2016, Cangrejo Editores 2017),, La última tarde del caudillo y, Maritza, la fugitiva(inédita).Un ambicioso fresco de sagas y sucesos históricos que se ocupa de más de cien años de la Historia de Colombia; una Comedia Humana que, al decir del escritor, le tomó quince años de investigación y escritura. 

Los treinta y dos textos de Los velos de la memoriaestán acompañados por cuarenta y cinco fotografías del mismo autor, expresiones de mujeres compasivas por las víctimas del conflicto armado colombiano quienes detrás de esas texturas guardan narraciones que deambulan como espectros por el libro.

La primera edición de Los velos de la memoriaapareció en Francia (2014), editada por Éfer Arocha, director de la revista Vericuetos, escritor, ensayista e incansable promotor cultural. Escribió Arocha que “no son testimonios ni denuncias, tampoco crónicas de confrontaciones bélicas. Son narraciones de la memoria que surgen desde la indefensión, el horror y la muerte. Ritual de duelo contra el olvido. Los velos de la memoriaaportan a la narrativa victimal del mundo, una extraña estética sobre la condición humana”.

El libro despertó interés entre artistas colombianos y extranjeros. En su presentación en París, el novelista colombiano, crítico y periodista de efede Francia, Eduardo García Aguilar, afirmó: “Los velos de la memoriame han conmovido profundamente… prosa sobria, sencilla y efectiva… cuando leemos cada uno de los textos parecen dictados por un ser misterioso… como si no hubieran sido escritos… poemas donde el autor usa la voz de los fantasmas que convoca… Ni la izquierda, ni la derecha, ni lo religioso o lo no religioso, ni los malos ni los buenos están exentos de cierta culpa. Me recuerda muchos libros de la violencia de grandes escritores mexicanos y pienso en el maestro Edmundo Valadés, su cuento, La muerte tiene permiso, gran clásico de la literatura mexicana… El libro de Pardo está llamado a convertirse en clásico de la literatura colombiana”.

La periodista Angélica Pérez de RFI, Radio Francia Internacional, en París, dijo que el libro de Jorge Eliécer Pardo es un “testimonio desgarrador de una guerra que dura desde siempre; Los Velos de la memoriada voz a las víctimas en Colombia de masacres y asesinatos brutales. Es la muerte que habla. A partir de la indefensión y el dolor, Jorge Eliécer Pardo construye unos relatos de una enorme carga simbólica dibujada en los ritos que hacen las mujeres para paliar el sufrimiento, conjurar el olvido y devolverle la dignidad a sus muertos. Narraciones ataviadas de una poética tan horrorosa como sublime que convierten a la obra de Pardo en arquetipo de la estética del horror. La prosa de Pardo es audaz y valiente porque osa dar a cada uno de los actores de la guerra en Colombia el papel que ha jugado y sus responsabilidades. Los Velos de la Memoriaes una obra de ficción que permite superar las premisas simplistas y peligrosas que cubren la memoria y con las que se corre el riesgo de hacer una paz a medias, tan funesta como la guerra misma”.

La cubana radicada en México, Ileana Diéguez Caballero, en su emblemático libro Cuerpos sin duelo. Iconografía y teatralidad del dolor, Córdoba (Arg.), Ediciones DocumentA/Escénicas, 2013, en el capítulo Cuerpos sin duelo, hace referencia y cita el relato de Pardo, Sin nombres sin rastros ni rostros, premio nacional de cuento, destacando que “los ríos colombianos han sido considerados espacios fúnebres en los que se alojan innumerables cuerpos; quizás los más vastos cementerios” (Diéguez Ileana: 164). Cuerpo sin dueloresponde y dialoga con Los velos de la memoriaen las representaciones del cuerpo violentado, los vacíos que generan las desapariciones y los duelos no realizados. Un diálogo entre situaciones de conflicto en Colombia y México. Los dos volúmenes afrontan la memoria del dolor. 

Alexánder Aldana Bautista, de la Universidad Nacional de La Plata, en su ensayo, De difuntos prestados, viudas errantes y cuerpos remendados: la narrativa como dispositivo de construcción de memorias sociales en Colombia (Revista Aletheia, volumen 5, número 10, abril 2015), considera que “con trabajos de memoria como el cuento de Jorge Eliécer Pardo, (Sin nombres, sin rostros ni rastro) lo que se busca es conjurar y problematizar los silencios y los olvidos que prosperaron en torno a masacres como la de Trujillo, y que han hecho que tanto el Estado como la sociedad colombiana sean deudores de las víctimas. La memoria que se construye a partir de los hechos violentos ocurridos en el río Cauca, visibiliza tanto a las víctimas como a sus sueños y sus proyectos de futuro, no es solo al sujeto violentado a quien recuerda, es también a su vida, a sus luchas, es su manera de ser y de estar en el mundo lo que posibilita que otros lo rememoren. (…). Hacer visible en las aguas del río los rostros que su cauce alguna vez destruyó, como lo hace Jorge Eliécer Pardo en su cuento, es inscribir sobre las aguas del río aquello que el país no puede olvidar, una forma de reclamar, de pedir que actos de crueldad como los de la Masacre de Trujillo no se repitan, y ese principio de no repetición se ancla en la necesidad de identificar a los victimarios y evidenciar los móviles y los poderes que obraron tras cada acto de crueldad. La memoria es entonces el río mismo, como lo sostiene Horst Hoheisel. 

Eugenia Muñoz Molano, profesora de Virginia Commonwealth University, en Richmond, conocedora de la obra completa de Jorge Eliécer Pardo, escribio:  “Ante los ojos de sus lectoresLos velos de la memoriava multiplicando en espejos la realidad histórica colombiana de sus guerras internas. La mirada lectora se horroriza con un ademán de negación e indignación ante el espectáculo de sangre, los gritos de angustia y dolor de los torturados; el miedo y la huida desesperada de los vivos para preservar el hilo del cual penden. La pluma de Jorge Eliécer Pardo destila página tras página una emoción poética tan intensa que en la memoria de los lectores queda clavada la barbarie de los hacedores de la guerra, sedientos del poder político y que atrapan en ella a millones y millones de seres inocentes, indefensos y desposeídos de toda riqueza. En suma, esta obra es la historia colombiana fratricida de Caínes contra Abeles”. 

Los escritores, en especial los poetas, encuentran en Los velos de la memoriaun hondo sentido simbólico. Jotamario Arbeláez dijo en una de sus columnas: “Se necesita coraje para acometer esta labor higiénica de denuncia, contando con que el estilo empleado por Jorge Eliécer Pardo no es cortopunzante ni teñido de pólvora. Es una expresión luctuosa y honesta, ceremonial, elusiva de gritos o gestos patéticos, sofrenada en la maldición para los malditos, que queda implícita, pero hondamente sumergida en el infierno que nos fue deparado por los demonios de la política. El luto requiere de velos pero la memoria requiere que se los quiten. Los velos de la memoriaes un libro que pone el dedo sobre esa infamia continuada que todos los colombianos nos debemos proponer impedir que siga o que se repita. Si ya no por nosotros, por nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos. Amén”.  

Pertinente esta nueva edición de Los velos de la memoria(8ª), que contribuye a la construcción de la memoria histórica desde la literatura, a la reparación simbólica del tejido social colombiano.

 


[1]Martínez, Fabio (compilador). Guerra y literatura en la obra de Jorge Eliécer Pardo. Universidad del Valle, Cali, 2016.

Siguenos en WhatsApp

Artículos Relacionados