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Honda: el tesoro tolimense que aún permanece inédito

Honda: el tesoro tolimense que aún permanece inédito
Honda, municipio que, por su rica historia y su privilegiada ubicación, siempre será una de las mejores cartas de presentación del Tolima.

Por: Henry Rengifo Hernández


¿Conocemos la historia de Honda? Seguramente sí. Hemos leído y nos han hablado de sus más de 400 años de fundación; de su majestuoso Puente Navarro; de su rol crucial como el puerto fluvial más importante en los siglos XIX y XX; cuna de destacados personajes como el expresidente Alfonso López Pumarejo, el exconstituyente y exgobernador Alfonso Palacio Rudas, y el pintor Carlos Granada. Además, cuenta con notables museos, eventos de gran calado como el Festival Latinoamericano de Cine y el tradicional Festival de La Subienda, es conocida como la 'Cartagena del Interior' y figura entre los diez municipios más lindos del país. Es una historia que se lee y se cuenta con orgullo.

Belleza en todo su esplendor es lo que irradia Honda, municipio de obligada visita para los que aún no lo conocen por dentro.

Pero hay una verdad ineludible: más allá de conocer su historia en libros, ¿acaso la hemos sentido en sus calles coloniales? El grueso de tolimenses, infortunadamente, no. Nos ha faltado caminarla, vivirla y sentirla en todo su esplendor. Impulsados por la curiosidad de explorar la oferta gastronómica de la zona, decidimos ir un fin de semana a probar y comprobar que Honda también es buena gastronomía.

Después de almorzar, y a pesar del calor abrazador, nos dimos a la tarea de caminar sus atractivas y coloniales calles, visitar los museos y disfrutar de un paisaje urbano envolvente. Fue allí donde sentimos, por primera vez, la historia poderosa que encierra cada rincón de Honda. Con solo cruzar el Puente Navarro se reafirma que Honda es un tesoro turístico sin descubrir. ¿Por qué?

La respuesta es simple: si dentro del propio departamento, cientos de tolimenses aún no han experimentado la fascinante oportunidad de andar sus calles empedradas, de sentir la brisa del Río Magdalena desde el Malecón o de disfrutar un atardecer en el mirador del Alto del Rosario, significa que Honda sigue siendo un tesoro por valorar y un destino por promover.

El desconocimiento es, de hecho, la mayor barrera. Es imperativo que el grueso de la población tolimense se quite la venda y se apropie de esta joya patrimonial, entendiendo que se trata de un motor de desarrollo regional y una parte vital de nuestra identidad.

¿Qué ha faltado? Una estrategia audaz y una visión regional, desde luego. Se trata de un tesoro turístico que duerme, una oportunidad de oro que se diluye. Honda, con su historia fluvial y colonial, debe ser el punto de partida indiscutible del corredor turístico más precioso y atractivo que tiene el Tolima. Es el inicio de un viaje que enlaza a Mariquita, Falan, Fresno, Ambalema, Las Ruinas de Armero, Líbano y Murillo; municipios que, juntos, ofrecen todos los pisos térmicos y variadas bondades turísticas.

Con este panorama, Honda y todo el Norte del Tolima no esperan un milagro, esperan una decisión. La riqueza patrimonial, la arquitectura colonial y la posición estratégica de la "Ciudad de los Puentes" son los cimientos de una prosperidad que ha estado subutilizada por décadas.

Por eso también es preciso preguntar: ¿dónde han estado los alcaldes que han dejado pasar esta magnífica oportunidad? Es imperativo mirar este municipio y todo el Norte del Tolima como la carta de presentación obligatoria del Tolima ante el país.

Es hora de que entidades clave como la Cámara de Comercio abandonen el anquilosamiento y se manifiesten con una propuesta de fondo. Esperamos que los próximos alcaldes de estos municipios, los que serán elegidos en el 2027, tengan una doble visión: la necesidad de articularse para trabajar en equipo y la obligación de conocer a fondo los territorios que van a gobernar. La puesta en marcha de una estrategia unificada que permita un enlace efectivo entre los 7 municipios ubicados en ese circuito turístico resultaría vital.

Finalmente, una manera de que el Tolima termine por apreciar en su máxima dimensión a Honda es a través de su uso como un centro de enseñanza viva de la historia de Colombia. Resultaría de alto beneficio que los estudiantes de bachillerato del resto de municipios del Tolima fueran llevados hasta Honda para recibir una clase de historia en sus calles, sintiendo y viviendo lo que antes solo leyeron en libros. Solo apropiándonos de la historia podremos impulsarla hacia el futuro.

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