Por Humberto Leyton

Conocí a Alberto Torres Bonilla, cuando trabajábamos en la emisora Ecos del Combeima de la cadena Súper. El como comentarista deportivo y yo como redactor y periodista de Econoticias, que dirigía Arnulfo Sánchez López, el informativo más escuchado en la época en Ibagué y el Tolima.

Estaba recién llegado de Italia, donde había realizado estudios de Derecho Canónico en la Pontificia Universidad Lateranense de Roma, exponiendo una novedosa tesis que llamó Summa Cum Laude. Era un hombre alegre, afable y musical, tenía una canción a flor de labios a todo momento, especialmente de género tropical, el Vallenato era su preferido.

Torres Bonilla, mezcló su trabajo de comentarista deportivo con el de abogado de familia, especialista en derecho canónico, oficio desconocido en Ibagué por esos años, lo que le granjeo una notable clientela de parejas deseosas de separarse, que estaban unidas por el rito católico. 

Luego Torres, amplio su radio de acción en otras emisoras, como Caracol básica, donde además, de ser comentarista deportivo, combinaba esta labor con comentarios o programas de derecho familiar con énfasis en el derecho canónico, buscando orientar a las parejas o matrimonios con dificultades de convivencia para tomar los caminos correctos en estos procesos. 

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Al conocer la noticia sobre su muerte sorpresiva de Torres, se vinieron los recursos de aquel novel abogado lleno de ideas y proyectos, que caminaba de prisa saludando a todo el mundo, y llevando un proceso de separación de una pareja en su cabeza. 
Alberto Torres, fue una persona que alterno el periodismo deportivo con los asuntos jurídicos, especialmente con aquellos atinentes a su especialidad. 

Se fue a los 66 años, cuando nadie lo esperaba, pero ese el albur de la vida. Me queda la imagen que con el correr del tiempo cumplió sus deseos, desde aquel joven soñador hasta recién llegado de una especialización hasta el abogado maduro, inquieto y estudioso, que vivió la vida a su manera y a plenitud.  
Un sentido adiós al amigo que parte sin previo aviso.