Es claro que el Alcalde de Ibagué cree que acudir a los reiterados discursos veintejulieros, donde echa mano de palabras altisonantes, (“No me dejo huevonear, tengo los huevos bien puestos”), en los que no se cansa de insultar, es una forma, como jefe y líder político que intenta creerse, de catapultar a su candidata con la que busca sea su sucesora.

También es claro que cuenta para ese propósito con medios y periodistas genuflexos que sin cuestionar una sola de sus acciones, se han vuelto caja de resonancia de cuanta pendejada se le ocurre anunciar. Vale aquí hacer un alto y recordar que la administración Hurtado, al día de hoy, ha entregado pauta publicitaria que supera los $8.000 millones. Leamos bien, ocho mil millones de pesos, de los cuales hay contratos onerosos, sobre los cuales bien valdría la pena un análisis de conveniencia.

Lo cierto de todo es que la ciudad en este momento tiene un alcalde en campaña, desbocado y deslenguado. El día menos pensado le da por arremeter ferozmente contra el presidente Petro; otro día contra quien fuera su mentor, el senador Óscar Barreto; después aparece diciendo barbaridades como que “Ibagué acaba de realizar las mejores fiestas de toda su historia”; pero antes ya se había atribuido el panóptico como uno de sus máximos logros de su administración,  construcción que en el momento de asumir el cargo ya estaba prácticamente culminada; lo mismo acontece con los colegios y los escenarios deportivos, donde con desfachatez dice que todos están construidos.

• Puede leer: El chamán Hurtado

Como si lo anterior fuera poco se vanagloria de haber pavimentado algunas calles y avenidas. ¡Qué tal que no las hubiera intervenido!. Como Alcalde tenía la responsabilidad de hacerlo, eran intransitables. Así como ya está intransitable la Pedro Tafur y está para mantenimiento urgente la avenida del aeropuerto.  

Es que ni siquiera los parques sintieron la mano de esta administración, después que en la de su antecesor estos sitios lucieron impecables gracias al trabajo realizado por Ibagué Limpia. Hoy los parques están en abandono absoluto. Un ejemplo, el parque Santa Rita de la ciudadela Comfenalco, para no recordarle el monumento a la desidia, la Concha Acústica ‘Garzón y Collazos’.

• Lea también: Procuraduría le jaló las orejas a Hurtado por el pésimo estado de la Concha Acústica

Entonces, pedirle al Alcalde de Ibagué que deje de decir tanta pendejada y se dedique en lo que resta de administración, por lo menos a limpiar los parques, es perder el tiempo. Hasta el 29 de octubre, lo tendremos que aguantar con discursos llenos de mentiras y diatribas. Que lo sepan los ibaguereños, hoy tienen un alcalde metido hasta los tuétanos en abierta campaña política.

Henry Rengifo Hernández