La economía del cuidado se ha convertido en un factor determinante en el reciente estudio del DANE, que informó que las mujeres de la fuerza laboral en Colombia aportan casi 55 mil horas anuales a los oficios domésticos y al trabajo no remunerado.

La economía del cuidado abarca todas las actividades y servicios necesarios para cuidar a las personas y satisfacer sus necesidades básicas. Estas actividades incluyen el cuidado de niños, ancianos, enfermos y personas con discapacidad, así como tareas domésticas como la limpieza, la cocina y el mantenimiento del hogar.

Características de la Economía del Cuidado

Trabajo remunerado y no remunerado: Incluye tanto el trabajo pagado en instituciones como guarderías, hogares de ancianos y hospitales, como el trabajo no remunerado realizado en el hogar por familiares, principalmente mujeres.

Valor económico y social: Aunque muchas de estas actividades no se compensan económicamente, tienen un enorme valor social y son esenciales para el bienestar de las personas y el funcionamiento de la economía en general.

Desigualdad de género: Históricamente, las tareas de cuidado han sido desempeñadas mayoritariamente por mujeres, lo que contribuye a la desigualdad de género en el ámbito laboral y económico.

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Impacto en el bienestar: Una adecuada provisión de servicios de cuidado mejora la calidad de vida de quienes reciben estos servicios y permite a quienes los proporcionan (especialmente mujeres) participar más plenamente en el mercado laboral y en otras actividades sociales y económicas.

La economía del cuidado es fundamental para el desarrollo sostenible y equitativo, y su reconocimiento y valoración son esenciales para avanzar hacia una mayor igualdad de género y un bienestar social inclusivo.

Qué dice el informe

En el boletín técnico del DANE se detalla que las mujeres dedicaron el 65% de su tiempo laboral a este trabajo entre 2021 y 2023. Su contribución fue de 54.902 horas anuales, representando el 57,1% del total nacional, con el trabajo doméstico y de cuidado no remunerado alcanzando el 46,6% del total de puestos de trabajo de tiempo completo en 2021 y aumentando a 47,2% entre 2022 y 2023.

Las mujeres fuera de la fuerza laboral realizaron el 53,4% del trabajo de cuidado sin remuneración, mientras que las empleadas trabajaron 73 horas semanales, combinando su empleo remunerado con las tareas domésticas. En comparación, los hombres trabajaron 65 horas semanales en ambas labores.

El informe también revela que, en el marco del trabajo doméstico y de cuidado no remunerado, las mujeres dedicaron más de 35.000 horas anuales en promedio, mientras que los hombres dedicaron casi 9.700 horas.

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Durante 2022 y 2023, se destinaron en promedio 96.148 horas anuales a actividades dentro de la frontera de producción y al trabajo doméstico no remunerado. Del total de horas, las mujeres aportaron 54.902 horas, es decir, el 57,1%, mientras que los hombres participaron con el 42,9%, representando 41.245 horas dedicadas a las labores domésticas. En promedio, durante este periodo, las mujeres trabajaron 1,3 veces más tiempo que los hombres, dedicando 13.657 horas anuales más al trabajo no remunerado y a las actividades dentro de la frontera.